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Originario de Australia, el eucalipto es un nombre que se usa comúnmente para denominar a toda una familia con unas 700 variedades.
En Colombia, y en especial en zonas frías, como el altiplano cundiboyacense, una de las variedades más comunes es el llamado Eucalyptus globulus, que ha sido ampliamente utilizado para diversos usos, entre reforestación (un asunto problemático, como veremos más adelante), industria maderera y en medicina tradicional.
Características y cuidados del eucalipto
Lo primero que hay que decir acá es que, de preferencia, esta planta se recomienda para exteriores por varias razones: prospera entre más luz reciba (incluso si es directa), crece rápidamente y puede llegar a tener cerca de 30 metros de altura.
Ahora bien, hay que tener cuidado, pues el eucalipto establece una dura competencia con otras plantas y árboles: sus raíces son muy invasivas, lo que termina en “robarle” agua y minerales a especies cercanas. No juegan sucio, pero casi que se podría decir que no son buenos compañeros de equipo, si se quiere.
Por otra parte, los eucaliptos terminan siendo un combustible fantástico en caso de un incendio forestal debido al alto contenido de aceites en sus hojas, por ejemplo. Algunas variedades de este árbol incluso cuentan con cortezas del tronco que se desprenden fácilmente, lo que puede terminar por ayudar a la hora de propagar las llamas. Su alto consumo de agua también permite que los suelos alrededor de esta planta sean naturalmente más secos, lo que también terminar por ayudar a la ocurrencia o crecimiento de un incendio forestal.
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Ahora, si su idea es tener un par de estos árboles, ha de saber que el elemento clave en este punto es la humedad constante del sustrato. Como ya se dijo, el eucalipto es una planta muy sedienta.
Beneficios y propiedades del eucalipto
En términos de medicina tradicional, a la planta “se le atribuyen propiedades expectorantes, febrífugas, hipoglicemiantes, mucolíticas y antihelmínticas. El aceite esencial es antitusivo, expectorante y antiséptico”, dice el “Vademécum colombiano de plantas medicinales”, publicado por el entonces Ministerio de la Protección Social.
Tradicionalmente, el uso del eucalipto incluye las hojas y las ramas. Además de vaporizaciones, es muy común la preparación de infusiones. “En dos litros de agua se harán hervir, por 5 minutos, 9 gramos de hojas y frutos; al colar, se beben 4 vasos durante el día por 15 días o menos, según sea necesario”, se lee en un documento del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas de México (INPI).
Sus usos medicinales tradicionales incluye el tratamiento de algunas afecciones respiratorias, como sinusitis o el resfriado común. Aunque el “Vademécum colombiano de plantas medicinales” reconoce que algunos extractos de eucalipto han demostrado funcionar como antihistamínicos, es clave recordar acá que el uso medicinal de esta planta no reemplaza un tratamiento médico en propiedad o funciona como sustituto de una consulta con un profesional de la salud.
De hecho, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., la ingesta de aceite puro de eucalipto puede ser fatal. “El aceite de eucalipto puede provocar náuseas, vómitos y diarrea”.
Por su parte, el INPI asegura que el consumo de las infusiones de eucalipto por más de 15 días “propiciará irritación intestinal”.
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