Planta de fríjol: cuánto puede crecer, cuidados y errores comunes
El cultivo del fríjol requiere una cuidadosa atención a algunos aspectos. Le explicamos cuáles son.
El fríjol es una legumbre omnipresente en la mesa colombiana, pues es un ingrediente fundamental en almuerzos tradicionales y es un componente imprescindible en la emblemática bandeja paisa. Su papel es destacado en la dieta nacional, siendo una fuente de nutrición común y popular. Sin embargo, alguna vez se ha cuestionado: ¿cómo se cultiva esta planta tan arraigada en la cultura del país?
Originario de Mesoamérica hace aproximadamente 8,000 años, según menciona la página oficial del gobierno mexicano, el fríjol, también conocido como poroto, alubia o caraota, es científicamente denominado Phaseolus vulgaris L. Se dice que esta legumbre fue domesticada en dos regiones principales: los Andes, en lo que ahora es Perú y Ecuador y Colombia, y en América Central, con un punto importante en México, por lo que ha sido una importante planta en toda Latinoamérica desde hace años.
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Características del fríjol
La Phaseolus vulgaris, es una planta herbácea que forma parte de la familia Fabaceae. Sus tallos son delgados, débiles y cuadrangulares, ocasionalmente mostrando rayas de color púrpura, y su altura típica oscila entre los 50 y 70 cm. En cuanto a sus raíces, desarrolla una principal, que se extiende hacia abajo y se ramifica en múltiples direcciones, facilitando la absorción de agua y nutrientes del suelo.
El fruto del fríjol es como una cáscara alargada que se dobla suavemente y se abre sola cuando está lista. Puede tener entre 10 y 12 centímetros de largo y viene en colores como verde, morado o casi negro. Dentro de esta cáscara -llamada vainas- las semillas pueden crecer de diferentes formas, pues pueden ser alargadas, ovaladas o redondas, y tienen colores como café, negro o pueden tener manchas en tonos café o rojo, dependiendo del tipo de fríjol.
Cultivo del fríjol
Hablamos con el profesor Frank García Navarrete, docente de ingeniería ambiental de la Universidad ECCI, para elaborar una guía más completa sobre el cultivo del fríjol.
“El frijol se clasifica principalmente en tres tipos de plantas. En primer lugar, están las variedades trepadoras, que son enredaderas que crecen entrelazadas en otros soportes, como palitos o árboles. Por ejemplo, al sembrar maíz y fríjol juntos, el fríjol se enreda en el maíz y sirve como tutor o soporte. Luego, tenemos las variedades rastreras, que crecen a nivel del suelo, extendiéndose horizontalmente. Y, por último, están las variedades arbustivas de porte bajo, que son como pequeños arbustos donde se desarrollan los granos de fríjol”, comenta García.
Los tipos que más se cultivan en Colombia son:
- Cargamanto Rojo: Se siembra en regiones como Antioquia, Huila, Tolima, Cundinamarca y Pasto. Sus granos son de color rojo o rosado intenso, con pecas blancas, de piel gruesa, grande y ovalada. Es el más famoso de todo el mundo y el que más se consume.
- Cargamanto Blanco: Presente en Antioquia, Huila, Tolima, Cundinamarca y Pasto. Su tono principal es rosado con algunas manchas rojas. Es grande y ovalado.
- Bola Roja: Cultivado en Cundinamarca, Tolima, Huila, Boyacá y Nariño. De color rojo brillante y forma redondeada, suele dejar el agua un poco rojiza al remojarlo. Popular entre los habitantes de Bogotá.
- Calima: Presente en Huila, Tolima, Santander y Nariño. Morado o rojo, con forma arriñonada. Rápida producción y alta demanda en el país.
- Caraota: Mayormente importado de Argentina, se utiliza en diversos platos típicos y se caracteriza por su color negro.
¿Cómo cultivarlo?
Antes de cultivar el fríjol es esencial tener en cuenta algunos aspectos claves y es que este prospera en altitudes que van desde los 200 hasta los 1.500 metros sobre el nivel del mar y, para su óptimo desarrollo, requiere de mucha agua durante su etapa de crecimiento, aunque esto depende de la duración que le dé a su cultivo y las condiciones climáticas locales.
“Una característica importante del fríjol es que, al ser una leguminosa, tiene la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo en lugar de extraerlo. Esta capacidad es una ventaja significativa, ya que permite establecer una relación simbiótica beneficiosa con otras especies vegetales, como el maíz. Mientras el maíz extrae nitrógeno del suelo, el fríjol lo fija desde la atmósfera, lo que crea una relación simbiótica en la que una planta aporta y la otra restituye, manteniendo así la fertilidad del suelo de manera más estable”, comenta Navarrete.
