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La falta de espacios verdes es uno de los grandes desafíos que enfrentan las ciudades alrededor del mundo. De ahí que en los últimos años una solución que se ha vuelto cada vez más común en Europa, especialmente en países como Alemania y Suiza, y que ahora está empezando a sonar en Colombia, son los techos o terrazas “verdes”. Estos techos verdes, también conocidos como techos ecológicos, cubiertas verdes, sistemas de naturalización y azoteas verdes, son sistemas artificiales diseñados para instalarse en los tejados de edificios o casas.
Se trata de un sistema que envuelve los edificios con una estructura de soporte y un sistema de riego que permite mantener de manera sostenible un paisaje vegetal sobre la cubierta de una edificación. Las plantas en estos techos no solo embellecen y aportan valor estético, sino que también desempeñan funciones ecosistémicas importantes, como la reducción del impacto térmico y la mejora del confort en la edificación.
En este contexto, se radicó en el Congreso de Colombia el Proyecto de Ley No. 025, presentado por los Senadores Fabián Díaz Plata e Inti Raúl Asprilla Reyes el 25 de julio de 2023. Este proyecto busca promover la implementación de techos y terrazas verdes en todo el país, con el objetivo de fomentar el desarrollo urbano sostenible y apoyar la lucha contra el cambio climático. Aquí se ropone que los nuevos edificios de uso comercial deberán cubrir al menos el 35% de su superficie con vegetación, y que tanto el Gobierno Nacional como los gobiernos locales deberán desarrollar planes para incorporar gradualmente techos verdes en los edificios estatales.
Una vez que se expida la reglamentación del Proyecto de Ley, las empresas constructoras tendrán un plazo máximo de un año para cumplir con la obligación de instalar techos o terrazas verdes en los nuevos proyectos comerciales. Esta obligación se aplicará a proyectos que cuenten con al menos cinco unidades o espacios independientes (por ejemplo, oficinas o locales comerciales),.
La aprobación tendría un impacto positivo en el sector viverista del país, pues este vería un aumento en la demanda de plantas, flores y materiales relacionados, lo cual podría traducirse en una mayor actividad para viveros, floricultores y empresas de paisajismo. Este aumento tendría el potencial de fortalecer el sector y mejorar sus perspectivas económicas.
La Huerta habló con Jairo Cadavid Ossa, presidente de la Asociación Colombiana de Viveristas y Productores de Ornamentales (Colviveros), para conocer la perspectiva del sector sobre el proyecto de Ley.
¿Colviveros ha participado en la construcción de la ley sobre techos y terrazas verdes? ¿qué aportes ha realizado?
En 2019, se dio un primer acercamiento al Congreso con el objetivo de obtener respaldo para una iniciativa que promoviera ciudades más verdes y amigables con el medio ambiente. Este proceso fue liderado inicialmente por la Red Colombiana de Infraestructura Verde, que en ese momento operaba como un capítulo independiente y que más tarde se integró a Colviveros, así que no tuvimos una participación directa. Sin embargo, el Congreso mostró su apoyo, y congresistas como Fabián Díaz se involucraron activamente en el proceso en ese entonces.
Lamentablemente, la pandemia interrumpió el avance de esta propuesta, y luego hubo el cambio de gobierno. Por ello, tenemos una gran expectativa este año que se ha retomado el proyecto, pues este reconoce las oportunidades de beneficio que las plantas pueden ofrecer a nivel nacional y, en particular, al sector viverista. Esta ley no solo impulsaría la economía del sector, sino que también mejoraría los ingresos de aproximadamente 35.000 familias en el campo, contribuyendo así a fortalecer las zonas rurales del país.
¿Cuáles son las principales dificultades técnicas que podrían surgir al implementar techos o terrazas verdes en diferentes regiones del país?
Más allá de las dificultades técnicas, la Ley de Techos y Terrazas Verdes presenta dos implicaciones sumamente positivas para los colombianos. Primero, contribuirá a la creación de ciudades con una mejor calidad de vida, ofreciendo aire más limpio y espacios verdes más saludables. Segundo, impulsará significativamente el sector viverista del país, un segmento vital de la economía familiar campesina del cual dependen más de 35,000 familias.
