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Originarias de Brasil, estas plantas trepadoras pueden adaptarse a diferentes climas, pero requieren atención especial para resistir las bajas temperaturas. Conocer los cuidados necesarios para su mantenimiento, incluyendo ubicación, riego y protección contra el frío, es fundamental para disfrutar de su atractivo durante todas las estaciones.
Perteneciente al género Bougainvillea, su naturaleza trepadora le permite crecer y expandirse sobre estructuras como muros, pérgolas y rejas de casa, creando un efecto decorativo en jardines y espacios exteriores. Es apreciada en jardinería y paisajismo por su habilidad para añadir una presencia a los entornos al cubrir superficies verticales y horizontalmente. La buganvilla se ha convertido en una opción popular para embellecer tanto jardines residenciales como espacios públicos debido a su versatilidad y impacto visual.
De acuerdo con Juan Esteban Osorio, jardinero de la Universidad Externado de Colombia, en las buganvillas las estructuras coloridas que a menudo se confunden con flores son en realidad brácteas. Las brácteas son hojas modificadas que rodean y protegen a las verdaderas flores de la planta. Estas brácteas pueden ser de colores vivos como rosa, morado, rojo o blanco y forman racimos llamativos que dan a la planta su apariencia característica y decorativa.
“Las verdaderas flores de la buganvilla son pequeñas y de color blanco, y se encuentran en el centro de los racimos de brácteas. Estas flores son discretas y no tienen el mismo impacto visual que las brácteas. Su función es la reproducción, mientras que las brácteas, al ser coloridas y llamativas, atraen a los polinizadores como las abejas y mariposas hacia las flores verdaderas”, dijo Osorio.
Estas brácteas forman densos racimos que cubren las estructuras sobre las que crece. La planta desarrolla un sistema de raíces que se adapta para trepar y fijarse a superficies verticales, permitiendo que se expanda y cubra grandes áreas. Además, la buganvilla puede alcanzar longitudes considerables y se adapta a diversas formas de crecimiento, desde arbustos compactos hasta enredaderas extensas. En cuanto a su tamaño, la buganvilla puede alcanzar longitudes que varían según la especie y el entorno: desde arbustos compactos de unos pocos metros, hasta enredaderas que pueden extenderse hasta 10 metros o más. Su crecimiento puede ser tanto vertical como horizontal, adaptándose a diferentes tipos de soporte y espacio disponible.
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Cuidados de las buganvillas
“Siguiendo estos cuidados, las buganvillas pueden mantenerse saludables y seguir ofreciendo su exuberante y vibrante floración a lo largo del año”, expuso Osorio:
Ubicación y Luz: requieren una ubicación que reciba abundante luz solar. Idealmente, deben estar expuestas a pleno sol durante al menos 4 a 6 horas al día. La falta de luz solar puede afectar la intensidad del color de las brácteas y la floración.
Riego: estas plantas son relativamente resistentes a la sequía. En general, necesitan riegos regulares pero moderados. Durante el verano, es recomendable regar una vez a la semana si están plantadas en suelo y dos veces por semana si están en maceta. En invierno, el riego puede reducirse, ya que la planta requiere menos agua y el agua de lluvia suele ser suficiente. Es importante evitar el exceso de riego, ya que esto puede provocar problemas de pudrición en las raíces.
Espacio: las buganvillas necesitan suficiente espacio para crecer y extenderse. Pueden ser plantadas en el suelo o en macetas grandes. Es fundamental asegurarse de que tengan suficiente espacio para expandirse tanto vertical como horizontalmente, ya que pueden convertirse en plantas grandes y expansivas.
Sustrato y Abono: prefieren suelos bien drenados y no requieren suelos especialmente ricos en nutrientes. Un exceso de fertilización puede ser perjudicial. Para las plantas en maceta, se recomienda usar un fertilizante líquido balanceado cada 15 días durante la temporada de crecimiento. En el caso de plantas en el suelo, el fertilizante puede aplicarse de forma menos frecuente, generalmente una vez al mes.
Poda: la poda es importante para mantener la forma de la planta y estimular la floración. Se debe realizar después de la floración principal para eliminar ramas muertas o dañadas y para promover un crecimiento más denso. La poda también ayuda a controlar el tamaño de la planta y su dirección de crecimiento.
Protección Contra el Frío: aunque las buganvillas pueden tolerar temperaturas frías hasta cierto punto, es crucial protegerlas de heladas y bajadas bruscas de temperatura. En climas donde las temperaturas bajan significativamente, las plantas en maceta deben ser llevadas a un lugar cubierto o protegido durante el invierno. Si están plantadas en el suelo, se puede usar una manta térmica de jardinería para protegerlas.
Plagas y Enfermedades: pueden ser susceptibles a plagas como ácaros, pulgones y cochinillas. También pueden enfrentar enfermedades fúngicas si las condiciones de humedad son altas. Es recomendable revisar la planta regularmente y tratar cualquier signo de plagas o enfermedades con productos adecuados, como insecticidas específicos o fungicidas.
Soporte: debido a su naturaleza trepadora, las buganvillas necesitan un soporte adecuado, como enrejados, pérgolas o muros. Estos soportes ayudan a guiar el crecimiento de la planta y permiten que se expanda y cubra el área deseada.
Las buganvillas están estrechamente relacionadas con el verano porque “tienen su pico de floración durante los meses cálidos. La abundante luz solar y el calor promueven una producción intensa de brácteas, en verano, las brácteas muestran su mayor esplendor y colorido debido a las condiciones óptimas de crecimiento” concluyó Osorio.
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