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Tipos de huerta y claves para tener una en el hogar

La implementación de huertas en diversos espacios urbanos promueve la producción local de alimentos frescos y saludable.

La  Huerta
22 de abril de 2024 - 10:32 p. m.
La agricultura urbana contribuye de manera significativa a la seguridad alimentaria y nutricional, fortalece el tejido social y promueve la sostenibilidad ambiental.
La agricultura urbana contribuye de manera significativa a la seguridad alimentaria y nutricional, fortalece el tejido social y promueve la sostenibilidad ambiental.
Foto: Getty Images - Getty Images
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La práctica de la agricultura urbana ha experimentado un notable resurgimiento en los últimos años, alimentando la creciente demanda de alimentos frescos y saludables en entornos urbanos densamente poblados. Una de las manifestaciones más visibles de esta tendencia es el establecimiento de huertas caseras, espacios cultivados dentro de áreas urbanas que pueden variar en tamaño y diseño según las necesidades y recursos disponibles.

La Huerta habló con Wilson Rodríguez, coordinador de Agricultura Urbana del Jardín Botánico de Bogotá, y con Frank Jimy García Navarrete, docente de Ingeniería Ambiental en la Universidad ECCI, para elaborar una guía que le dé las claves sobre la mejor forma de construir una huerta.

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¿Qué diferencia hay entre una huerta y la agricultura tradicional?

Rodríguez explica que la agricultura tradicional se basa en el uso de agroquímicos para fertilizar el suelo, aportar nutrientes y controlar plagas y enfermedades mediante pesticidas y otros productos químicos. En contraste, en las huertas se practica la agricultura orgánica o agroecológica, donde se evita por completo el uso de estos. En su lugar, se utiliza métodos como el compostaje para fertilizar y el control biológico para manejar plagas y enfermedades, sin contaminar ni dañar la biodiversidad del entorno.

Por otro lado, las huertas son más pequeñas en comparación con los cultivos tradicionales, ya que se adaptan a los espacios limitados disponibles en entornos urbanos. Esto posibilita ofrecer una variedad de productos frescos y saludables durante todo el año, fácilmente accesibles, gracias al uso de contenedores, camas elevadas y otras técnicas que permiten maximizar la productividad en áreas urbanas.

¿Cuántos tipos de cultivos hay?

La cantidad de tipos de huertas no está definida de forma estricta, ya que pueden surgir nuevas categorías o variantes a medida que se desarrollan nuevas técnicas de cultivo y se adaptan a diferentes necesidades y espacios. Sin embargo, si existe una línea que puede enmarcarlas todas y es la agricultura urbana y periurbana. “Esta agricultura es una práctica que se desarrolla en entornos urbanos, donde los ciudadanos cultivan plantas hortícolas en pequeñas intervenciones, ya sea en espacios privados o públicos, utilizando técnicas ancestrales de cultivo. En Bogotá, por ejemplo, se ha promovido activamente la implementación de huertas urbanas, con el objetivo de tener 20,000 huertas establecidas en el perímetro urbano al finalizar el plan de desarrollo territorial”, resalta Rodríguez.

Estas huertas pueden ser de diferentes tipos:

  • Huertas caseras: Son pequeñas huertas que se desarrollan en el interior de las unidades habitacionales, ya sean casas o apartamentos, y pueden ser simplemente una canastilla pequeña o una matera en la cual la persona, el agricultor, puede sembrar una hortaliza o especies aromáticas
  • Huertas institucionales: Se establecen en espacios dotacionales de la ciudad, como empresas o instituciones.
  • Huertas escolares: Se promueven en colegios y escuelas como parte de su programa educativo, con el objetivo de enseñar a los estudiantes sobre agricultura y sostenibilidad.
  • Huertas comunitarias: Se desarrollan en espacios comunes de diferentes zonas de la ciudad, fomentando la participación y colaboración entre la comunidad.
  • Huertas en espacios públicos: Son aquellas que se implementan en áreas del espacio público, previa autorización de los administradores de dichos espacios. Esto puede incluir parques, separadores viales u otros elementos urbanos.

Para el caso de las huertas en espacios públicos, Rodríguez explica que “deben obtener autorización del administrador correspondiente, ya sea la Empresa de Acueducto, la IDU u otro. Cuando la comunidad desea crear una huerta en estos espacios, presenta un plan al Jardín Botánico, el cual verifica que cumpla con los lineamientos de agroecología. Con este aval, se presenta la propuesta ante la entidad administradora, que evalúa la viabilidad. Si se aprueba, el Jardín Botánico, que ya no solo es una entidad de investigación científica, sino también funciona como entidad gestora, otorga la autorización para desarrollar la huerta en el espacio público. Y comienza a brindársele una asesoría especializada para que sepan que cultivan y como hacerlo”.

