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Plantas vs. zombies: estrategias de ataque y defensa en el reino vegetal

Las plantas en la naturaleza han desarrollado estrategias sorprendentes para defenderse: desde disparar semillas hasta envenenar a sus depredadores. Descubra cómo estas tácticas reales inspiraron las batallas en Plantas vs. Zombies.

Diego Alejandro Suárez Guerrero
20 de marzo de 2025 - 12:45 a. m.
Las plantas en la naturaleza han desarrollado estrategias sorprendentes para defenderse: desde disparar semillas hasta envenenar a sus depredadores.
Las plantas en la naturaleza han desarrollado estrategias sorprendentes para defenderse: desde disparar semillas hasta envenenar a sus depredadores.
Foto: Getty Images
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La naturaleza es un campo de batalla constante. Mientras los zombies en Plantas vs. Zombies avanzan con hambre insaciable, las plantas despliegan una variedad de estrategias para defenderse, disparando guisantes, lanzando proyectiles explosivos o incluso congelando a sus enemigos.

Aunque claramente el juego lleva al extremo muchas de estas habilidades, la realidad es que las plantas han desarrollado mecanismos de defensa igual de sorprendentes contra sus depredadores naturales. Para comprender mejor esta lucha, El Espectador consultó al biólogo especializado en ecología vegetal, Emilio Castellanos, quien nos guiará a través de un viaje por las estrategias de defensa en el mundo vegetal.

I. La defensa activa de las plantas: El Lanzaguisantes y la Disparaguisante son dos de las plantas más icónicas del juego, capaces de atacar directamente a los zombies con proyectiles. Aunque en la vida real no encontramos plantas que disparen semillas con tanta precisión, sí existen especies capaces de lanzar sustancias químicas o incluso proyectiles físicos para defenderse. “El caso más emblemático en la naturaleza es el del Echhornia crassipes, una planta acuática que, al ser perturbada, expulsa semillas a varios metros de distancia. Pero si hablamos de plantas con una respuesta de ataque más elaborada, debemos considerar a la Ricinus communis, o ricino, cuyas semillas contienen ricina, una toxina letal para los herbívoros”, explica Castellanos.

Otro ejemplo es el pepino explosivo (Ecballium elaterium), que al madurar, acumula presión interna y puede lanzar sus semillas hasta a seis metros de distancia, un mecanismo similar al de las Disparaguisantes en el juego. “Aunque no sea un ataque directo, sí impide que los herbívoros se acerquen demasiado y permite la dispersión efectiva de las semillas”, añade el experto.

II. Espinas y estructuras físicas:El juego presenta a la Nuez y la Tall-Nuez como barreras resistentes que absorben el daño y ralentizan a los zombies. En la vida real, muchas plantas han desarrollado defensas estructurales impenetrables que cumplen esta misma función. “El mejor ejemplo de defensa estructural son los cactus (Cactaceae), que han desarrollado espinas afiladas para disuadir a los herbívoros”, explica Castellanos. “Estas espinas no solo dificultan el acceso a la planta, sino que también pueden contener sustancias tóxicas o irritantes, como ocurre con la cholla (Cylindropuntia), cuyas espinas tienen pequeñas púas retráctiles que se adhieren a la piel y provocan inflamación”.

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Otra defensa física efectiva es la corteza gruesa de algunos árboles, como el alcornoque (Quercus suber). “Si pensamos en la Tall-Nuez, podemos compararla con la gruesa corteza de los robles y alcornoques, que los protege contra incendios y depredadores”, argumenta Castellanos. “Estas estructuras no solo impiden que los animales se alimenten de ellos, sino que también pueden regenerarse tras ser dañadas”.

III. Toxinas y venenos: El Hielaguisantes y la Petacereza son dos ejemplos de ataque químico en el juego. En la naturaleza, muchas plantas han desarrollado mecanismos similares para envenenar o incapacitar a sus agresores.

Las plantas no pueden huir, así que han evolucionado para producir sustancias químicas que afectan el sistema nervioso, digestivo o reproductivo de los herbívoros, explica Castellanos.

El caso más conocido es el de la Nicotiana tabacum, o tabaco, cuyas hojas contienen nicotina, un alcaloide tóxico para la mayoría de los insectos. Actúa como un neurotóxico que paraliza y mata a los depredadores”, agrega el experto.

Otro ejemplo es la acacia (Acacia cornigera), que libera taninos amargos en sus hojas cuando es mordida por un herbívoro.

Además, algunas acacias establecen relaciones simbióticas con hormigas que las defienden activamente, un mecanismo que podríamos comparar con el de la Patapum, una planta del juego que explota cuando un enemigo la toca

, agrega Castellanos.

IV. Atracción de depredadores: Una de las plantas más icónicas del juego es la Carnívora, capaz de devorar zombies enteros. En la naturaleza, aunque las plantas carnívoras no cazan criaturas tan grandes, sí han desarrollado mecanismos letales para atrapar insectos y pequeños animales. “Las Dionaea muscipula (Venus atrapamoscas) funcionan con un mecanismo de activación basado en pelos sensores”, explica Castellanos. “Cuando un insecto toca dos de estos pelos en un lapso de 20 segundos, la trampa se cierra en menos de un segundo. La velocidad de este mecanismo es impresionante y muestra cómo algunas plantas pueden moverse de manera activa para capturar presas”, dice el experto.

Otra estrategia similar es la de la Nepenthes rajah, una planta jarro gigante capaz de atrapar pequeños mamíferos como roedores. “En este caso, la planta segrega néctar en el borde de su trampa para atraer a sus víctimas, un mecanismo similar al de las carnivoras del juego”, concluye el experto.

V. Comunicación y respuestas colectivas: Si bien en el juego las plantas parecen actuar de manera independiente, en la naturaleza muchas especies utilizan señales químicas para advertir a otras sobre la presencia de depredadores, un sistema comparable a las mecánicas de defensa en cadena en Plantas vs. Zombies.

“Un claro ejemplo de esto son las plantas de tomate y tabaco, que liberan compuestos volátiles al ser atacadas por insectos. Estas sustancias pueden alertar a otras plantas cercanas, que comienzan a producir defensas antes de ser atacadas”, explica Castellanos.

Otro caso ocurre en el maíz (Zea mays), que emite señales químicas cuando sus raíces son atacadas por insectos. “Esas señales atraen a avispas parasitoides, que ponen sus huevos dentro de los insectos que devoran el maíz. En esencia, el maíz llama refuerzos para combatir a sus enemigos”, detalla el experto.

Aunque Plantas vs. Zombies lleva al extremo la capacidad de defensa de las plantas, muchas de sus mecánicas tienen raíces en estrategias naturales reales. Desde plantas que disparan semillas, hasta especies que envenenan o paralizan a sus agresores, la naturaleza ha desarrollado una variedad de herramientas para garantizar su supervivencia en un mundo hostil. “El mundo vegetal es mucho más complejo y fascinante de lo que imaginamos”, concluye Castellanos. “Si bien no veremos plantas escupiendo guisantes o explotando contra zombies, sí encontramos estrategias de defensa igual de sorprendentes, muchas de las cuales aún estamos descubriendo”.

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Por Diego Alejandro Suárez Guerrero

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