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Cuando hablamos de espacios verdes en casa o de empezar en el mundo de la jardinería es común cuestionarnos sobre qué tipo de plantas queremos y cuáles pueden ser las adecuadas según los parámetros que estamos buscando (de luz, de sombra, interior, o exteriores, con o sin flores). La pregunta ¿qué planta elegimos?
Y ante la abrumadora variedad y las múltiples posibilidades, el singonio aparece no solo como una respuesta rápida y fácil sino - y esto también es muy importante- resistente y práctica, para quienes buscan contundencia con una belleza simple.
De entrada hay que señalar que cuando hablamos de Singonio (Syngonium) nos estamos refiriendo a un género con por lo menos 60 especies. Se trata de una planta trepadora o rastrera de hojas en forma de punta de flecha (que cambian a medida que va madurando) y de tallos alargados. Existen diferentes tipos de singonio y algunas de sus variedades presentan hojas de colores rosas o con tonalidades crema en sus bordes.
En términos de luz, por ejemplo, el singonio se adapta casi que a cualquier ambiente: sombra, luz, semisombra. El sol directo no es aconsejable porque puede quemar sus hojas.
La recomendación general es ubicar la planta en zonas iluminadas para que mantenga el característico verde intenso de sus hojas. Es probable que, si se ubica en una zona poco iluminada, las hojas pierdan el variegado o las tonalidades de las hojas y estas tomen un tono un poco más oscuro.
Y acá llegamos a un asunto clave: la temperatura. Aunque en general se trata de una planta resistente, el singonio no es amiga del frío. La temperatura ideal es entre los 16° y los 21° grados centígrados. Podrá adaptarse un poco a temperaturas un poco superiores, pero seguramente no sobrevivirá a aquellas menores a 10°.
Respecto al riego, se trata de una planta que requiere uno moderado y es importante esperar a que la tierra se seque para poder volver a darle agua. También juegan un papel importante la tierra -una que no se compacte y permita que el agua fluya- y la matera, para que pueda drenar correctamente el exceso de líquido tras los riegos.
Otra de las bondades del singonio está en su fácil multiplicación. Como desarrolla raíces aéreas, su reproducción se puede hacer a través de esquejes (con un corte entre dos de sus nudos), que se pueden poner posteriormente en agua para que desarrollen raíces y luego plantar fácilmente en materas nuevas o, incluso, mantener en floreros con agua para tener una planta totalmente distinta.
Una recomendación clave en el caso del singonio está en el cuidado en caso de que en el hogar haya niños o mascotas pues la savia de la planta es tóxica y puede ocasionar problemas en caso de ser ingerida.
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