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¿Tener una huerta puede traer beneficios para la salud mental?

Cultivar una huerta no solo cosecha alimentos, también nutre el alma y el espíritu, según estudios y expertos.

La  Huerta
20 de junio de 2024 - 07:00 p. m.
La reducción de estrés, disminución de ansiedad y sentimiento de satisfacción son algunos de los beneficios
La reducción de estrés, disminución de ansiedad y sentimiento de satisfacción son algunos de los beneficios
Foto: Secretaria de Ambiente de Bogotá

La unión de la salud mental y la conexión con la naturaleza, el cultivo de huertas emerge como una práctica revitalizadora y terapéutica para las personas.

Más allá de su función alimentaria, las huertas ofrecen un espacio en el que la mente puede encontrar tranquilidad y restauración. Expertos y estudios sugieren que interactuar con la tierra y las plantas no solo promueve el bienestar emocional, sino que también puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Este vínculo abre una ventana fascinante hacia cómo la naturaleza puede ser un aliado poderoso en el cuidado de la salud mental en un contexto en el que el estrés y la ansiedad son cada vez más frecuentes.

“Cada vez más personas están descubriendo un refugio terapéutico en sus propios patios traseros o balcones: la huerta”, asegura Laura Rodríguez, psicóloga clínica con énfasis en manejo de crisis de la Universidad de la Sabana, y quien además se desempeña como coordinadora de observación conductual en la clínica NeuroInsight.

En igual sentido se pronuncia Natalia Ospina, psicóloga educativa de la Universidad Externado de Colombia, para quien, más allá de ser una actividad recreativa o una fuente de alimentos frescos, “la horticultura se está reconocido cada vez más por sus beneficios profundos para la salud mental y emocional”.

De hecho, un estudio publicado en enero de 2022 en Journal of Health Psychology, analizó la forma en la que interactuar con jardines afecta los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Comparando a participantes que realizaron actividades de jardinería con aquellos que realizaron tareas de lectura en interiores, los investigadores encontraron una reducción significativa, que ronda el 10%, en los niveles de cortisol en el grupo que estuvo en contacto con la naturaleza. Este hallazgo sugiere que la horticultura no solo proporciona un alivio temporal del estrés, sino que también podría tener efectos beneficiosos a largo plazo en la gestión del estrés crónico. “A todos los pacientes que han venido con complicaciones de cortisol, y les he denotado cierto gusto por el medio ambiente y la naturaleza, les he recomendado iniciar con una huerta, por esa razón”, dijo Rodríguez.“Además de reducir el estrés, cultivar una huerta ha demostrado ser efectivo en mejorar la salud mental en general” continuó.

Un metaanálisis publicado en Journal of Clinical Medicine, en mayo de 2020, examinó múltiples estudios sobre los efectos de la jardinería en la depresión y la ansiedad. Los resultados mostraron consistentemente que la horticultura está asociada con mejoras significativas en los síntomas de ambas condiciones. Para el estudio se recopilaron 383 registros bibliográficos desde 1975 hasta 2019 y se seleccionaron siete estudios con un total de 22 tamaños de efecto basados en las directrices PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses).

“Los resultados de este meta-análisis proporcionan evidencia empírica del beneficio positivo y moderado de las intervenciones hortícolas y de jardinería en el bienestar psicosocial. Aunque se han detectado efectos de sesgo de publicación y heterogeneidad en los estudios, los resultados sugieren que estas intervenciones pueden ser útiles para mejorar la cohesión social, el apoyo social y la confianza. Sin embargo, se requiere una mayor cantidad de estudios cuantitativos de alta calidad para fortalecer la base de evidencia y explorar más a fondo las implicaciones aplicadas de la jardinería para la salud humana, la comunidad y la gestión sostenible de las ciudades”, expuso Journal of Clinical Medicine en el estudio.

Para Rodríguez es claro que la exposición regular a entornos naturales “y la participación activa en actividades al aire libre como la jardinería pueden aumentar los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave involucrados en la regulación del estado de ánimo y la sensación de bienestar”.

Por su parte, Ospina señala que dedicar tiempo a una huerta “no solo beneficia individualmente a quienes la practican, sino que también puede fortalecer los lazos comunitarios”. Explica que los proyectos comunitarios de jardinería han demostrado ser especialmente efectivos en la creación de redes de apoyo social y en la promoción de un sentido de pertenencia. La colaboración en tareas de jardinería no solo facilita el intercambio de conocimientos y experiencias, sino que también ofrece una plataforma para la interacción social positiva, que es fundamental para la salud mental y emocional.

Además de los beneficios emocionales y sociales, la huerta puede mejorar el autoestima y promover un sentido de logro personal. “La corteza prefrontal medial del cerebro y la circunvolución temporal superior son las encargadas de generar un sentimiento de satisfacción, que puede ser ocasionada por ver como la cosecha de la huerta crece sanamente. Ver crecer las plantas que uno ha cuidado y cosechar los frutos de su trabajo puede ser enormemente gratificante, porque además, activa las neuronas espejo cuando se realiza una acción como cuando observamos a alguien más realizar la misma acción, lo que facilita la empatía y la comprensión de las intenciones de los demás” expuso Ospina. “Esto no solo proporciona una sensación de satisfacción personal, sino que también refuerza la confianza en las propias habilidades y capacidades, aspectos fundamentales para mantener una salud mental positiva”, agregó Rodríguez.

Recomendaciones prácticas para iniciar una huerta

Para aquellos interesados en explorar los beneficios terapéuticos de la horticultura, las expertas recomiendan comenzar con proyectos pequeños y manejables. Esto puede incluir cultivar hierbas en macetas en el interior o establecer un pequeño huerto de vegetales en un espacio exterior disponible. Incluso en entornos urbanos, las huertas en contenedores o los jardines verticales pueden ser opciones viables para disfrutar de los beneficios de la jardinería sin necesidad de mucho espacio.

Es esencial dedicar tiempo regularmente al cuidado de las plantas, ya que el proceso de jardinería en sí mismo es una parte crucial de los beneficios terapéuticos, como lo exponen Rodríguez y Ospina. Establecer rutinas y comprometerse con el cuidado de las plantas no solo mejora las habilidades de jardinería, sino que también refuerza los efectos positivos en la salud mental y emocional.

Al considerar una huerta no solo como un lugar para cultivar alimentos frescos, sino también como un oasis personal de tranquilidad y crecimiento emocional, podemos aprovechar al máximo sus efectos terapéuticos. “Cultivar salud mental a través de la huerta no solo es una opción viable, sino también una inversión invaluable en nuestro bienestar integral”, concluyó Ospina.

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