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“Las plantas siempre sienten nuestra energía y eso es lo que le transmitimos, incluso inconscientemente”, dice Gabriel Rubiano, agricultor de Colviveros, la organización gremial agro empresarial que organiza, estimula y promueve el desarrollo, la competitividad y la sostenibilidad de los viveristas y de los pequeños productores de plantas ornamentales en el país
Según él, nuestra comunicación con las plantas, transmitiéndoles nuestra energía, no siempre se produce hablando “con una mirada o cuando las acaricio ellas están sintiendo, aparte de la más convencional que es hablando con ellas”. Si bien esta comunicación no es tan esencial como el uso del compost, los cuidados en el riego o la exposición a la luz, la transmisión de buena energía sí puede generar beneficios a las plantas.
“En contextos agrícolas, la optimización del crecimiento de las plantas mediante técnicas de comunicación podría aumentar la productividad y la calidad de los cultivos”, insiste Rubiano.
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Beneficios para las plantas
De acuerdo con un estudio publicado en 2019 por Scientific Reports, que investigó cómo las vibraciones mecánicas (similares a las que se producen por el sonido) podrían afectar el crecimiento de las plantas, dichas vibraciones pueden inducir respuestas moleculares y bioquímicas, potencialmente influenciando su crecimiento y desarrollo. Además, las vibraciones, junto al dióxido de carbono emitido por la respiración, pueden tener efectos mínimos en el crecimiento de las plantas.
Así mismo, según el mismo estudio, en la comunicación con las plantas es más probable que se detecten problemas como plagas, enfermedades o necesidades de riego. El estudio indicó que “ las plantas podrían usar mecanismos internos para detectar y responder a vibraciones mecánicas, posiblemente a través de modificaciones en la expresión génica o en los procesos metabólicos”.
Por último, las plantas necesitan dióxido de carbono para realizar la fotosíntesis, un proceso crucial para su crecimiento y desarrollo. La respiración humana y la exhalación de CO2 aumenta ligeramente la concentración de este gas alrededor de las plantas en ambientes cerrados.
Estos beneficios, dice Rubiano, funcionan para todas las plantas “esto es tácito, por eso los beneficios funcionan igual en todas las plantas. Ahora, tampoco es que si no le hablamos las plantas se vayan a morir, no, porque las plantas identifican la energía de cualquier forma, sin que la transmitamos de forma consciente”.
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Beneficios para el ser humano
Para Paola Rubio, psicóloga especializada en psicología clínica, “la comunicación que tenemos con las plantas ocurre porque tenemos mucha energía por soltar, gracias a la que acumulamos en la serotonina e insulina”.
Las plantas son un lugar seguro para la necesidad que tiene de comunicarse el ser humano. Además, pasar tiempo cuidando y observando las plantas puede ayudar a reducir los niveles de estrés y promover la relajación. Esta actividad puede servir como una forma de meditación o atención plena, que son conocidas por sus beneficios para la salud mental.
Por otra parte, dijo Rubio, cuidar plantas y observar su crecimiento puede proporcionar una sensación de logro y satisfacción personal. Ver cómo prosperan bajo su cuidado puede ser gratificante y mejorar el estado de ánimo. Para algunas personas, hablar con las plantas o incluso imaginar que las plantas responden puede proporcionar una sensación de compañía y confort emocional.
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