Paso a paso para saber cómo trasplantar una planta
El trasplante de una planta es un proceso delicado que, cuando se realiza correctamente, puede promover su crecimiento y salud.
Cuando cuidamos de las plantas, es común centrarse en tareas como el riego, la poda y la fertilización, considerándolas esenciales. Sin embargo, hay una tarea crucial que a menudo se subestima: el trasplante.
Este proceso, que implica mucho más que un simple cambio de lugar a otro, es fundamental para asegurar el desarrollo saludable y vigoroso de nuestras plantas, es por esto que realizar un trasplante adecuado puede marcar la diferencia entre una planta que prospera y otra que lucha por sobrevivir.
Si bien, este proceso puede ser necesario por diversas razones, ya sea para proporcionar más espacio a una planta en expansión, mejorar las condiciones de su sustrato o por motivos estéticos, es esencial recordar que el trasplante puede ser una experiencia estresante para las plantas. Por ello, es fundamental comprender y aplicar las técnicas correctas para asegurar un proceso exitoso y minimizar el impacto negativo en la planta.
¿Cómo trasplantar adecuadamente una planta?
Martín Yepes, ingeniero Agrónomo y representante de Floria Express, enfatiza que, contrario a muchos consejos en internet que mencionan tener en cuenta las estaciones y la primavera, las prácticas de trasplante deben adaptarse al clima colombiano, esto se debe a que el país es tropical sin estaciones marcadas.
Por ello, recomienda que lo óptimo es realizarlos al inicio de la temporada de lluvias si estamos hablando de plantas de exterior, pues esto permitirá que la planta aproveche la humedad natural, reduciendo la necesidad de riego constante mientras sus raíces se adaptan al nuevo suelo. Este es especialmente beneficioso para árboles, arbustos y plantas de jardín, ya que facilita su establecimiento.
“En cuanto a trasplantes en interiores, se pueden realizar en cualquier momento del año, ya que el ambiente está más controlado. Sin embargo, en cualquier tipo de trasplante, es recomendable evitar períodos de clima extremo, especialmente en regiones con variaciones significativas de temperatura y humedad. Para regiones con climas más variables como Antioquia o el Valle del Cauca, es preferible evitar trasplantar durante épocas muy secas o calurosas. En estos casos, se recomienda realizar el trasplante en horas de la tarde para evitar el estrés por calor, permitiendo que la planta se recupere durante la noche cuando la temperatura es más fresca y hay mayor humedad ambiental”, puntualiza Yepes.
Otro consejo fundamental lo brinda Gabriel Rubiano, agricultor de Colviveros, pues destaca que el trasplante debe evitarse hacerlo bajo la luz directa del sol, y mejor hacerlo en un lugar interior o sombreado, donde la temperatura sea moderada, asegurándose de que la planta esté bien regada y sus raíces protegidas de cualquier cambio de clima.
Luego, para la preparación, Yepes explica que, especialmente en Bogotá, se puede utilizar los suelos vendidos en viveros locales, los cuales tienden a ser de color negro y generalmente ya vienen mezclados con cascarilla cruda. Sin embargo, para optimizar el drenaje y mantener la tierra suelta, es aconsejable incorporar arena lavada a la mezcla, o incluso usar un material llamado pomina, que se vende en sitios especializados, el cual puede ser útil para crear un sustrato más grueso.
Para preparar la maceta, Yepes sugiere crear una estructura en capas, siguiendo estos pasos:
- Colocar una capa de piedrilla gruesa en el fondo de la maceta.
- Cubrir la piedrilla con un poco de geomembrana.
- Añadir el sustrato.
“Tenga en cuenta que el tipo de sustrato a utilizar varía según la planta, pues mientras que la mayoría de las especies se adaptan bien a los sustratos comerciales estándar, las orquídeas y los anturios requieren un sustrato especial llamado “Mohs”, compuesto de pino molido. Los cactus, por su parte, prefieren un sustrato con alto contenido de arena de río para garantizar un drenaje óptimo”, aclara Rubiano.
Preparación de la Planta:
- Poda selectiva: Elimine hojas y tallos dañados, y realice una poda ligera para favorecer un crecimiento más compacto y saludable.
