¿Animales adictos a las drogas? El claro ejemplo de una tenencia irresponsable

En la ciudad de Plymouth, ubicada al suroeste de Inglaterra, un labrador retriever de dos años llamado Coco tuvo que ser tratado por su adicción al alcohol. Según el Fideicomiso de Bienestar Animal de Woodside, organización benéfica de realojamiento de animales, Coco y otro perro, cuyo nombre era George, consumieron varias bebidas alcohólicas de su dueño, quien falleció por causas desconocidas.

En la ciudad de Plymouth, ubicada al suroeste de Inglaterra, un labrador retriever de dos años llamado Coco tuvo que ser tratado por su adicción al alcohol. Según el Fideicomiso de Bienestar Animal de Woodside, organización benéfica de realojamiento de animales, Coco y otro perro, cuyo nombre era George, consumieron varias bebidas alcohólicas de su dueño, quien falleció por causas desconocidas.

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A pesar de que recibieron atención de los médicos veterinarios, George murió unos días después. “Lamentablemente, el amigo de Coco falleció a pesar de nuestros mejores esfuerzos. Coco seguía gravemente enfermo y requería atención las 24 horas. Quedó claro que padecía síntomas que apuntaban a la abstinencia de alcohol”, informó la fundación a través de sus redes sociales.

Los medios de comunicación han reporteado las trágicas historias de animales dependientes a sustancias psicoactivas debido a la irresponsabilidad de sus propietarios. En mayo de 2019, en Costa Rica, se rescataron de las calles a dos gatos y un perro que eran adictos al crack. Según comentaron testigos, su propietario, que era un habitante de calle, consumía drogas que sus animales terminaban aspirando también. Posteriormente, las mascotas fueron recibidos en una veterinaria para tratar su síndrome de abstinencia.

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Fredy Manrique es un veterinario y máster en etología clínica y bienestar animal de la Universidad Complutense de Madrid. En medio de su tratamiento con animales, ha tenido que enfrentar casos de mascotas que han desarrollado adicciones a la marihuana y el alcohol. “Este tipo de comportamientos son una forma de maltrato, pues no es una conducta natural que los perros desarrollen”, comenta el experto a El Espectador.

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En la mayoría de ocasiones, los animales desarrollan este tipo de adicción por un comportamiento irresponsable de sus propietarios. No obstante, un mito que suele murmurarse entre las personas es que los perros que detectan drogas son adictos a este tipo de sustancias. Distintos expertos aseguran que esto es falso. “Yo trabajé con perros de la Policía que buscan drogas. Ellos reciben una recompensa por encontrar esta sustancia, como un juguete, una pelota o comida, como si fuera un juego encontrar las drogas”, explica Karla Carpio (@tata.veterinaria en Instagram), médica veterinaria, especialista en Bienestar Animal y Etologíaa El Espectador.

“La odorología forense se enfoca en perros entrenados para detectar sustancias. No obstante, en el momento del entrenamiento, se suele realizar la preparación de estos animales a través de sustancias que tienen un olor similar, pero que no afecten al perro”, explica Manrique.

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Por su parte, Carpio asegura que todos los animales vertebrados que tengan nervioso central (incluyendo los seres humanos), son propensos a generar adicción. El cerebro de los seres humanos funciona de forma bastante similar a la de otros animales: los refuerzos y las recompensas, que se reciben por los efectos que genera alguna sustancia, se originan por los mismos neurotransmisores en todos los animales.

“Cuando uno toma mucho alcohol, uno se desinhibe. Los lóbulos que protegen las conductas de impulsividad empiezan a bloquearse. Si la persona es tímida, cuando está borracha puede ser más elocuente. Hay conductas que pueden llevar a mayor agresividad. Lo mismo ocurre con los animales, se bloquean los centros inhibitorios”, dice Fredy Manrique.

Los felinos son profundamente sensibles a los tóxicos, por lo que es esencial tener cuidado con las plantas que se manejan en el interior del hogar. Hay plantas ornamentales que pueden tener efectos alucinógenos o paradójicos. “Es importante orientarse bien sobre cuáles plantas son tóxicas para los gatos, como, por ejemplo, la planta de marihuana ornamental en la casa. Pueden comerse estas plantas y tener intoxicación, volverse adictos o morirse”, comenta el experto.

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Sin embargo, no solo las especies domésticas son expuestas a las drogas. En el mundo silvestre y en la naturaleza, ha habido reportes de animales que también pueden encontrarse con estas sustancias. Por ejemplo, los jaguares comen hojas que le ayudan a limpiar su aparato digestivo. Entre estas, algunos consumen banisteriopsis caapi, plantas utilizadas por los indígenas en ceremonias y rituales, que puede tener efectos alucinógenos y que los pone en un estado de relajación.

