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Las abejas juegan un papel fundamental en la polinización, un proceso vital para la reproducción de muchas plantas y la producción de alimentos. Gabriel Rubiano, agricultor de Colviveros, explicó en La Huerta de El Espectador, la importancia de las abejas, los desafíos que enfrentan y las implicaciones de su declive en los ecosistemas y la agricultura.
De acuerdo con Rubiano, las abejas son responsables de polinizar aproximadamente el 75% de las plantas con flores y alrededor del 35% de los cultivos alimentarios a nivel mundial. “Las abejas contribuyen significativamente a la producción de frutas, verduras y nueces, lo que representa un valor económico de miles de millones de dólares anuales”, dijo al señalar que existen más de 20,000 especies de abejas “cada una adaptada a diferentes plantas y ecosistemas. Las abejas melíferas son las más conocidas, pero las abejas solitarias y los abejorros también desempeñan un papel crucial”.
Las abejas aumentan el rendimiento de cultivos como el almendro, el manzano y el tomate, según Rubiano. “En cuanto a los almendros, tienen una dependencia total de polinizadores para la fertilización cruzada. Las abejas son esenciales para el transporte del polen entre flores, lo que mejora el cuajado y la calidad de los frutos. En los manzanos, las abejas aumentan la cantidad de polen transferido entre flores, lo que resulta en manzanas de mejor tamaño y forma. También contribuyen a la polinización cruzada, necesaria para muchas variedades. Y en los tomates, las abejas aumentan la cantidad de polen transferido entre flores, lo que resulta en manzanas de mejor tamaño y forma. También contribuyen a la polinización cruzada”.
La seguridad alimentaria global depende en gran medida de la polinización por abejas. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que la pérdida de polinizadores puede llevar a una disminución en la producción de cultivos esenciales, lo que afectaría la disponibilidad de alimentos y la nutrición humana.
“Las abejas enfrentan múltiples amenazas, entre ellas el cambio climático, la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y las enfermedades. Los pesticidas neonicotinoides, ampliamente utilizados en la agricultura, tienen efectos adversos sobre las abejas, debilitando su sistema inmunológico y reduciendo su capacidad de encontrar alimento”, señala la FAO.
De acuerdo con el documento, el cambio climático altera los patrones de floración de las plantas, “desincronizando la disponibilidad de flores con la actividad de las abejas. Se encontró que el aumento de las temperaturas afecta la fenología de las plantas, lo que puede tener consecuencias devastadoras para las poblaciones de abejas”.
Implicaciones de la ausencia de abejas
Rubiano habla del declive de las abejas debido a causas de uso de pesticidas, pues los de tipo neonicotinoides pueden afectar negativamente la salud de las abejas, debilitando su sistema inmunológico y reduciendo su capacidad de orientación. Además la pérdida de hábitat, ya que la urbanización y la agricultura intensiva han reducido significativamente los hábitats naturales, limitando las fuentes de alimento y los lugares de anidación. La tercera causa, afirma Rubiano, es la aparición de enfermedades y parásitos, dado la proliferación del ácaro Varroa y la propagación de virus han sido documentadas como causas importantes del deterioro de las colonias de abejas. Otra es el cambio climático que altera los patrones de floración y disponibilidad de recursos, afectando la supervivencia y el comportamiento de las abejas. Rubiano culmina las causas con los monocultivos, pues la falta de diversidad en los cultivos agrícolas limita la variedad de polen y néctar, afectando la nutrición de las abejas.
Estos factores interrelacionados están causando un impacto significativo en las poblaciones de abejas, lo que preocupa a la comunidad científica por su papel esencial en la polinización y la biodiversidad.
El declive de las abejas tiene implicaciones ecológicas y económicas, según Rubiano. “La pérdida de polinizadores puede llevar a la disminución de la biodiversidad vegetal, lo que afecta a otras especies que dependen de estas plantas para su supervivencia”, explicó Rubiano. Además, un menor rendimiento de los cultivos puede impactar negativamente en los ingresos de los agricultores, pues “sin ellas, muchos agricultores tendrían que recurrir a métodos de polinización manual, lo que es costoso y menos efectivo”.
Para mitigar esta situación, se están implementando varias estrategias. La creación de hábitats amigables para polinizadores, la reducción del uso de pesticidas y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles son cruciales. Iniciativas como el Plan de Acción para Polinizadores de la Unión Europea buscan proteger a las abejas mediante la implementación de políticas que favorezcan su conservación. Esta iniciativa consiste en mejorar y restaurar los hábitats naturales y seminaturales para los polinizadores en paisajes agrícolas y urbanos, promover el uso de productos fitosanitarios menos perjudiciales y fomentar prácticas agrícolas sostenibles, establecer sistemas de monitoreo para evaluar el estado de las poblaciones de polinizadores y apoyar la investigación sobre sus amenazas y soluciones, y aumentar la conciencia pública y la participación sobre la importancia de los polinizadores y las formas de protegerlos.
¿Cómo interactúan las abejas con los diferentes tipos de plantas?
Cultivos Frutales: En la agricultura las abejas son fundamentales para la polinización de muchos cultivos frutales, como manzanas, almendras y cítricos. Estos cultivos dependen en gran medida de las abejas para la transferencia de polen entre las flores, lo que resulta en una mejor calidad y cantidad de fruta.
Hortalizas: Las abejas también juegan un papel clave en la polinización de hortalizas como tomates, pepinos y calabacines. Aunque algunas de estas plantas pueden autopolinizarse, la presencia de abejas mejora significativamente la producción.
Flores Silvestres: En los ecosistemas naturales, las abejas polinizan una amplia variedad de flores silvestres, manteniendo la biodiversidad y la salud de los hábitats naturales. La diversidad de las plantas silvestres depende de las abejas para la reproducción y el mantenimiento de las poblaciones vegetales. Las abejas visitan diferentes tipos de flores, promoviendo la diversidad genética de las plantas, lo que es esencial para la resiliencia de los ecosistemas.
Rubiano explica que hay una diferencia entre la participación de las abejas en los ecosistemas agrícolas y los naturales. “En los ecosistemas agrícolas, las abejas son fundamentales para maximizar el rendimiento de cultivos económicamente importantes. Sin su actividad polinizadora, la producción de alimentos disminuiría significativamente, afectando la seguridad alimentaria y los ingresos de los agricultores. En los ecosistemas naturales, las abejas son cruciales para mantener la estabilidad y diversidad. La polinización que realizan contribuye a la reproducción de plantas silvestres, que a su vez sustentan a una variedad de especies animales” dijo.
Por último, marca una diferencia entre la polinización generalista y especializada: “las abejas pueden ser polinizadoras generalistas, capaces de visitar muchas especies de plantas, o especializadas, centradas en unas pocas especies específicas. Las abejas generalistas contribuyen a una mayor diversidad de plantas en un ecosistema, mientras que las especializadas son vitales para la reproducción de plantas específicas que no serían polinizadas por otros medios” dijo Rubiano, agregando que “ las abejas generalistas ayudan a mantener la diversidad y redundancia de los ecosistemas, ya que polinizan una amplia la mayor cantidad de plantas. Mientras que las abejas especializadas son críticas para la supervivencia de ciertas especies de plantas, asegurando la polinización de flores con estructuras o tiempos de floración particulares”.
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