Además de las clasificaciones que menciona el experto, existen otras formas de huertas:

  • Huertos en tierra: Estos huertos se caracterizan por cultivar las plantas directamente en el suelo. Son ideales para áreas con espacio disponible en jardines, parcelas o terrenos dedicados exclusivamente a la agricultura. Requieren preparación del suelo, riego adecuado y control de malezas, pero ofrecen una mayor capacidad de cultivo y suelen ser más económicos de establecer.
  • Huertos en macetas: Perfectos para espacios reducidos como balcones, terrazas o incluso dentro del hogar. Las plantas se cultivan en recipientes individuales, lo que permite una mayor flexibilidad y movilidad. Se pueden utilizar una variedad de macetas y contenedores, adaptándose a las necesidades estéticas y funcionales del espacio disponible.
  • Huertos en mesas de cultivo: Son estructuras elevadas que facilitan el acceso a las plantas y optimizan el espacio. Estas mesas suelen estar construidas con materiales como madera, metal o plástico y pueden tener diferentes alturas según las necesidades del jardinero. Son ideales para personas con movilidad reducida o para aquellos que prefieren evitar el agacharse para trabajar en el jardín.
  • Huertos sin tierra/cultivos hidropónicos: Este método de cultivo se basa en el suministro de nutrientes a las plantas a través de una solución acuosa en lugar de suelo. Se pueden realizar en sistemas cerrados o abiertos, y permiten un mayor control sobre el ambiente de cultivo. La Huerta hizo una guía más extensa que puede consultar para este tipo de cultivo.
  • Huertos de geometría: Pueden adoptar diversas formas, ya sea horizontal, vertical, irregular o geométrica. Esta categoría se refiere más al diseño y disposición de los cultivos en el espacio disponible, permitiendo una mayor creatividad y estética en la distribución de las plantas.
  • Huertos en pendiente: Pueden estar en terrenos planos, inclinados o en terrazas. La topografía del terreno influye en la forma en que se diseñan y gestionan estos huertos. En terrenos inclinados o en terrazas, se pueden utilizar técnicas de conservación del suelo y del agua para maximizar la productividad y minimizar la erosión.

En cada situación, el Jardín Botánico proporciona semillas y plántulas agroecológicas a la comunidad interesada, permitiéndoles cosechar y generar sus propias semillas en el futuro. “Nosotros estamos comprometidos en capacitar a las comunidades en agricultura transformadora y emprendimientos agrícolas. Ofrecemos acompañamiento directo a domicilio, donde un técnico especializado visita el lugar donde las personas desean iniciar su huerta, ya sea en una cama elevada, en una terraza, en una matera o en cualquier zona blanda del jardín”.

Si una persona desea realizar una huerta, simplemente se debe enviar un correo electrónico a agriculturaurbana@jb.gov.co con un proyecto de agricultura ya conformado y estructurado, para que luego de la inspección previa, se le asigne un profesional, junto a programas de capacitación, tanto virtuales como presenciales y materiales como plántulas, semillas y algunas herramientas menores de forma gratuita.

¿Cómo cuidarlas?

“Uno de los aspectos clave es el control fitosanitario, que implica manejar tanto plagas como enfermedades. Este control puede realizarse de dos formas: la tradicional, que utiliza productos químicos o agroquímicos, como pesticidas, siendo más efectiva a corto plazo, pero con el riesgo de acumulación de residuos tóxicos en las plantas y, por ende, en los consumidores; y la orgánica, que emplea soluciones preparadas en casa a partir de bio-preparados o hierbas para repeler insectos, siendo más sostenible y segura para la salud humana a largo plazo”, dice García.

Y es que aunque parezca una tarea sencilla, requiere ciertos pasos fundamentales:

1. Planificación y preparación:

  • Un lugar que reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día.
  • Un buen suelo tenga buen drenaje para evitar el encharcamiento.
  • Las semillas que desea plantar que se adapten al clima y estación del año.

2. Preparación del suelo:

  • Asegúrese que la tierra este sin maleza o piedras.
  • Use tierra con compost u otro material orgánico para mejorar la fertilidad y el drenaje.

3. Cuidados básicos:

  • Riegue las plantas regularmente, especialmente durante los períodos secos.
  • Ajusta la frecuencia de riego según las necesidades de cada planta y el clima.
  • Elimine las malezas manualmente o con herramientas de jardinería.

c) Fertilización:

  • Aporte nutrientes a tus plantas regularmente utilizando fertilizantes orgánicos como compost, humus de lombriz o estiércol compostado.
  • Evite la fertilización excesiva, ya que puede ser perjudicial para las plantas y el medio ambiente.

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García menciona que se debe tener cuidado en este punto, pues “mientras que la fertilización tradicional se realiza mediante síntesis química, utilizando granulados o líquidos como en la hidroponía, en la agricultura orgánica se utiliza compostaje y abonos orgánicos, ya sean producidos en casa o adquiridos, como el humus de lombriz, tanto en forma líquida como sólida, para enriquecer el suelo de manera natural y sostenible. Por lo que se debe tener en cuenta que necesidades tiene la planta que cultive”.

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