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Funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique brindaron acompañamiento a 25 animales durante su proceso de atención integral. Este recorrido abarcó desde el Hogar de Paso de Corantioquia, hasta la Fundación Loros, en Villanueva, Bolívar, y el Establecimiento Público Ambiental (EPA) en Cartagena, donde se llevó a cabo la rehabilitación de los monos aulladores, respectivamente.
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Ellos iniciaron su proceso de atención integral en el Hogar de Paso de Corantioquia, donde un equipo de emergencias les proporcionó apoyo veterinario, zootécnico y biológico. Los 25 animales fueron víctimas del tráfico y la tenencia ilegal en Antioquia, y, en su proceso de rehabilitación, recibieron una dieta específica para cada especie, tratamiento médico y enriquecimientos ambientales.
Las loras y guacamayas continuarán su rehabilitación en la Fundación Loros en Villanueva, Bolívar, mientras que los monos aulladores serán atendidos en el Establecimiento Público Ambiental (EPA) en Cartagena.
El camino hacia la recuperación comenzó en Corantioquia, donde estos individuos fueron rescatados a través de operativos, entregas voluntarias e incautaciones, fruto de la colaboración con la Policía Nacional y la comunidad. Las aves, que en su mayoría tenía el plumaje recortado, opaco y sucio, llegaron con problemas nutricionales causados por el cautiverio. Los monos aulladores, con baja condición corporal, desnutridos y en un estado infantil crítico, necesitaban cuidado parental vital para su supervivencia.
Este proceso de rehabilitación en los centros especializados de fauna silvestre en el departamento de Bolívar fue posible gracias al trabajo interinstitucional entre Corantioquia, Cardique, EPA Cartagena y la Fundación Loros. Se busca que, con la colaboración de estos aliados y siguiendo el plan de rehabilitación, estos individuos recuperen sus habilidades y destrezas naturales, afectadas por el cautiverio y la cercanía con el ser humano, lo cual ha alterado su comportamiento natural.
La dificultad en el reintegro se debe a la falta de interacción con su hábitat, lo que impide el desarrollo de habilidades propias de la especie. Es esencial brindar consciencia a la ciudadanía sobre la gravedad de comprar, vender, comercializar o transportar animales silvestres, ya que esto constituye un delito.
Luz Rodríguez Garay, veterinaria de fauna silvestre, afirma que, en caso de toparse con un animal silvestre, las personas deben contactar a las autoridades ambientales correspondientes. “Cada región del país cuenta con una entidad, como la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia en la región de Antioquia. A nivel nacional, existen entidades como Codechocó o Corpoamazonía”, agrega.
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Para ello, se recomienda visitar el sitio web de la autoridad ambiental respectiva. “Es fundamental que ellos tomen el control. Algunas personas llevan al animal a sus hogares, pero esto suele causar más perjuicios que beneficios”, advierte Rodríguez. Asimismo, es crucial mantener la calma. “Mantener un entorno silencioso es clave, ya que los animales silvestres poseen sentidos muy agudos. Gritar puede agravar la situación. Se debe evitar el contacto directo con el animal, ya que esto podría resultar en ataques inesperados”, concluye Rodríguez.
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