Sin embargo, es esencial que los proyectos futuros que adopten el proyecto contemplen soluciones adecuadas para el almacenamiento y drenaje del agua, así como sistemas de riego y mantenimiento para garantizar el éxito de los techos y terrazas verdes. Recordemos que estas instalaciones implican el cuidado de plantas vivas, que requieren atención constante para ofrecer todos sus beneficios.
¿Qué beneficios ambientales específicos podrían esperarse al implementar esta ley?
Muchos países han implementado iniciativas para crear ciudades más verdes y respetuosas con el medio ambiente, y en Colombia, Medellín ha sido pionera en este ámbito. Es por ello que la propuesta actual va más allá de ser un esfuerzo aislado de algunos arquitectos paisajistas visionarios; se trata de una política que reconoce y aprovecha las ventajas de las plantas vivas en el desarrollo urbano sostenible y la lucha contra el cambio climático. La inclusión obligatoria de techos y terrazas verdes en edificaciones comerciales y en propiedades del Estado marca un paso crucial para el país.
Los beneficios de esta iniciativa son numerosos. Las plantas vivas, además de su valor estético y decorativo, desempeñan funciones esenciales en el entorno urbano: capturan partículas contaminantes, actúan como filtros naturales, producen oxígeno, regulan la humedad y estabilizan el clima. Incluso, pueden proporcionar alimentos a través de huertas urbanas, añadiendo valor a la infraestructura verde.
En el plano socioeconómico, esta iniciativa, promete un impacto positivo para los pequeños productores de plantas vivas en Colombia. Estimamos que en los próximos años la demanda adicional podría alcanzar hasta 300,000 metros cuadrados, lo que equivaldría a más de 9 millones de plantas vivas. Esto no solo generará nuevas oportunidades de crecimiento para los viveristas, sino que también fortalecerá la economía rural y mejorará la calidad de vida en las ciudades.
¿Cómo podría Colviveros colaborar en las campañas de educación y asesoría técnica propuestas en el proyecto de ley?
Junto con el Ministerio de Agricultura, estamos trabajando estrechamente con los viveristas para mejorar sus prácticas agrícolas y asegurar que cuenten con el Registro del ICA, un requisito fundamental para respaldar su operación. Entendemos que el proceso de formalización puede ser desafiante, especialmente para los productores rurales, pero es un paso crucial para superar el modelo de negocio informal y avanzar hacia la creación de empresas viveristas bien estructuradas, con la capacidad administrativa para participar en convocatorias y licitaciones, y que contribuyan al empleo formal en el país.
Además, es esencial que trabajemos más estrechamente con arquitectos y firmas inmobiliarias en la planificación de futuros proyectos. Actualmente, contamos con un convenio con la Bolsa Mercantil para capacitar a los viveristas en buenas prácticas. A través de este convenio, y con el apoyo del Ministerio de Agricultura, estamos facilitando el acceso al Registro ICA al subsidiar el 50% del costo, además de proporcionar incentivos como la señalización de los viveros.
Colviveros es un gremio joven en Colombia, con apenas 7 años de operación, pero ya hemos logrado establecer una sólida Red de Afiliados en 15 departamentos, sin embargo, la producción viverista en Colombia aún es incipiente y en gran medida artesanal. Parte de nuestra misión como gremio es ayudar a los viveristas a expandir su visión y entender el gran potencial y las oportunidades que existen en este negocio a nivel nacional e internacional.
¿Está Colviveros preparado para satisfacer la demanda de plantas y materiales que resultaría de la aprobación de esta ley?
El viverismo está bien preparado para enfrentar la demanda futura. Por un lado, existe una clara capacidad para expandir la producción, respaldada por la experiencia de los productores. Por otro, estamos observando un relevo generacional significativo, con jóvenes que aportan una nueva visión al negocio y están explorando oportunidades en los mercados internacionales. Estos jóvenes comprenden que, para aprovechar estas oportunidades, es crucial tener una base empresarial sólida.
