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Plantas de buena suerte o la buena suerte de tener cosas bellas y llenas de vida

Hay una larga lista de especies asociadas con la buena suerte en una multitud y culturas. Más allá de hacerle, o no, caso a la creencia, sepa cómo cuidar algunas de las variedades más populares. La fortuna es un asunto volátil, pero una cosa es segura: estas plantas le traerán belleza y vida a su casa.

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15 de enero de 2024 - 03:16 p. m.
Imagen de referencia.
Imagen de referencia.
Foto: Pixabay

La relación con las plantas es, quizá, uno de los vínculos más antiguos y diseminados en la humanidad. Y se entiende: al final de cuentas, la interacción con el mundo alrededor, incluyendo sus vegetales habitantes, ha condicionado y permitido (o condenado) a civilizaciones enteras.

Por eso, no es de extrañar que, además de sus usos medicinales o para tareas de la vida diaria, las plantas tengan un lugar especial en los altares que el hombre ha erigido para una diversidad amplia de figuras divinas. Las relaciones teológicas o místicas de muchas culturas y sociedades han estado mediadas por plantas, justamente.

Es por este camino que llegamos a las asociaciones y relaciones que una variedad amplia de sistemas de creencia han formado con las plantas y con las propiedades (poderes, les llamarían algunos; no aquí) que estas tienen más allá de sus aspectos físicos, químicos y botánicos.

Visto desde este punto de vista, no sorprende en lo absoluto que haya listados enteros de plantas que, según algunas creencias y supersticiones, atraen el dinero o la buena fortuna, así como hay tantas otras especies de las cuales es mejor mantenerse alejado.

No se trata de discutir los méritos que estas asociaciones tienen (botánicamente hablando, pocos, de paso), pero si está considerando obtener algunas de estas plantas (por las razones que sean), esta breve guía le puede ayudar a entender cómo cuidar estas plantas para mantenerlas en buenas condiciones: la buena fortuna de cuidar y ver prosperar otra forma de vida.

Lavanda

Bajo ciertas visiones, esta planta se asocia con la protección de las malas energías (no, no hablamos de los cambios en voltaje que, por cierto, sí son muy dañinos).

La lavanda pertenece a un género de plantas que contiene por lo menos 60 especies, que puede llegar a medir metro y medio de altura, y que, además, puede ser cultivada tanto en exteriores como en interiores.

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Es una especie que requiere mucha luz (sol directo al menos unas 6 horas al día) y es resistente a los cambios de temperatura, pues puede soportar hasta -15 grados centígrados. De ahí que sea ideal para balcones y terrazas, incluso si son de altura.

El riego es otro asunto clave porque no es una planta amiga del exceso de agua ni de los encharcamientos. Se aconseja un riego semanal y siempre enfocado en humedecer el sustrato y no las ramas o las flores que son propensas a la aparición de hongos. Si el ambiente es muy húmedo o está en un lugar muy frío, el riego puede ser más espaciado. Haga el ejercicio de revisar su planta antes de darle agua y constate primero que la tierra está completamente seca.

Bambú de la suerte

Bueno, su nombre delata su presencia en este breve listado.

Esta planta, aunque originaria del sudeste asiático y ciertas regiones de África, está ampliamente diseminada y cuenta con más de 1.000 especies, entre ellas la guadua (una de las más populares en Colombia, por ejemplo).

El bambú es ampliamente reconocido por dos características principales: su rápido crecimiento (hay variedades que pueden sumar más de 30 centímetros por día) y su resistencia y flexibilidad. Estas particularidades lo han convertido en un material común para andamiaje en varios lugares de Asia.

Por lo general, esta planta es reconocida como una especie acuática, o sea, que debe estar sumergida, parcial o totalmente, en agua.

En el caso de este bambú, es necesario que sus raíces estén bajo el agua, pero no sus hojas.

Ahora bien, el bambú de la suerte también puede adaptarse a vivir y crecer en sustrato sólido, o sea en tierra.

Se trata de una planta de tallo esbelto y hojas alargadas que le dará un toque estilizado a cualquier rincón. Además de ser asociado con la fortuna, esta planta se ha convertido en un elemento de diseño en interiores debido a su agraciada figura, además de sus vivos colores.

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Esta planta no soporta el sol directo, pero sí requiere de lugares iluminados para su crecimiento. La cercanía a una ventana, en caso de interiores, es clave, así como la necesidad de sombra si se trata de exteriores.

