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Riego en las plantas: claves para entender su importancia y saber cómo hacerlo

El riego es fundamental para el crecimiento y la salud de las plantas, ya que les proporciona el agua necesaria para sus procesos vitales. Conozca la ciencia detrás del riego y cómo la humedad del suelo junto a la absorción de agua impactan en el desarrollo vegetal, mientras descubre por qué entender el riego es clave para cualquier amante de la naturaleza.

La  Huerta
24 de septiembre de 2024 - 10:15 p. m.
Es importante observar la huerta para determinar cuándo y cuánto regar. Un indicador de la necesidad de riego es el aspecto de las hojas; si están caídas o "tristes", es hora de regar, aunque es preferible evitar que lleguen a ese estado. Las plantas siempre deben verse firmes.
Es importante observar la huerta para determinar cuándo y cuánto regar. Un indicador de la necesidad de riego es el aspecto de las hojas; si están caídas o "tristes", es hora de regar, aunque es preferible evitar que lleguen a ese estado. Las plantas siempre deben verse firmes.
Foto: Pixabay - jwvein

El riego es fundamental para el crecimiento y la supervivencia de las plantas. Sin este proceso, las raíces no podrían absorber el agua del suelo, lo que impide que obtengan los nutrientes necesarios para funciones vitales como la fotosíntesis. “Entender cómo funciona el riego es clave para mantener un entorno saludable, ya sea en jardines, cultivos o espacios urbanos”, explica David Malaver, ingeniero ambiental y botánico del Ministerio de Ambiente.

Cuando una planta se riega, se inicia un proceso complejo que implica varias etapas interconectadas. Primero, el agua penetra en el suelo y es absorbida por las raíces, que están cubiertas de pequeños filamentos llamados pelos radicales. Estos aumentan la superficie de contacto, facilitando la captación de agua y nutrientes disueltos. “Este proceso de absorción es esencial. Sin él, las plantas no podrían mantener su turgor, esa presión interna que les da firmeza y les permite estar erguidas”, señala Malaver.

El agua absorbida viaja a través de un sistema de tubos llamado xilema, que recorre el tallo y llega hasta las hojas. Aquí es donde la transpiración juega un papel crucial. A medida que el agua se evapora de la superficie de las hojas, crea una succión que facilita la llegada de más agua desde las raíces. Este mecanismo no solo permite el flujo de agua, sino que también ayuda a regular la temperatura de la planta y facilita el intercambio de gases, que son esenciales para la fotosíntesis.

El agua es vital para la fotosíntesis, un proceso mediante el cual las plantas convierten dióxido de carbono y luz solar en energía. “Sin un riego adecuado, las plantas no pueden llevar a cabo este proceso, lo que afecta su crecimiento y salud”, agrega Malaver. La glucosa producida se utiliza como fuente de energía y material para el crecimiento, mientras que el oxígeno se libera como un subproducto esencial para el medio ambiente.

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Principios clave del riego

Malaver menciona que el riego se basa en varios principios científicos. Uno de ellos es la ósmosis, que permite el movimiento del agua a través de las membranas celulares de las raíces. “Cuando se riegan, el agua del suelo tiene una menor concentración de solutos en comparación con el interior de las células de la planta. Esta diferencia provoca que el agua fluya hacia adentro”, detalla. Este fenómeno asegura que las plantas mantengan un suministro constante de agua y nutrientes.

La capilaridad también es esencial en este proceso, ya que permite que el agua se mueva a través de los poros del suelo y los tejidos de la planta. Este fenómeno físico ayuda al transporte de humedad, facilitando su ascenso desde las raíces hasta las hojas, incluso contra la gravedad.

Otro aspecto crucial es el equilibrio hídrico. Las plantas deben mantener un balance entre la cantidad de agua que absorben y la que pierden a través de la transpiración. Un desequilibrio, ya sea por exceso o falta de riego, puede provocar estrés hídrico, afectando negativamente su crecimiento y desarrollo. “Es esencial monitorear las necesidades hídricas de cada planta”, aconseja Malaver.