- Desinfección de herramientas: Antes de manipular la planta, desinfecte sus herramientas de jardinería para evitar la propagación de enfermedades.
- Observación de plagas: Revise cuidadosamente la planta en busca de insectos o enfermedades. Si encuentra alguno, trata la planta antes del trasplante.
Extracción de la Planta:
“Si se trata de una planta pequeña, se puede mover suavemente la maceta para aflojar la estructura de raíces, especialmente si la planta ha estado en el mismo contenedor por mucho tiempo. Luego, al extraerla, intente voltear la maceta para sacarla por completo, revisando siempre el estado de las raíces. Ellas deben, idealmente, verse blancas, tupidas y copiosas” menciona Yepes.
Recomienda que:
- Al extraer la planta, tenga cuidado de no dañar las raíces. Si están enredadas o compactadas, desenrédelas suavemente y con el menor daño posible. Normalmente, las raíces crecen hacia abajo o alrededor de la maceta y no deberían presentar nudos complejos.
- Un nudo complejo puede ser un “cuello de ganso”, una deformación donde el tallo forma una curva pronunciada bajo el suelo. En este caso, puede hacer dos cosas: intentar desenredar suavemente las raíces, aunque esto pueda causar estrés a la planta, o dejarlas quietas si nota que la planta estaba prosperando bien a pesar de la deformación.
- Intente mantener la tierra alrededor de las raíces, llamada cepellón, lo más intacta posible. Esto ayudará a la planta a adaptarse más rápido al nuevo entorno.
- Rubiano recomienda que para macetas cónicas, una técnica efectiva es voltear el recipiente y golpearlo suavemente para que el bloque salga completo. Por otro lado, Yepes menciona que en el caso de macetas de barro con plantas grandes y raíces apretadas, podría ser necesario romper la maceta para preservar la integridad del sistema radicular.
- Si no dispone de una maceta más grande, considere realizar una poda cuidadosa de las raíces, evitando cortar las más gruesas para reducir el estrés. Después de este proceso, es importante colocar la planta a la sombra y regarla bien.
- Si los orificios de la maceta están directamente en contacto con el suelo, es importante tomar precauciones para evitar que se obstruyan. Una solución común es colocar una capa de piedras pequeñas en el fondo de la maceta. Esto ayuda a mantener los orificios libres y facilita el drenaje o puede colocar una bandeja debajo de la maceta.
“Un aspecto fundamental del trasplante es mantener la profundidad de siembra original. La planta no debe quedar más hundida en su nuevo contenedor de lo que estaba anteriormente. Es esencial que el nivel de la tierra llegue exactamente al mismo punto que en la siembra anterior, prestando especial atención al “cuello” de la planta. Bajo ninguna circunstancia se debe enterrar o “ahogar” el cuello de la planta con tierra adicional”, advierte Rubiano.
Contenedor y sustrato:
Yepes menciona que el nuevo recipiente debe ser de un tamaño superior al anterior, luego debe seguir estos pasos:
- Prepare el nuevo contenedor colocando una capa de tierra en el fondo antes de depositar la planta con cuidado.
- Rellene el espacio restante con el sustrato previamente preparado, apretando la tierra alrededor de la planta para ajustarla firmemente en su nuevo hogar.
- Es importante que la planta sienta esta presión, ya que las plantas que quedan sueltas no crecen adecuadamente.
- Asegúrese de que el nuevo contenedor tenga agujeros de drenaje para evitar el encharcamiento.
- Rubiano aconseja que puede agregar un poco de fertilizante de liberación lenta, como el triple 15, alrededor del borde de la maceta. Otro fertilizante apropiado es uno que contenga elementos menores o algo de fósforo para estimular el crecimiento de las raíces, por ejemplo, Yepes menciona que usan un NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) el cual es especialmente útil para el tratamiento de raíces.
Yepes finaliza diciendo que trasplantar una planta a una maceta del mismo tamaño no es recomendable, a menos que la original esté dañada, puesto que el objetivo principal de los cuidados siempre debe ser minimizar el estrés y ofrecerle las mejores condiciones para su adaptación y crecimiento en su nuevo entorno.
