Mostaza: una planta que retiene su sabor y encanto a través de los milenios
Una planta con una extensa relación con la humanidad, que hoy impulsa una lucrativa industria a nivel global. Sepa cómo cultivarla y aprovecharla.
La mostaza es una planta que ha sido aprovechada por la humanidad durante milenios.
Bien sea como condimento o como sustancia para aliviar algunos males (además de alimento para animales), esta planta tiene una larga historia compartida con nosotros.
Hoy en día, el comercio global de mostaza mueve más de US$500 millones anualmente. Canadá es el principal exportador de semillas de esta planta, con más de 30 % del mercado mundial, según datos de la OCDE. Así mismo, Estados Unidos es el importador número uno, consumiendo cerca de 22 % de este producto, de acuerdo con esta organización.
Características y cuidados de la planta de mostaza
En términos de mercado, y de plantación, hay tres grandes variedades de mostaza que se producen a nivel global: mostaza negra o real (Brassica nigra L.), la mostaza blanca o amarilla (Brassica o Sinapis alba L.) y la mostaza parda o de la India (Brassica Juncea L.).
Todas son aprovechables tanto en sus semillas (el producto más preciado, de donde sale el condimento y las salsas que se usan en la cocina), como en sus hojas, que se pueden consumir en ensaladas o que pueden servir como forraje.
Se estima que esta planta es originaria de Asia y hay evidencias de su uso desde la antigua Grecia en adelante.
La planta de mostaza se desarrolla de forma óptima en climas templados, con temperaturas que oscilan entre los 14 y 16 grados y que, en todo caso, se alejan de los 20 grados centígrados.
De hecho, esta planta puede soportar con más gracia cuando el termómetro baja, que cuando hay excesos de calor.
Su cultivo se da de mejor forma en ambientes con cambios de temperatura típicos de latitudes con estaciones, pues hay ciertas etapas de su desarrollo que se desarrollarán mejor cuando la temperatura desciende de forma constante a alrededor de 5 grados centígrados.
En términos de luz, esta es una planta que precisa, por lo general, de una exposición constante durante al menos 10 horas diarias para producir el mayor número de semillas, y en las mejores condiciones.
Esta planta es sensible a los encharcamientos, por lo que hay que tener cuidado con la profusión de los riegos y con su periodicidad. De hecho, la mostaza soporta mejor periodos cortos de sequía que los excesos de agua.
Aunque puede ser cultivada en matera, la mostaza es por lo general una planta de suelo abierto. Dependiendo de la variedad que se cultive, esta planta puede tener alturas entre los 50 centímetros, hasta los dos metros, de acuerdo con el Instituto Colombiano de Agricultura.
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La mostaza es una planta que ha sido aprovechada por la humanidad durante milenios.
Bien sea como condimento o como sustancia para aliviar algunos males (además de alimento para animales), esta planta tiene una larga historia compartida con nosotros.
Hoy en día, el comercio global de mostaza mueve más de US$500 millones anualmente. Canadá es el principal exportador de semillas de esta planta, con más de 30 % del mercado mundial, según datos de la OCDE. Así mismo, Estados Unidos es el importador número uno, consumiendo cerca de 22 % de este producto, de acuerdo con esta organización.
Características y cuidados de la planta de mostaza
En términos de mercado, y de plantación, hay tres grandes variedades de mostaza que se producen a nivel global: mostaza negra o real (Brassica nigra L.), la mostaza blanca o amarilla (Brassica o Sinapis alba L.) y la mostaza parda o de la India (Brassica Juncea L.).
Todas son aprovechables tanto en sus semillas (el producto más preciado, de donde sale el condimento y las salsas que se usan en la cocina), como en sus hojas, que se pueden consumir en ensaladas o que pueden servir como forraje.
Se estima que esta planta es originaria de Asia y hay evidencias de su uso desde la antigua Grecia en adelante.
La planta de mostaza se desarrolla de forma óptima en climas templados, con temperaturas que oscilan entre los 14 y 16 grados y que, en todo caso, se alejan de los 20 grados centígrados.
De hecho, esta planta puede soportar con más gracia cuando el termómetro baja, que cuando hay excesos de calor.
Su cultivo se da de mejor forma en ambientes con cambios de temperatura típicos de latitudes con estaciones, pues hay ciertas etapas de su desarrollo que se desarrollarán mejor cuando la temperatura desciende de forma constante a alrededor de 5 grados centígrados.
En términos de luz, esta es una planta que precisa, por lo general, de una exposición constante durante al menos 10 horas diarias para producir el mayor número de semillas, y en las mejores condiciones.
Esta planta es sensible a los encharcamientos, por lo que hay que tener cuidado con la profusión de los riegos y con su periodicidad. De hecho, la mostaza soporta mejor periodos cortos de sequía que los excesos de agua.
Aunque puede ser cultivada en matera, la mostaza es por lo general una planta de suelo abierto. Dependiendo de la variedad que se cultive, esta planta puede tener alturas entre los 50 centímetros, hasta los dos metros, de acuerdo con el Instituto Colombiano de Agricultura.
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