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Plantas aromáticas: cinco opciones buenas, bonitas y fáciles de cuidar

Tan populares en la cocina, como para aliviar algunos males, estas aromáticas son fáciles de cuidar. Y, además de sus y beneficios, aportarán belleza y fragancia a su jardín o huerta casera.

La  Huerta
18 de enero de 2024 - 03:12 p. m.
Una de las plantas aromáticas más populares es la hierbabuena.
Una de las plantas aromáticas más populares es la hierbabuena.
Foto: Pixabay
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Las plantas aromáticas son, por lo general, mucho más que sólo aroma. En Colombia, por ejemplo, se tiende a asociar este nombre con un puñado de plantas que tienen algunas propiedades medicinales y, por lo general, sirven para hacer infusiones.

Y lo cierto es que una cosa no invalida la otra: hablamos acá de plantas con aromas que van desde lo fresco hasta lo sabroso, pero que también tienen propiedades y usos probados para paliar algunos males (especialmente digestivos y estomacales).

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Varias de estas, además, son una presencia continua en distintos tipos de gastronomía, en preparaciones de sal y dulce.

Además de su perfume, algunas de las plantas con aromas más reconocidos y agradables son sencillas de cuidar y varias incluso clasifican para aquellos que piensan que son unos mataplantas.

En otras palabras, sólo buenas razones para tener una huerta en casa con estas variedades de plantas.

Menta

Buena parte de los consejos sobre cuidados de la menta pueden extraerse al observarla crecer silvestre: es una planta que se encuentra cómodamente en las orillas de arroyos u otros cuerpos de agua, preferiblemente a la sombra de árboles y plantas más altas que ella.

En otras palabras, es una planta que agradece la humedad y el cuidado de los rayos directos del sol.

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Entonces, tanto en exterior, como en interiores, la menta requiere de buena luz, aunque con cuidado de que el sol no sea tan directo, pues esto puede quemar sus hojas y dañar su normal crecimiento.

También es necesario un riego más bien constante, suficiente para mantener la humedad de la tierra, pero con el debido cuidado para evitar encharcamientos.

El cuidado con el agua aplica tanto para plantas de matera, como sembradas en tierra abierta.

Tomillo

Aunque hay una amplia variedad de plantas de tomillo, las más populares (que incluye a la dominante Thymus vulgaris) pueden rastrearse a las regiones mediterráneas del planeta. De ahí que sus usos se hayan documentado en civilizaciones como los griegos y los egipcios, entre otros.

Su origen mediterráneo comienza a ofrecer las primeras pistas acerca de cuáles son las condiciones en las que florece esta planta.

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Lo primero que hay que anotar es que es una especie muy amiga del sol. En su caso, la idea es que le llegue de forma directa, así que una huerta exterior es el lugar ideal para plantarla en casa. Si no se cuenta con esta posibilidad (por ausencia de jardín o terraza en altura), la siguiente mejor opción es ubicarla cerca de ventanas en donde reciba la mayor cantidad de luz posible.

En segundo lugar, su ascendencia mediterránea señala hacia la resistencia a altas temperaturas y a la falta de agua. Ojo, no hay que confundir las cosas: no se trata de ponerla al lado de un calentador y olvidarse de echarle agua. Lo que esto significa es que es una planta que requiere un riego moderado y cuya supervivencia si bien está ligada a la presencia de agua, no lo es tanto a los excesos de riego o los encharcamientos.

Como el manejo de agua es crítico para el cuidado del tomillo se recomienda sembrarlo en materas que tengan buenas posibilidades de desagüe para que la gravedad y el aire se encarguen de manejar pequeños excesos de humedad.

Si el índice de humedad es constante y alto, la planta se tornará frágil y puede caer presa de hongos y otras enfermedades, que no suelen atacarla. El tomillo, por lo general, es una planta muy resistente, poco proclive a contraer plagas.

Albahaca

La albahaca es una de las primera opciones al pensar en una huerta en casa por varias razones. La primera: su amplio uso en la cocina la vuelve una compañera casi que obligada a la hora de hablar de especias. Pero, a la vez, es una planta fácil de cuidar, con propiedades aromáticas y medicinales, y de una belleza simple y arrolladora. Con verdes intensos y un crecimiento continuo y sencillo engalana cualquier lugar en donde se le ponga.

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A diferencia del tomillo, por ejemplo, la albahaca sí requiere una humedad constante, pero con cuidado de no encharcarla, pues esto podría llevar a una crecimiento bajo o incluso a la muerte de la planta por cuenta de raíces podridas.

Dependiendo de las condiciones en donde se encuentre la planta (humedad y temperatura del ambiente), la albahaca puede necesitar entre dos y tres riegos moderados a la semana. Pero, de nuevo, importante ir constatando la humedad de la tierra y con el tiempo es fácil calibrar las necesidades y periodicidad de las regadas.

Por otra parte, la albahaca es una planta de sol, de mucho sol. Su verde intenso se despliega mejor cuando está expuesta a luz constante, bien sea directa en exterior o a través de una ventana. Sin embargo, es una especie sensible al frío y a las ráfagas fuertes de viento.

Romero

Esta es otra planta originaria del mediterráneo, lo que, al igual que el tomillo, nos indica que debe recibir mucho sol, sin importar si es directo.

Puede llegar a medir hasta dos metros de altura, especialmente si está sembrada en suelo abierto.

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De acuerdo con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el romero puede crecer de forma óptima en alturas que van desde los 1.500 metros sobre el nivel del mar, hasta pasados los 2.500.

“Se desarrolla mejor en los suelos con alta materia orgánica. Crece adecuadamente a plena luz y prefiere lugares templados que brinden protección contra vientos fuertes”, según el ICA.

En sus usos terapéuticos frecuentes se encuentra, según el ICA, para manejo del colesterol alto y las migrañas.

Es muy usada en todo tipo de preparaciones y, claramente, tiene una gran presencia en varias cocinas mediterráneas.

Hierbabuena

De entrada, el solo nombre saca una sonrisa. Una planta amable por naturaleza, con un aroma fresco que, además de ser ampliamente usada en infusiones y repostería, también ayuda a repeler algunos insectos justamente por sus propiedades en el campo de la fragancia.

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En el campo de los usos medicinales, “la infusión de las hojas se usa por vía oral para tratar afecciones gastrointestinales (atonía del estómago e intestino, dolor de estómago, flatulencia, indigestión, náuseas), respiratorias (resfrío, tos) y nerviosas (insomnio, nerviosismo, tensión, vértigo), así como fiebre, dolor de cabeza y migraña”, de acuerdo con el “Vademécum colombiano de plantas medicinales”, publicado en 2007 por el entonces Ministerio de la Protección Social.

En términos de cuidados, la hierbabuena es una planta muy agradecida, pues casi que se da solita. Las pautas en riego y luz son sencillas: mantenerla húmeda (no encharcada), en lugar soleado (pero no de luz directa) y alejada del frío.

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