Y es que este sector, que comenzó a consolidarse hace poco más de 50 años en Colombia, ha evolucionado considerablemente, pues hoy en día, estamos viendo una tendencia creciente de jóvenes que están asumiendo roles activos en los negocios familiares. Estos jóvenes buscan mejorar las condiciones y la gestión del viverismo, alejándose de las prácticas tradicionales como la venta en efectivo y adoptando una gestión empresarial más formal. Esto incluye la implementación de facturación electrónica y el cumplimiento de requisitos como el registro ICA para participar en licitaciones y convocatorias.
¿Qué tipo de incentivos consideraría Colviveros necesarios para que los viveros se involucren activamente en el suministro de plantas para los techos y terrazas verdes?
Uno de los aspectos más cruciales es integrar más estrechamente la cadena de viverismo con el sector inmobiliario y de construcción. Tradicionalmente, los viveristas han sido considerados como invitados de última hora en los proyectos de edificación en Colombia, siendo contactados al final del proceso, a menudo solo una semana o 15 días antes de la entrega de los proyectos inmobiliarios, y se les solicita llenar los espacios verdes con plantas de manera apresurada.
Para maximizar el impacto positivo del viverismo, es esencial que los viveristas sean incluidos desde la fase de concepción de los proyectos. Esta integración temprana permitiría abordar de manera anticipada aspectos cruciales como la selección de especies adecuadas de plantas y árboles, la planificación de la producción necesaria, y la preparación de los sistemas de riego y drenaje. Al involucrar a los viveristas desde el inicio, se puede garantizar que los proyectos inmobiliarios cuenten con soluciones de jardinería más eficientes y sostenibles, beneficiando tanto a los desarrolladores como a los futuros ocupantes.
¿Cómo anticipa Colviveros que esta ley impactará a la industria de viveros y jardinería en Colombia?
Definitivamente, la ley de techos y terrazas verdes será un instrumento clave para el desarrollo del campo colombiano, dinamizando la producción y comercialización de plantas vivas en el país. Este sector, con un alto potencial de crecimiento, proporciona empleo e ingresos a más de 35,000 familias que están principalmente en zonas rurales.
De hecho, desde la perspectiva de cifras, la implementación de esta ley podría traducirse en una demanda adicional de hasta 300,000 metros cuadrados, lo que equivaldría a aproximadamente 9 millones de plantas. Esta perspectiva es muy prometedora para el sector, ya que la obligatoriedad de incorporar techos y terrazas verdes en las nuevas edificaciones impulsa la cadena de producción y comercialización de plantas.
El sector viverista tiene una visión muy positiva hacia el futuro, pues nosotros hemos notado la tendencia de construir edificaciones más verdes, que comenzó en lugares como Antioquia, ahora se está extendiendo a todo el país. Esto no solo dinamiza la producción, sino que también estimula la comercialización. La pandemia mostró que hay una necesidad por lo verde, pues la demanda de plantas aumentó cuando las personas buscaron maneras de traer naturaleza a sus hogares y fue en esta época que el sector experimentó un resurgimiento, lo que demuestra su importancia y potencial de crecimiento.
Sin embargo, queremos decir que las plantas no solo aportan valor estético, sino que también ofrecen numerosos beneficios ambientales. Más allá de su belleza, estas actúan como filtros naturales, purificando el aire y mejorando la calidad del entorno urbano. En ciudades con altos niveles de contaminación, como Bogotá, la incorporación de plantas puede ser una solución efectiva para mejorar la calidad del aire y el bienestar general. Además, la experiencia global demuestra que las plantas contribuyen a una mejor salud mental, algo que se evidenció durante la pandemia.
Así como el café y la floricultura han sido pilares en la economía rural, el viverismo puede ofrecer una alternativa valiosa. Muchas de las plantas que adornan actualmente nuestros hogares provienen de regiones productoras como Fusagasugá, San Antonio del Tejendama, el Eje Cafetero, Antioquia, y otras áreas rurales, por lo que tenemos una buena oportunidad para ayudar al campo colombiano.
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