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La protección de las plantas en huertas y jardines se ha convertido en una necesidad para muchos amantes de la jardinería. A medida que crece la preocupación por el uso de productos químicos, la búsqueda de soluciones más ecológicas y seguras ha llevado a la exploración de insecticidas naturales. Estos métodos ofrecen una alternativa efectiva y sostenible para combatir plagas sin poner en riesgo la salud de las plantas, el entorno o las personas. Al emplear ingredientes simples y accesibles, es posible crear insecticidas caseros que no solo protegen los cultivos, sino que también fomentan un enfoque más responsable hacia el cuidado del jardín.
“Un insecticida es una mezcla diseñada específicamente para eliminar, repeler o controlar insectos que causan daños a plantas, animales, o bienes humanos. Los insecticidas son utilizados en una amplia gama de aplicaciones, desde la protección de cultivos agrícolas hasta el control de plagas en entornos domésticos y urbanos”, explicó el ingeniero ambiental Gabriel Suárez en entrevista con El Espectador. Estos productos son esenciales en la agricultura para mantener la salud de los cultivos y garantizar una buena producción, ya que los insectos pueden destruir cosechas enteras, transmitiendo enfermedades o afectando el crecimiento de las plantas.
Suárez explica que existen insecticidas naturales que se pueden emplear en huertas y jardines caseros, utilizando ingredientes ecológicos y seguros para el hogar. “Estos productos son esenciales en la agricultura para mantener la salud de los cultivos y garantizar una buena producción, ya que los insectos pueden destruir cosechas enteras, transmitiendo enfermedades o afectando el crecimiento de las plantas”, agregó.
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Guía para hacer insecticidas naturales en casa
De ajo:
Para crear un insecticida de ajo, el experto explica que necesitará 2-3 dientes de ajo, 1 litro de agua y, opcionalmente, 1 cucharada de jabón biodegradable. Triture los dientes de ajo hasta formar una pasta y mezcle esta pasta con el agua en un recipiente. Deje reposar la mezcla durante 24 horas y luego cuele para eliminar los restos sólidos. Si lo desea, añada el jabón biodegradable y mezcle bien. Finalmente, rocíe la solución en las hojas y tallos de las plantas infestadas.
De aceite de neem:
“Para prepararlo, mezcle 2 cucharadas de aceite de neem con 1 litro de agua y 1 cucharada de jabón biodegradable. Combine el aceite con el agua en un recipiente y añada el jabón, agitando bien para emulsionar. Vierta la solución en un pulverizador y rocíela generosamente sobre las plantas afectadas, asegurándose de cubrir tanto la parte superior como la inferior de las hojas”, dijo Suárez.
De jabón:
Para un insecticida de jabón, disuelva 2-3 cucharadas de jabón biodegradable en un litro de agua. Vierta la solución en un pulverizador y rocíala sobre las plantas afectadas, enfocándose en las áreas donde se observan plagas como pulgones y moscas blancas. De acuerdo con Suárez, este método es simple y muy efectivo para el control de insectos.
De ají:
Si prefiere un insecticida de chile o ají, necesitará 2 cucharadas de chile en polvo o 2-3 chiles frescos. “Mezcle el chile en polvo con un litro de agua, o triture los chiles frescos y mézclelos con el agua. Deje reposar la mezcla durante 24 horas y luego cuele para eliminar los sólidos. Puede añadir una cucharada de jabón biodegradable si lo desea. Rocíe la solución en las plantas afectadas, prestando especial atención a las áreas con plagas”, explicó Suárez.
Por último, la tierra de diatomeas es un insecticida natural que puede usar fácilmente. Solo necesita comprar tierra de diatomeas en tiendas de jardinería. Espolvoree la tierra directamente sobre las hojas y el suelo alrededor de las plantas, asegurándose de cubrir las áreas donde se observan plagas. Repita la aplicación después de la lluvia o riego, ya que la tierra de diatomeas pierde eficacia cuando se moja.
“Sin embargo, no todos los insecticidas naturales son seguros para todas las plantas, y es importante tener en cuenta algunas consideraciones antes de aplicar cualquier tratamiento”, advirtió el experto al explicar los aspectos a tener en cuenta.
- Sensibilidad de la planta: Algunas plantas son más susceptibles a los ingredientes de los insecticidas naturales. Por ejemplo, el ajo y el chile pueden causar irritación en plantas delicadas como las begonias o las azaleas, que son sensibles a sustancias fuertes. En cambio, plantas más robustas como los tomates o pimientos generalmente toleran bien el uso de insecticidas a base de ajo o chile.
- Etapa de crecimiento: Las plántulas o las plantas jóvenes son más vulnerables a los tratamientos insecticidas, ya que su tejido es más delicado y puede ser dañado fácilmente. En general, es aconsejable usar concentraciones más bajas de insecticidas en plantas jóvenes. Por ejemplo, si se utiliza un insecticida de jabón en una plántula de lechuga, es mejor comenzar con una dilución de 1 cucharada de jabón en 2 litros de agua, en lugar de la mezcla estándar, para evitar dañar la planta.
- Tipo de plaga: La efectividad de los insecticidas naturales puede variar según el tipo de plaga que se esté tratando. Por ejemplo, el aceite de neem es altamente efectivo contra plagas como los pulgones y ácaros, pero puede no ser tan efectivo contra plagas como las orugas.
- Condiciones ambientales: Las condiciones climáticas influyen en la efectividad y la seguridad de los insecticidas. En climas cálidos y soleados, aplicar un insecticida puede provocar quemaduras en las hojas. Es mejor aplicar insecticidas naturales en la mañana temprano o al atardecer, cuando las temperaturas son más bajas. Por ejemplo, si planea rociar un insecticida de jabón sobre plantas de albahaca, espere a que caiga la tarde y la temperatura baje para evitar que el sol queme las hojas recién tratadas.
- Interacción con otros tratamientos: Si la planta ha recibido otros tratamientos, como fertilizantes o pesticidas químicos, es importante tener en cuenta cómo pueden interactuar. Algunos insecticidas naturales pueden no ser compatibles con ciertos productos químicos, lo que podría resultar en una reacción negativa. Por ejemplo, si ha fertilizado sus plantas de pimiento con un fertilizante químico, y planea usar un insecticida de ajo, asegúrese de esperar al menos una semana entre aplicaciones. Esto evitará cualquier interacción que podría estresar a la planta.
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