Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Como en muchos otros aspectos de la vida diaria, la nutrición también está atravesada por ciertas tendencias y tensiones. Modas, para decirlo de forma simple.
Una de estas es el consumo y popularidad de las semillas de chía.
Si bien es una tendencia, quizá se puede decir que es una moda algo mejor justificada que tantas otras. Las semillas de chía son un alimento ancestral de culturas que se encontraban, originalmente, en México y Guatemala.
Es de estos lugares de donde, se estima, es originaria la planta que produce las semillas que hoy son usadas por muchos como una suerte de súper alimento.
Durante los años de colonización, la planta (y sus semillas) fue desplazada en las dietas de culturas de centroamérica ante el cultivo y adopción de cereales introducidos por los conquistadores españoles, según recuerda un documento de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
La planta se mantuvo casi que aislada en lugares de México, Guatemala y El Salvador antes de volver a ser retomada lentamente, con el paso del tiempo.
Hoy en día, las semillas de chía son ampliamente utilizadas por sus propiedades nutricionales.
Características y cultivo de la chía
La planta de chía puede crecer hasta casi dos metros de altura, especialmente si está sembrada en suelo abierto. En una huerta casera, dependiendo de la posibilidad de extensión de sus raíces, su despliegue suele ser menor.
Para su cultivo hay pautas importantes, con el fin de garantizar un óptimo crecimiento. Lo primero es que debe tener un suelo que permita un drenaje óptimo y, si está sembrada en matera, el recipiente debe tener formas claras y eficientes de desagüe.
Es una planta que puede resistir periodos de sequía, pero no la va tan bien con los excesos de riego y humedad. Así mismo, las heladas y, en general, las temperaturas bajas, pueden dañar irremediablemente su desarrollo óptimo.
La chía es una planta que precisa de luz abundante para su desarrollo, por lo que es mejor exponerla a luz directa, pues la sombra puede perjudicar su crecimiento.
Por lo general, en Colombia, la chía se da de mejor forma en alturas que van desde los 800 metros sobre el nivel del mar hasta los 2.600. Y lo ideal es no exponerla a temperaturas que, constantemente, superen los 30 grados centígrados.
Cómo obtener las semillas
Las semillas provienen de las flores que produce la planta, que a su vez presenta pétalos de color que oscila entre morado y magenta.
El momento de cosecha se da cuando los pétalos caen y queda la flor desnuda. Las flores deben ser retiradas de la planta, con cuidado, y posteriormente deben dejarse secar durante varios días. Algunos realizan este proceso en bolsas de tela o plástico, con el fin de aislar la humedad del ambiente.
Una vez se ha cumplido el secado, se realiza el proceso de separación de las semillas de la flor. Es una labor manual y que requiere una buena dosis de trabajo y paciencia, pero una vez se ha realizado ya hay semillas listas.
Propiedades de las semillas de chía
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura de México, las semillas de chía son altamente apreciadas, pues contienen una alta carga nutricional.
- Cinco veces la cantidad de calcio de la leche.
- Tres veces la cantidad de antioxidantes de los arándanos.
- Tres veces el hierro de las espinacas.
- Dos veces la proporción de fibra de la avena.
- Dos veces las proteínas de las verduras, en general.
- Dos veces la cantidad de potasio del plátano.
🌳 ☘️ 🌿 Encuentre en La Huerta toda la información sobre plantas, jardinería, cultivos y siembra. 🍂🌺 🌼