Por ello debe tener en cuenta:
- Selección del terreno: Antes de sembrar fríjoles, es esencial elegir un suelo adecuado, pues aunque este cultivo puede adaptarse a diferentes tipos de suelo, es fundamental que el terreno tenga un buen drenaje y una estructura apropiada. Se recomienda enriquecer el suelo mezclando compost de jardín y una capa vegetal de jardinería para aumentar su contenido de nutrientes. Es importante evitar suelos con un exceso de arena, ya que esto dificulta la retención de humedad y afecta el desarrollo de las plantas. Según Navarrete “un suelo con una textura media como las franco-limosas, son ideales ya que permiten una óptima aireación y movimiento del agua”.
- Deje la tierra limpia: Previo a la siembra, es necesario eliminar toda la maleza ya que esta puede competir con el frijol por nutrientes y agua.
- Fertilización: El fríjol requiere una nutrición cuidadosa para alcanzar su máximo potencial de crecimiento. Según las recomendaciones de Navarrete, durante su fase inicial, es valioso suministrar una cantidad adecuada de elementos mayores, en especial nitrógeno, fósforo y potasio. A medida que entra en su etapa reproductiva, se requieren nutrientes adicionales, incluyendo los elementos menores. Estos son fundamentales para el desarrollo y llenado de los frutos, así como para la síntesis de proteínas y la producción de hierro en el interior de los frutos.
- Si es en parcela: Haga primero un análisis del suelo para evaluar su estado actual y determinar los niveles de nutrientes disponibles. Esto permite ajustar el plan de fertilización según las necesidades específicas de la parcela y garantizar una aplicación precisa de los nutrientes requeridos por el cultivo
- Temperatura: El fríjol tolera una mínima de 18 °C y una máxima de 28 °C, sin embargo, su rango óptimo está entre 20 °C y 25 °C.
- Tiempos de cultivo: las variedades de fríjol pueden tener ciclos de producción que van desde los 50 días, para cosechar vainas verdes, hasta aproximadamente 80 días, para la cosecha de granos secos. La decisión de cosechar en verde o en seco depende de las necesidades del mercado y del tipo de producto deseado.
Cuidados del cultivo
Una vez que ya tenga su semilla o planta en su matera, deberá tener en cuenta:
- La profundidad de siembra: Plante las semillas de fríjol a una profundidad de media pulgada (1 cm) en suelos pesados y a una pulgada (2.5 cm) en suelos ligeros.
- Distancia de siembra para frijol arbustivo: Siembre las semillas de fríjol arbustivo a 2-4 pulgadas (5-10 cm) de distancia en hileras separadas por 2-3 pies (61-91 cm).
- Distancia de siembra para frijol trepador: Siembre las semillas de fríjol trepador en filas o colinas con una separación de 6-10 pulgadas (15-25 cm) entre semillas y 3-4 pies (aproximadamente 1 metro) entre filas.
- Proporcionar soporte: Los fríjoles trepadores necesitan soporte para crecer verticalmente. Cultivar fríjoles en enrejados maximiza el espacio y facilita la cosecha.
- Cuidado de los frijoles arbustivos: Los arbustivos no necesitan soporte y requieren poco mantenimiento. Pueden ser cosechados cuando estén listos para ser consumidos o almacenados.
- Riego: Es crucial prestar atención al riego, especialmente durante las etapas de floración y llenado de vainas. Durante estas fases críticas, la planta tiene una alta demanda de agua para un crecimiento óptimo y la falta de riego adecuado puede afectar negativamente su desarrollo. Sin embargo, debe evitar el exceso de humedad, ya que puede provocar problemas como la escasez de nitrógeno y aumentar la susceptibilidad a enfermedades. Por lo tanto, se debe mantener un equilibrio cuidadoso, regando las plantas de agua cada semana, evitando que quede encharcada la tierra.
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Es importante tener en cuenta que el cultivo de fríjol puede enfrentar diversos problemas causados por plagas y enfermedades. Entre las plagas más comunes se encuentran los gusanos cortadores, la mosca blanca y los minadores, los cuales pueden causar daños significativos en toda la planta. Además, las enfermedades como el moho y otros hongos pueden provocar la pudrición de esta, afectando su desarrollo y rendimiento. Por lo que es crucial que realice un monitoreo constante de la planta para detectar cualquier signo de infestación o enfermedad. En caso necesario, se deben aplicar medidas de control, como la aplicación de fungicidas, para proteger la planta y minimizar los daños causados por estas plagas y enfermedades.
