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Terrarios o cómo armar un jardín en una burbuja: guía sencilla

Hay dos grandes tipos de terrarios, con cuidados y características específicas. Sepa cómo adentrarse en este mundo fascinante de pequeños grandes jardines.

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12 de enero de 2024 - 11:57 p. m.
Los terrarios nos ayudan a reproducir las condiciones de un hábitat específico.
Los terrarios nos ayudan a reproducir las condiciones de un hábitat específico.
Foto: Pixabay

Piense en un pequeño ecosistema que se reproduce en un espacio limitado. Un mini jardín, si se quiere, en el que se recrea un universo natural. En esa concentración de formas, colores, texturas y aromas radica la belleza de los terrarios, unas piezas que se han popularizado por su tamaño y la posibilidad que ofrecen de poder crear un ambiente nuevo.

Pero vamos por partes. ¿Qué es un terrario? Es básicamente un pequeño proyecto botánico que se hace con plantas dentro de un recipiente de cristal imitando -por así decirlo- un hábitat natural. ¿Suena muy profesional eso de proyecto botánico? No se asuste, para entender de qué estamos hablando, hicimos una guía de la mano de Jenny Miranda, creadora de La Suculentería, con las claves que debe tener en cuenta si quiere entrar a este mundo. Siga, entérese y anímese.

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1. ¿Cuántos tipos de terrarios hay?

Antes de entrar en materia, una salvedad: si bien es cierto que se trata de piezas que pueden ser de fácil mantenimiento (nivel principiante e intermedio), no pierda de vista que de todas formas requieren cuidados básicos para conservarse.

Dicho esto, nuestra experta hace dos grandes clasificaciones de terrarios: desérticos y tropicales. En el primer caso estamos hablando de terrarios abiertos que se siembran con plantas como cactus o suculentas, especies que originariamente vienen de zonas desérticas y están acostumbradas a suelos arenosos.

En el caso de los tropicales se trata de terrarios que pueden ser abiertos o cerrados y en los que se siembran plantas que tienen características de humedad como musgos, helechos, y especies de hojas grandes.

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2. Sustrato dependiendo del tipo de terrario

Acá un dato clave que aplica para ambos tipos de terrarios: al momento de armarlo hay que tener muy en cuenta el tipo de sustrato que se va a usar, pues al ser recipientes que no tienen desagüe, requieren capas que permitan un buen drenaje y que el agua no se acumule para que las raíces no se pudran.

En el caso de los desérticos hay varias formas de hacerlo. Jenny Miranda recomienda utilizar una primera capa de carbón activado (que funciona como una suerte de filtro purificando y evitando que el agua se empoce), seguida de una capa de piedras (pueden ser de río o de colores), arena o gravilla, una capa de tierra y luego las plantas. Para el caso de los tropicales, aplica la misma mezcla, dejando solo por fuera el paso de aplicar la capa de arena o gravilla. El propósito es que la raíz se pueda mover y la planta pueda crecer normalmente.

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3. Agua y luz: las claves siempre

Al recrear pequeños ecosistemas, los terrarios requieren ambientes en donde reciban buenas dosis de luz, pero no directa. Por eso son ideales para interiores y no les va muy bien en balcones o terrazas.

En cuanto al riego, el sistema varía dependiendo del tipo. Los desérticos, debido a las características de sus plantas, son terrarios que no requieren grandes cantidades de agua y se mantienen a la perfección con un riego a la semana o cada 10 días.

Y acá va una aclaración importante: el nivel de agua que debe darle a sus plantas (terrarios o no) depende siempre del ambiente en el que se encuentre, tenga en cuenta que cada ciudad tiene su propio microlima y las condiciones de temperatura y humedad son distintas para cada caso. Por eso vaya a la fija y revise con un palito el sustrato para garantizar que el fondo del mismo está lo suficientemente seco para que pueda volver a hacer un riego.

En el caso de los terrarios tropicales hay una diferencia de riego entre los abiertos y los cerrados. Los primeros se pueden regar una o dos veces a la semana (de nuevo, dependiendo del clima), pero los segundos no necesitan agregar agua adicional, pues tienen una suerte de sistema de autorriego: al estar cerrados se va generando vapor que se convierte en agua y así mantienen su humedad.

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“Las plantas siempre nos están mandando señalas sobre cómo se están sintiendo. Si ve que en su terrario desértico se le empiezan a caer las hojas a las suculentas y se ven pálidas y sin fuerza, es una señal de que está sobre regando. Si las suculentas crecen inclinadas hacia un lado o desproporcionadas, eso indica que hace falta luz”. explica Jenny Miranda.

Para las tropicales, que son plantas un poco más dramáticas, la señal de falta de riesgo estará cuando comience a verlas agachadas, como si se estuvieran desmayando.

En términos generales, para armar un terrario en casa guíese por el ambiente que quiere imitar y piense en las plantas que podrían habitarlo. Seleccione las especies pensando en esas características y pregunte siempre en su vivero de confianza cuáles serían las ideales para cada tipo de caso.

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