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De las plantas aromáticas, la salvia es, quizá, una de las menos conocidas. Sin la aplicación masiva en la cocina del romero, la albahaca o el orégano, la salvia igual tiene lo suyo.
Por un lado, su aroma es una presencia bienvenida en los jardines urbanos, en particular porque puede actuar como una suerte de repelente natural para algunos insectos (como ciertos tipos de mosquitos y polillas). Esto no sólo es útil de cara a los humanos, sino también ayuda a mantener un jardín (o una huerta en casa) en mejor estado de salud.
Y, por el otro, es una planta que ha sido usada en preparaciones de medicina tradicional para lidiar con males menores, como indigestión o pequeñas heridas en las mucosas de la boca.
Antes de continuar, bien vale aclarar que, como con todas las plantas que tienen usos en medicina tradicional, el uso de la salvia no reemplaza un tratamiento médico o la consulta con un profesional de la salud, por muy obvia que parezca esta aclaración.
Características y cuidados de la salvia
Esta es una planta que prospera, principalmente, en climas que van desde lo templado hasta lo cálido (pero con cuidado de no someterla a temperaturas extremadamente altas).
De fondo, la salvia es una especie bastante resistente y que se puede adaptar a una variedad de condiciones, además de no ser afectada, por lo general, por plagas y enfermedades.
En otras palabras, es una planta de fácil cuidado, lo que ayuda a concentrarse en sus beneficios y belleza sin tener que gastar demasiado tiempo con un esquema complejo en términos de luz, agua, poda, abono...
En cuanto al agua, la salvia puede ser más amiga de la sequía que de los excesos de humedad. Esto no quiere decir que se le puede mantener seca, sino que entre un extremo y otro de la recta, esta planta puede seguir viviendo con menos agua que con una cantidad exagerada de riego.
Lo ideal, entonces, es regarla una vez la tierra se presente ligeramente seca. El método de enterrar un palo de madera es, en este caso, la mejor opción para verificar el estado de humedad en las capas más profundas del sustrato y, así, tener claro si las raíces están húmedas o no.
Recordemos que uno de los primeros efectos adversos de los excesos de humedad en las plantas es una propensión a que las raíces se debilitan y se pudran y de ahí a que el resto de la planta comience a fallar y a morir eventualmente no hay muchos pasos de separación.
En términos de luz, la salvia es una planta que, por lo general, es preferible tener en exteriores, pues necesita de toda la luz que se le pueda brindar. Esto sin importar si se trata de radiación directa. De hecho, si la temperatura en donde está sembrada no es elevada, siempre será mejor exponerla al sol directamente que dejarla en un lugar de semisombra
Propiedades y usos medicinales de la salvia
La parte que se aprovecha de esta planta son las hojas, que suelen ser usadas en medicina tradicional mediante infusiones. También se pueden conseguir aceites esenciales (con profundo aroma) o incluso pomadas con extractos de salvia.
De acuerdo con el Instituto de los Pueblos Indígenas de México (INPI), la salvia ha sido usada en medicina tradicional para tratar males digestivos menores. Así mismo, según el “Vademécum colombiano de plantas medicinales” (publicado por el entonces Ministerio de la Protección Social), la salvia también se usa como antiinflamatorio y cicatrizante.
Según el INPI, el método más recomendado de consumo es hacer una infusión con unos 25 gramos de hojas de salvia por litro de agua y consumir no más de tres veces al día. Esta entidad del gobierno mexicano advierte que esta planta no debe ser consumida por mujeres embarazadas o lactantes, lista a la que el Vademécum añade niños menores de 2 años.
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