La planta del dinero o millonaria

Otra planta que delata por qué está incluida en este listado. La planta del dinero es asociada con la buena fortuna en muchas culturas. Sus cuidados son sencillos y, en un ambiente propicio, puede ser una compañera permanente durante años.

Más allá de sus asociaciones con el dinero o la buena suerte, la planta del dinero (la millonaria) es popular entre los jardines de interior por sus facilidades de cuidado y su belleza simple, pero certera, que se ofrece con facilidad y puede durar toda una vida.

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Esta planta es originaria de África y algunas porciones de Asia, por lo que suele adaptarse mejor a climas cálidos, especialmente en exteriores.

La planta del dinero es perfecta para materas, aunque no tiene ningún problema o restricción si se le planta en terreno abierto.

Esta es una especie que agradece la luz continua, pero no soporta mucho la directa. No morirá, pero su crecimiento y duración se verán impactados. Pasa lo mismo con los lugares sombreados.

Así que, su ubicación preferida es cerca a ventanas o balcones, pero sin recibir el rayo directo del sol.

En términos de riego, requiere de agua un par de veces por semana, apenas para mantener humedad de la capa superior de la tierra. No es amiga de los excesos de agua y por su origen (de climas cálidos) lidia mejor con la ausencia de agua (lo que no quiere decir que hay que someterla a periodos sin riego).

El árbol de jade

Aunque no lo crea, esta planta también se asocia con el dinero y la fortuna en el mundo del Feng Shui.

La proliferación de plantas que están asociadas a la plata pareciera señalar que lo que hay no son problemas de buena suerte, sino económicos y, quizá, de finanzas personales.

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En todo caso, la planta o árbol de jade es una variedad de suculenta muy longeva y de crecimiento espaciado. Originaria de África, esta planta se ha popularizado con los años en decoración de interiores no solo por su belleza particular sino por tratarse de una especie que requiere pocos cuidados: ideal incluso para los mataplantas.

¿Cómo cuidarla? La verdad es que para su mantenimiento solo hay que estar atentos a dos factores clave: agua y luz.

En el caso del primero, es importante entender que, como se trata de una suculenta, el árbol de jade necesita un sustrato que permita un buen proceso de drenaje (clave que la matera tenga lo mismo) y un riesgo no muy abundante. Aplica aquí el lema de menos es más. Puede recibir agua incluso cada quince días, eso sí teniendo en cuenta que se debe humedecer el sustrato y no las hojas. Lo importante aquí es hacerlo cuando la tierra esté completamente seca, y no solo la superficie sino la parte más profunda, así garantizamos que no haya encharcamientos.

Respecto al segundo factor, hay que decir que se trata de una planta que requiere mucha luz y puede incluso funcionar en exteriores, dependiendo del ambiente: no soportan muy bien el sol fuerte directo y los climas demasiado fríos pueden afectar sus raíces. La coloración rojiza en sus hojas es una señal de exceso de sol, sobre todo si se presenta no solo en los bordes.

La lengua de suegra

Según el Feng Shui, aunque esta planta atrae la buena fortuna, sus “poderes” se limitan a una acción de exteriores, por lo que debe ser colocada en balcones o terrazas.

Y, sin embargo, la lengua de suegra es un excelente purificador de aire: de acuerdo con un estudio de aire limpio realizado por la NASA, sus hojas absorben toxinas como el óxido de nitrógeno, benceno, formaldehído, xileno y tricloroetileno. así que bien puede ser un compañero de interiores si prefiere creerle a la agencia que llevó al hombre a la Luna, entre otros logros no menores.

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Las hojas de la sansevieria pueden alcanzar hasta los 50 centímetros de altura y resiste temperaturas elevadas (40º c) e incluso puede soportar hasta algunos grados bajo cero (-5 °C). Por eso es tan versátil que puede plantarse en exteriores.

En términos de luz, aunque no requieren recibir sol directo, sí agradecen los espacios con buena iluminación. Como son plantas resistentes, también se pueden adaptar a lugares en los que quizás no reciban tanta luz, pero esto puede retrasar su crecimiento, que de por sí ya es lento: al año pueden nacer en promedio cuatro hojas nuevas. Tienen una floración poco frecuente (no en todos los casos ocurre) que puede tardar incluso años en darse. Cuando pasa, produce flores en racimos de color blanco y amarillo pálido.

Para el riego es clave tener en cuenta que no necesita agua en exceso y tan solo hay que regarla cuando la tierra esté completamente seca. Antes de regarla, puede utilizar el truco de introducirle un palito en la tierra para cerciorarse de que al interior no esté húmeda y evitar que se pudra.

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