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El fríjol es una legumbre omnipresente en la mesa colombiana, pues es un ingrediente fundamental en almuerzos tradicionales y es un componente imprescindible en la emblemática bandeja paisa. Su papel es destacado en la dieta nacional, siendo una fuente de nutrición común y popular. Sin embargo, alguna vez se ha cuestionado: ¿cómo se cultiva esta planta tan arraigada en la cultura del país?
Originario de Mesoamérica hace aproximadamente 8,000 años, según menciona la página oficial del gobierno mexicano, el fríjol, también conocido como poroto, alubia o caraota, es científicamente denominado Phaseolus vulgaris L. Se dice que esta legumbre fue domesticada en dos regiones principales: los Andes, en lo que ahora es Perú y Ecuador y Colombia, y en América Central, con un punto importante en México, por lo que ha sido una importante planta en toda Latinoamérica desde hace años.
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Características del fríjol
La Phaseolus vulgaris, es una planta herbácea que forma parte de la familia Fabaceae. Sus tallos son delgados, débiles y cuadrangulares, ocasionalmente mostrando rayas de color púrpura, y su altura típica oscila entre los 50 y 70 cm. En cuanto a sus raíces, desarrolla una principal, que se extiende hacia abajo y se ramifica en múltiples direcciones, facilitando la absorción de agua y nutrientes del suelo.
El fruto del fríjol es como una cáscara alargada que se dobla suavemente y se abre sola cuando está lista. Puede tener entre 10 y 12 centímetros de largo y viene en colores como verde, morado o casi negro. Dentro de esta cáscara -llamada vainas- las semillas pueden crecer de diferentes formas, pues pueden ser alargadas, ovaladas o redondas, y tienen colores como café, negro o pueden tener manchas en tonos café o rojo, dependiendo del tipo de fríjol.
Cultivo del fríjol
Hablamos con el profesor Frank García Navarrete, docente de ingeniería ambiental de la Universidad ECCI, para elaborar una guía más completa sobre el cultivo del fríjol.
“El frijol se clasifica principalmente en tres tipos de plantas. En primer lugar, están las variedades trepadoras, que son enredaderas que crecen entrelazadas en otros soportes, como palitos o árboles. Por ejemplo, al sembrar maíz y fríjol juntos, el fríjol se enreda en el maíz y sirve como tutor o soporte. Luego, tenemos las variedades rastreras, que crecen a nivel del suelo, extendiéndose horizontalmente. Y, por último, están las variedades arbustivas de porte bajo, que son como pequeños arbustos donde se desarrollan los granos de fríjol”, comenta García.
Los tipos que más se cultivan en Colombia son:
- Cargamanto Rojo: Se siembra en regiones como Antioquia, Huila, Tolima, Cundinamarca y Pasto. Sus granos son de color rojo o rosado intenso, con pecas blancas, de piel gruesa, grande y ovalada. Es el más famoso de todo el mundo y el que más se consume.
- Cargamanto Blanco: Presente en Antioquia, Huila, Tolima, Cundinamarca y Pasto. Su tono principal es rosado con algunas manchas rojas. Es grande y ovalado.
- Bola Roja: Cultivado en Cundinamarca, Tolima, Huila, Boyacá y Nariño. De color rojo brillante y forma redondeada, suele dejar el agua un poco rojiza al remojarlo. Popular entre los habitantes de Bogotá.
- Calima: Presente en Huila, Tolima, Santander y Nariño. Morado o rojo, con forma arriñonada. Rápida producción y alta demanda en el país.
- Caraota: Mayormente importado de Argentina, se utiliza en diversos platos típicos y se caracteriza por su color negro.
¿Cómo cultivarlo?
Antes de cultivar el fríjol es esencial tener en cuenta algunos aspectos claves y es que este prospera en altitudes que van desde los 200 hasta los 1.500 metros sobre el nivel del mar y, para su óptimo desarrollo, requiere de mucha agua durante su etapa de crecimiento, aunque esto depende de la duración que le dé a su cultivo y las condiciones climáticas locales.
“Una característica importante del fríjol es que, al ser una leguminosa, tiene la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo en lugar de extraerlo. Esta capacidad es una ventaja significativa, ya que permite establecer una relación simbiótica beneficiosa con otras especies vegetales, como el maíz. Mientras el maíz extrae nitrógeno del suelo, el fríjol lo fija desde la atmósfera, lo que crea una relación simbiótica en la que una planta aporta y la otra restituye, manteniendo así la fertilidad del suelo de manera más estable”, comenta Navarrete.