Karla Carpio recuerda que, cuando estaba realizando su especialización en Bienestar Animal y Etología, le comentaron el caso de unos elefantes en África que consumen frutas que los pueden emborrachar. “Cuando las frutas se caen de los árboles y se fermentan, generan etanol, que es alcohol. Entonces, los elefantes se comían esas frutas y empezaban a actuar de forma errática. Ellos también se emborrachaban de vez en cuando”.

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La experta asegura que los animales pueden experimentar con ciertas sustancias en la vida natural, pero no por ello necesariamente desarrollan una adicción, pues esto depende de qué tan continua es la exposición.

“Algunos animales pueden volverse alcohólicos, otros no, porque también hay una predisposición genética, al igual que en los seres humanos”, explica Fredy Manrique.

¿Cuáles son los síntomas de animales que han desarrollado una adicción a las drogas?

La dependencia en animales suele manifestarse de forma bastante similar que en los humanos. Los perros pueden sufrir de inapetencia y estrés generalizado. Fredy Manrique afirma que este tipo de casos suelen detectarse por intuición del profesional de salud, pues los propietarios no suelen admitir que sus animales consumieron marihuana o cocaína. “Uno detecta que el animal está muy raro, ansioso, hiperactivo, no quiere comer, se genera autolesiones e, incluso, vomita. Algunos perros pasan hasta una semana sin comer bien”, agrega.

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Karla Carpio afirma que el principal síntoma de necesidad de consumir drogas es la ansiedad, que se manifiesta de formas distintas, como trastornos compulsivos: “empiezan a lamerse o morderse de forma continua. Estos se llama estereotipias”.

Estos fueron los mismos síntomas que presentaron Coco y su amigo George. Ante esto, el Fideicomiso de Bienestar Animal de Woodside realizó un par de exámenes para comprobar sus dudas y empezar el respectivo tratamiento. En estos momentos, Coco no está listo para comenzar un proceso de adopción, pues, aunque físicamente parece haberse recuperado, todavía presenta episodios de ansiedad.

Manrique afirma que, entre las estrategias que suelen utilizarse para tratar la adicción en animales, resaltan los antagonistas opiáceos. “La dopamina de los animales se activa bastante, entonces el perro o gato quiere mayor aumento de esta dopamina. Uno intenta que el animal haga más ejercicio y tenga mejor dieta, para disminuir esa estimulación de forma paulatina”, comenta el experto.

“Este es un ciclo repetitivo, por lo que, cuando hay una conducta repetitiva, el animal se hace daño, se genera un refuerzo por la liberación de endorfinas, por lo que el cerebro comienza a sentir tranquilidad. Por esto, el animal vuelve a lesionarse”, explica Carpio.

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¿Cuáles tratamientos puede recibir un animal que es adicto a las drogas?

Los tratamientos tienen que estar guiados por un profesional, médico y experto en comportamiento animal, porque se debe generar un equilibrio químico en el cerebro y una modificación de las conductas que generan la ansiedad.

“Los trastornos de adicción generan un desequilibrio grande de neurotransmisores en el cerebro, que los medicamentos nos ayudan a equilibrar un poco. Cuando se desarrolla el síndrome de absitnencia, se elevan bastante los neurotransmisores de estrés, como el cortisol y la adrenalina, que generan la impulsividad de volver a consumir la sustancia. Con los medicamentos, podemos equilibrar la parte química y cerebral”, explica Carpio.

Una vez el animal esté más tranquilo y se “apaga el incendio”, se puede enriquecer su rutina y disminuir sus conductas obsesivas. Con los felinos, que son bastante sensibles a los tóxicos, se corre un mayor riesgo de muerte cuando están expuestos al consumo de drogas. “Para tratar a estos animales, uno busca mejorarles la vida desde otros aspectos. Es decir, que realicen más ejercicio, que jueguen más y que se concentren en otras actividades”, explica Manrique.

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El etólogo Fredy Manrique asegura que brindarles psicofármacos no suele ser tan efectivo con los animales, pues sus niveles de ansiedad siguen iguales, por lo que es mejor utilizar estrategias para mantener a los perros o gatos tranquilos. “Esta es una especie de yoga en los perros. Uno le da una secuencia de comandos hasta que el perro se va relajando, pero esto necesita tiempo y dedicación”.

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