Diversidad en las necesidades de riego

Aunque estos principios son comunes a la mayoría de las plantas, las necesidades de riego varían ampliamente según diferentes factores. Malaver señala algunos aspectos importantes a considerar:

  • Tipo de planta: Las suculentas, como el aloe vera, almacenan agua en sus tejidos y requieren menos riego. En cambio, las plantas tropicales, como la palma de aceite, necesitan un suministro constante y abundante de agua.
  • Hábitat natural: Las xerófitas, que evolucionaron en ambientes secos, han desarrollado adaptaciones para conservar agua, como hojas reducidas y cutículas gruesas. Por otro lado, las higrófilas dependen más de la humedad y suelen prosperar en suelos anegados.
  • Sistema radicular: La estructura y profundidad del sistema de raíces influyen en la capacidad de absorción de agua. Algunas plantas tienen raíces superficiales que captan agua rápidamente, mientras que otras, como el roble, tienen raíces profundas que pueden acceder a capas más húmedas del suelo.
  • Condiciones ambientales: Factores como la temperatura, la humedad y el viento afectan la transpiración y, por ende, la cantidad de agua que una planta necesita. En climas cálidos y secos, las plantas pueden requerir más agua para mantener su turgor.
  • Ciclo de vida: Las necesidades hídricas cambian a lo largo del crecimiento de la planta. Las plántulas, por ejemplo, pueden necesitar un riego más frecuente que las plantas adultas, que son más tolerantes a la sequía.

“Conocer estos principios y variaciones no solo ayuda a jardineros y agricultores, sino que también es esencial para la sostenibilidad de nuestros ecosistemas. El riego, lejos de ser un simple acto, es un proceso vital que respalda la vida de nuestras plantas y, por ende, la salud de nuestro entorno”, dijo Malaver.

El riego, cuando se aplica de manera incorrecta o en exceso, puede tener varias consecuencias negativas para las plantas, según Malaver, tales como:

Estrés hídrico: Un riego excesivo puede provocar un estrés hídrico inverso. En lugar de recibir la cantidad adecuada de agua, las raíces pueden asfixiarse debido a la falta de oxígeno en el suelo. Esto afecta la salud general de la planta, impidiendo la absorción de nutrientes.

Enfermedades fúngicas: Un suelo demasiado húmedo favorece el desarrollo de enfermedades fúngicas, como la raíz de la pudrición. Los hongos prosperan en condiciones de alta humedad y pueden dañar las raíces, lo que lleva a un debilitamiento y eventual muerte de la planta.

Desequilibrio de nutrientes: El riego excesivo puede causar la lixiviación de nutrientes esenciales del suelo, como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto puede resultar en deficiencias nutricionales, que a su vez afectan el crecimiento, la floración y la resistencia a enfermedades.

Compactación del suelo: Demasiada agua puede compactar el suelo, reduciendo su capacidad para retener aire y dificultando el desarrollo de las raíces. Un suelo compacto limita la absorción de agua y nutrientes, afectando negativamente la salud de la planta.

Desarrollo de raíces superficiales: El riego excesivo puede incentivar el crecimiento de raíces superficiales en lugar de raíces más profundas. Esto hace que la planta sea más vulnerable a condiciones de sequía, ya que no puede acceder a las reservas de agua más profundas en el suelo.

Crecimiento anormal: El exceso de agua puede llevar a un crecimiento anormal, donde las plantas desarrollan tallos débiles y un follaje exuberante, pero carecen de robustez. Esto las hace más susceptibles al daño por viento y plagas.

Contaminación del agua: El uso excesivo de agua para el riego puede contribuir a la contaminación del agua subterránea, especialmente si se emplean fertilizantes y pesticidas en exceso. Estos productos químicos pueden filtrarse y afectar la calidad del agua en las fuentes cercanas.

Impacto en la biodiversidad: El riego inadecuado puede alterar los ecosistemas locales. Las plantas que requieren condiciones específicas de humedad pueden verse afectadas, lo que puede llevar a un cambio en la biodiversidad del área.

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