Por ello debe tener en cuenta:
- Selección del terreno: Antes de sembrar fríjoles, es esencial elegir un suelo adecuado, pues aunque este cultivo puede adaptarse a diferentes tipos de suelo, es fundamental que el terreno tenga un buen drenaje y una estructura apropiada. Se recomienda enriquecer el suelo mezclando compost de jardín y una capa vegetal de jardinería para aumentar su contenido de nutrientes. Es importante evitar suelos con un exceso de arena, ya que esto dificulta la retención de humedad y afecta el desarrollo de las plantas. Según Navarrete “un suelo con una textura media como las franco-limosas, son ideales ya que permiten una óptima aireación y movimiento del agua”.
- Deje la tierra limpia: Previo a la siembra, es necesario eliminar toda la maleza ya que esta puede competir con el frijol por nutrientes y agua.
- Fertilización: El fríjol requiere una nutrición cuidadosa para alcanzar su máximo potencial de crecimiento. Según las recomendaciones de Navarrete, durante su fase inicial, es valioso suministrar una cantidad adecuada de elementos mayores, en especial nitrógeno, fósforo y potasio. A medida que entra en su etapa reproductiva, se requieren nutrientes adicionales, incluyendo los elementos menores. Estos son fundamentales para el desarrollo y llenado de los frutos, así como para la síntesis de proteínas y la producción de hierro en el interior de los frutos.
- Si es en parcela: Haga primero un análisis del suelo para evaluar su estado actual y determinar los niveles de nutrientes disponibles. Esto permite ajustar el plan de fertilización según las necesidades específicas de la parcela y garantizar una aplicación precisa de los nutrientes requeridos por el cultivo
- Temperatura: El fríjol tolera una mínima de 18 °C y una máxima de 28 °C, sin embargo, su rango óptimo está entre 20 °C y 25 °C.
- Tiempos de cultivo: las variedades de fríjol pueden tener ciclos de producción que van desde los 50 días, para cosechar vainas verdes, hasta aproximadamente 80 días, para la cosecha de granos secos. La decisión de cosechar en verde o en seco depende de las necesidades del mercado y del tipo de producto deseado.
Cuidados del cultivo
Una vez que ya tenga su semilla o planta en su matera, deberá tener en cuenta:
- La profundidad de siembra: Plante las semillas de fríjol a una profundidad de media pulgada (1 cm) en suelos pesados y a una pulgada (2.5 cm) en suelos ligeros.
- Distancia de siembra para frijol arbustivo: Siembre las semillas de fríjol arbustivo a 2-4 pulgadas (5-10 cm) de distancia en hileras separadas por 2-3 pies (61-91 cm).
- Distancia de siembra para frijol trepador: Siembre las semillas de fríjol trepador en filas o colinas con una separación de 6-10 pulgadas (15-25 cm) entre semillas y 3-4 pies (aproximadamente 1 metro) entre filas.
- Proporcionar soporte: Los fríjoles trepadores necesitan soporte para crecer verticalmente. Cultivar fríjoles en enrejados maximiza el espacio y facilita la cosecha.
- Cuidado de los frijoles arbustivos: Los arbustivos no necesitan soporte y requieren poco mantenimiento. Pueden ser cosechados cuando estén listos para ser consumidos o almacenados.
- Riego: Es crucial prestar atención al riego, especialmente durante las etapas de floración y llenado de vainas. Durante estas fases críticas, la planta tiene una alta demanda de agua para un crecimiento óptimo y la falta de riego adecuado puede afectar negativamente su desarrollo. Sin embargo, debe evitar el exceso de humedad, ya que puede provocar problemas como la escasez de nitrógeno y aumentar la susceptibilidad a enfermedades. Por lo tanto, se debe mantener un equilibrio cuidadoso, regando las plantas de agua cada semana, evitando que quede encharcada la tierra.
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Es importante tener en cuenta que el cultivo de fríjol puede enfrentar diversos problemas causados por plagas y enfermedades. Entre las plagas más comunes se encuentran los gusanos cortadores, la mosca blanca y los minadores, los cuales pueden causar daños significativos en toda la planta. Además, las enfermedades como el moho y otros hongos pueden provocar la pudrición de esta, afectando su desarrollo y rendimiento. Por lo que es crucial que realice un monitoreo constante de la planta para detectar cualquier signo de infestación o enfermedad. En caso necesario, se deben aplicar medidas de control, como la aplicación de fungicidas, para proteger la planta y minimizar los daños causados por estas plagas y enfermedades.
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