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Cuando cuidamos de las plantas, es común centrarse en tareas como el riego, la poda y la fertilización, considerándolas esenciales. Sin embargo, hay una tarea crucial que a menudo se subestima: el trasplante.
Este proceso, que implica mucho más que un simple cambio de lugar a otro, es fundamental para asegurar el desarrollo saludable y vigoroso de nuestras plantas, es por esto que realizar un trasplante adecuado puede marcar la diferencia entre una planta que prospera y otra que lucha por sobrevivir.
Si bien, este proceso puede ser necesario por diversas razones, ya sea para proporcionar más espacio a una planta en expansión, mejorar las condiciones de su sustrato o por motivos estéticos, es esencial recordar que el trasplante puede ser una experiencia estresante para las plantas. Por ello, es fundamental comprender y aplicar las técnicas correctas para asegurar un proceso exitoso y minimizar el impacto negativo en la planta.
¿Cómo trasplantar adecuadamente una planta?
Martín Yepes, ingeniero Agrónomo y representante de Floria Express, enfatiza que, contrario a muchos consejos en internet que mencionan tener en cuenta las estaciones y la primavera, las prácticas de trasplante deben adaptarse al clima colombiano, esto se debe a que el país es tropical sin estaciones marcadas.
Por ello, recomienda que lo óptimo es realizarlos al inicio de la temporada de lluvias si estamos hablando de plantas de exterior, pues esto permitirá que la planta aproveche la humedad natural, reduciendo la necesidad de riego constante mientras sus raíces se adaptan al nuevo suelo. Este es especialmente beneficioso para árboles, arbustos y plantas de jardín, ya que facilita su establecimiento.
“En cuanto a trasplantes en interiores, se pueden realizar en cualquier momento del año, ya que el ambiente está más controlado. Sin embargo, en cualquier tipo de trasplante, es recomendable evitar períodos de clima extremo, especialmente en regiones con variaciones significativas de temperatura y humedad. Para regiones con climas más variables como Antioquia o el Valle del Cauca, es preferible evitar trasplantar durante épocas muy secas o calurosas. En estos casos, se recomienda realizar el trasplante en horas de la tarde para evitar el estrés por calor, permitiendo que la planta se recupere durante la noche cuando la temperatura es más fresca y hay mayor humedad ambiental”, puntualiza Yepes.
Otro consejo fundamental lo brinda Gabriel Rubiano, agricultor de Colviveros, pues destaca que el trasplante debe evitarse hacerlo bajo la luz directa del sol, y mejor hacerlo en un lugar interior o sombreado, donde la temperatura sea moderada, asegurándose de que la planta esté bien regada y sus raíces protegidas de cualquier cambio de clima.
Luego, para la preparación, Yepes explica que, especialmente en Bogotá, se puede utilizar los suelos vendidos en viveros locales, los cuales tienden a ser de color negro y generalmente ya vienen mezclados con cascarilla cruda. Sin embargo, para optimizar el drenaje y mantener la tierra suelta, es aconsejable incorporar arena lavada a la mezcla, o incluso usar un material llamado pomina, que se vende en sitios especializados, el cual puede ser útil para crear un sustrato más grueso.
Para preparar la maceta, Yepes sugiere crear una estructura en capas, siguiendo estos pasos:
- Colocar una capa de piedrilla gruesa en el fondo de la maceta.
- Cubrir la piedrilla con un poco de geomembrana.
- Añadir el sustrato.
“Tenga en cuenta que el tipo de sustrato a utilizar varía según la planta, pues mientras que la mayoría de las especies se adaptan bien a los sustratos comerciales estándar, las orquídeas y los anturios requieren un sustrato especial llamado “Mohs”, compuesto de pino molido. Los cactus, por su parte, prefieren un sustrato con alto contenido de arena de río para garantizar un drenaje óptimo”, aclara Rubiano.
Preparación de la Planta:
- Poda selectiva: Elimine hojas y tallos dañados, y realice una poda ligera para favorecer un crecimiento más compacto y saludable.
