¿Plantas carnívoras en casa?: sí se puede
Aunque son consideradas depredadoras, esta especie solo se puede alimentar de insectos. Son ideales para el hogar si le gustan las plantas distintas y si, además, quiere controlar ciertas plagas.
Que las imágenes de películas sobre plantas carnívoras devorando animales y partes humanas no lo espanten. Más allá de los estereotipos construidos a través de la ciencia ficción, las escenas de videojuegos en donde las vemos engullendo a Mario Bross y las múltiples creencias que las rodean, las plantas carnívoras son unas de las especies más fascinantes y que ofrecen beneficios para quienes quieren salirse del libreto y optar por una planta particular que, eso sí, requiere de cuidados especiales.
Empecemos derrumbando mitos: no, las plantas carnívoras no le van a quitar un dedo o una mano. Son carnívoras porque a diferencia de las plantas comunes tienen flores depredadoras que pueden alimentarse de nutrientes que no absorben directamente del sol sino que cazan ellas mismas.
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¿Y de qué se alimentan? Su dieta varía entre moscas, arañas, escarabajos y otros insectos, y puede depender de la especie pues existen por lo menos 12 géneros y cinco familias. Pero si se clasifican por la forma en la que capturan a sus presas, existen por lo menos cinco tipos claros de plantas carnívoras, siendo las más usuales las que utilizan el mecanismo de pinzas (se cierra automáticamente sobre la presa como el caso de la Venus atrapamoscas), las que tienen pelos pegajosos y las trampas jarra, llamadas así por su forma y porque tienen un líquido en el que los insectos se ahogan.
En el caso de la popular Venus atrapamoscas, se trata de una planta con un tamaño promedio de 8 centímetros que tiene una velocidad de cierre de 0,16 segundos, y pelos especiales en las hojas que sirven como una suerte de alarma para enviar la señal tan pronto sienten un insecto posándose.
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En general se caracterizan por tener flores de colores llamativos con los cuales pueden atraer a sus presas: rojos y verdes intensos, morados vibrantes y naranjas luminosos. Además, algunas desprenden sustancias y olores que sirven de carnada para los insectos. La mayoría viven en terrenos pantanosos o ambientes que, para las plantas regulares, serían inhóspitos, de ahí que tengan la habilidad de sobrevivir en suelos de pocos nutrientes.
Cuidados de las plantas carnívoras
Y acá viene la otra pregunta frecuente en estos casos ¿si es una planta de interior, qué pasa si no tiene insectos suficientes para alimentarse? En estos casos los expertos recomiendan dejar que la planta utilice sus propios recuros spara suplir sus necesidades. La falta de esos nutrientes no la matará, aunque quizás si vuelva más lento su crecimiento.
Dicho eso hay que aclarar que requieren un sustrato específico de tipo ácido y este debe estar siempre húmedo (con cuidado de no inundarlas). También es recomendable regarlas con agua lluvia o agua con poca mineralización. ¿La razón? el agua normal contiene minerales que se pueden acumular hasta ocasionarles la muerte. No necesitan sol directo, pero sí estar en lugares bien iluminados.
Lea más: Tomillo en casa: cómo sembrarlo y cuáles son sus cuidados
¿Y cómo les va con las plagas? Pues aunque son plantas resistentes, pueden ser atacadas por plagas especificas como ácaros, escarabajos, pulgones y hongos. De acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá, los pulgones se pueden tratar a mano, con agujas o insecticidas (aunque no todas las plantas los soportan). Los ácaros, por su parte, deben ser tratados con fungicida, y los escarabajos, limpiando las hojas.
Que las imágenes de películas sobre plantas carnívoras devorando animales y partes humanas no lo espanten. Más allá de los estereotipos construidos a través de la ciencia ficción, las escenas de videojuegos en donde las vemos engullendo a Mario Bross y las múltiples creencias que las rodean, las plantas carnívoras son unas de las especies más fascinantes y que ofrecen beneficios para quienes quieren salirse del libreto y optar por una planta particular que, eso sí, requiere de cuidados especiales.
Empecemos derrumbando mitos: no, las plantas carnívoras no le van a quitar un dedo o una mano. Son carnívoras porque a diferencia de las plantas comunes tienen flores depredadoras que pueden alimentarse de nutrientes que no absorben directamente del sol sino que cazan ellas mismas.
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En el caso de la popular Venus atrapamoscas, se trata de una planta con un tamaño promedio de 8 centímetros que tiene una velocidad de cierre de 0,16 segundos, y pelos especiales en las hojas que sirven como una suerte de alarma para enviar la señal tan pronto sienten un insecto posándose.
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Cuidados de las plantas carnívoras
Y acá viene la otra pregunta frecuente en estos casos ¿si es una planta de interior, qué pasa si no tiene insectos suficientes para alimentarse? En estos casos los expertos recomiendan dejar que la planta utilice sus propios recuros spara suplir sus necesidades. La falta de esos nutrientes no la matará, aunque quizás si vuelva más lento su crecimiento.
Dicho eso hay que aclarar que requieren un sustrato específico de tipo ácido y este debe estar siempre húmedo (con cuidado de no inundarlas). También es recomendable regarlas con agua lluvia o agua con poca mineralización. ¿La razón? el agua normal contiene minerales que se pueden acumular hasta ocasionarles la muerte. No necesitan sol directo, pero sí estar en lugares bien iluminados.
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¿Y cómo les va con las plagas? Pues aunque son plantas resistentes, pueden ser atacadas por plagas especificas como ácaros, escarabajos, pulgones y hongos. De acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá, los pulgones se pueden tratar a mano, con agujas o insecticidas (aunque no todas las plantas los soportan). Los ácaros, por su parte, deben ser tratados con fungicida, y los escarabajos, limpiando las hojas.