- Desinfección de herramientas: Antes de manipular la planta, desinfecte sus herramientas de jardinería para evitar la propagación de enfermedades.
- Observación de plagas: Revise cuidadosamente la planta en busca de insectos o enfermedades. Si encuentra alguno, trata la planta antes del trasplante.
Extracción de la Planta:
“Si se trata de una planta pequeña, se puede mover suavemente la maceta para aflojar la estructura de raíces, especialmente si la planta ha estado en el mismo contenedor por mucho tiempo. Luego, al extraerla, intente voltear la maceta para sacarla por completo, revisando siempre el estado de las raíces. Ellas deben, idealmente, verse blancas, tupidas y copiosas” menciona Yepes.
Recomienda que:
- Al extraer la planta, tenga cuidado de no dañar las raíces. Si están enredadas o compactadas, desenrédelas suavemente y con el menor daño posible. Normalmente, las raíces crecen hacia abajo o alrededor de la maceta y no deberían presentar nudos complejos.
- Un nudo complejo puede ser un “cuello de ganso”, una deformación donde el tallo forma una curva pronunciada bajo el suelo. En este caso, puede hacer dos cosas: intentar desenredar suavemente las raíces, aunque esto pueda causar estrés a la planta, o dejarlas quietas si nota que la planta estaba prosperando bien a pesar de la deformación.
- Intente mantener la tierra alrededor de las raíces, llamada cepellón, lo más intacta posible. Esto ayudará a la planta a adaptarse más rápido al nuevo entorno.
- Rubiano recomienda que para macetas cónicas, una técnica efectiva es voltear el recipiente y golpearlo suavemente para que el bloque salga completo. Por otro lado, Yepes menciona que en el caso de macetas de barro con plantas grandes y raíces apretadas, podría ser necesario romper la maceta para preservar la integridad del sistema radicular.
- Si no dispone de una maceta más grande, considere realizar una poda cuidadosa de las raíces, evitando cortar las más gruesas para reducir el estrés. Después de este proceso, es importante colocar la planta a la sombra y regarla bien.
- Si los orificios de la maceta están directamente en contacto con el suelo, es importante tomar precauciones para evitar que se obstruyan. Una solución común es colocar una capa de piedras pequeñas en el fondo de la maceta. Esto ayuda a mantener los orificios libres y facilita el drenaje o puede colocar una bandeja debajo de la maceta.
“Un aspecto fundamental del trasplante es mantener la profundidad de siembra original. La planta no debe quedar más hundida en su nuevo contenedor de lo que estaba anteriormente. Es esencial que el nivel de la tierra llegue exactamente al mismo punto que en la siembra anterior, prestando especial atención al “cuello” de la planta. Bajo ninguna circunstancia se debe enterrar o “ahogar” el cuello de la planta con tierra adicional”, advierte Rubiano.
Contenedor y sustrato:
Yepes menciona que el nuevo recipiente debe ser de un tamaño superior al anterior, luego debe seguir estos pasos:
- Prepare el nuevo contenedor colocando una capa de tierra en el fondo antes de depositar la planta con cuidado.
- Rellene el espacio restante con el sustrato previamente preparado, apretando la tierra alrededor de la planta para ajustarla firmemente en su nuevo hogar.
- Es importante que la planta sienta esta presión, ya que las plantas que quedan sueltas no crecen adecuadamente.
- Asegúrese de que el nuevo contenedor tenga agujeros de drenaje para evitar el encharcamiento.
- Rubiano aconseja que puede agregar un poco de fertilizante de liberación lenta, como el triple 15, alrededor del borde de la maceta. Otro fertilizante apropiado es uno que contenga elementos menores o algo de fósforo para estimular el crecimiento de las raíces, por ejemplo, Yepes menciona que usan un NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) el cual es especialmente útil para el tratamiento de raíces.
Yepes finaliza diciendo que trasplantar una planta a una maceta del mismo tamaño no es recomendable, a menos que la original esté dañada, puesto que el objetivo principal de los cuidados siempre debe ser minimizar el estrés y ofrecerle las mejores condiciones para su adaptación y crecimiento en su nuevo entorno.
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