Bienestar a cuatro patas: mascotas impactan positivamente a pacientes en UCI
El programa “Huellas que sanan” busca que pacientes en UCI se recuperen rápidamente con el acompañamiento de sus mascotas. Este comenzó a llevarse a cabo en el Hospital Universitario Nacional, en Bogotá, después de que el personal médico comprobara los beneficios que traen los animales de compañía tanto en la parte emocional y social, como en la rehabilitación de los pacientes.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
En abril de este año, Pedro Salazar, un ciudadano residente de la ciudad de Bogotá, sufrió un doble infarto que lo llevó a estar en una Unidad de Cuidado Intensivo (UCI). Fueron momentos difíciles: le realizaron una cirugía a corazón abierto, le dio neumonía y no podía caminar. Sin embargo, el acompañamiento incondicional de su familia, en especial el de su perro Tomy, le dio a Pedro las fuerzas necesarias para seguir adelante.
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En abril de este año, Pedro Salazar, un ciudadano residente de la ciudad de Bogotá, sufrió un doble infarto que lo llevó a estar en una Unidad de Cuidado Intensivo (UCI). Fueron momentos difíciles: le realizaron una cirugía a corazón abierto, le dio neumonía y no podía caminar. Sin embargo, el acompañamiento incondicional de su familia, en especial el de su perro Tomy, le dio a Pedro las fuerzas necesarias para seguir adelante.
“En la recuperación iba toda mi familia a verme. No estar solo y tener la familia en la habitación es demasiado reconfortante. Después vino la gran sorpresa. Mi hija gestionó con el hospital todos los permisos y me trajeron a Tomy. Llegó contento, con su colita batiéndola alegre y mi felicidad fue mayor”, cuenta Pedro.
Tomy es un perro criollo que llegó a la vida de Pedro hace cuatro años. Él lo adoptó de un refugio seis meses después de que su antigua mascota, un canino llamado Niko, falleciera de viejo. “Ya sabíamos el cariño que dan los perritos a los miembros de un hogar. Y así nos fuimos encariñando con Tomy, lo trajimos aproximadamente de unos 3 meses. Al comienzo nos dio trabajo porque un perrito joven es desordenado y juguetón. Pero se fue adaptando a cada miembro de la familia y todos nos adaptamos a él”, recuerda.
Nancy Salazar, la hermana de Pedro, asegura que él y su mascota son inseparables. Juegan, caminan y toman el sol siempre juntos. Ella estuvo presente el día que Tomy visitó a Pedro en el hospital. Según cuenta, estar cerca de su animal de compañía fue fundamental para la recuperación de su hermano.
“El perrito cuando lo vio casi se infarta de alegría. Los lengüetazos de Tomy para con mi hermano eran de mucha felicidad, tanto del uno como del otro. Los médicos que estaban presentes quedaron encantados de ver ese amor tan recíproco. Esa alegría de mi hermano de poder ver a su mascota le ayudó bastante. Cuando hay amor de una persona con una mascota sirve mucho para la recuperación”, asegura Nancy.
Este encuentro especial entre cuidador y mascota se pudo dar gracias al programa “Huellas que sanan” del Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN), lugar donde Pedro estuvo internado. Esta iniciativa se diseñó para facilitar un proceso de visitas de mascotas personales a pacientes con estancia prolongada (mayor a 15 días), con el fin de mejorar sus condiciones físicas, psicológicas y sociales.
El doctor Jairo Pérez, director de la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) del HUN, explica que la UCI es un espacio con una carga emocional bastante alta, por lo que las visitas de las mascotas les traen beneficios a los pacientes con patologías crónicas y hospitalizaciones prolongadas, ayudándolos a disminuir la ansiedad, el estrés y el dolor.
“Hay una cama y una cantidad de aparatos, ventiladores, monitores, bombas de infusión con alarmas, cosas que la mayoría de las personas nunca han visto. Hay mucho movimiento, tanto en el día como en la noche, porque se manejan pacientes críticos. El acompañamiento en estos casos es esencial. Faltaba un componente y era el de las mascotas, que hoy hacen parte de la familia. ¿Por qué no facilitar que puedan ingresar a la UCI en una situación tan difícil?”, explica el doctor Pérez.
El programa “Huellas que sanan” comenzó con una solicitud específica. Los familiares de una paciente que había ingresado a UCI por un accidente cerebrovascular le preguntaron al personal médico si era factible que su mascota, un canino llamado Dino, pudiera visitarla. Según decían, la paciente quería más a su mascota que a cualquier otro miembro de la familia. “Ahí fue cuando dijimos listo, venga. Nos asesoramos con un veterinario para saber qué requisitos debía tener la mascota y, por nuestra parte, lo que hicimos fue empezar a aplicarle las mismas medidas de bioseguridad que utilizamos nosotros para ingresar a la unidad”, relata el doctor Pérez.
Según cuenta Natalia Corredor, jefe de experiencia de usuario (UX) del HUN, la paciente en estado de coma inducido, que no había respondido a ningún estímulo previamente, empezó a mover las manos para acariciar a Dino, lo que significó para médicos una gran mejoría. Esa experiencia, según Corredor, fue un punto importante para dejar las visitas de mascotas como algo permanente en el hospital. Desde entonces, cualquier paciente que se encuentre hospitalizado por un periodo de más de 15 días (no necesariamente en UCI) puede solicitar el ingreso de su mascota.
Beneficios de los animales para los pacientes en UCI
De acuerdo con el doctor Pérez, los animales de compañía no solo traen beneficios en la parte emocional y social, también son fundamentales en la rehabilitación del paciente. “Principalmente en enfermedades neurológicas, el hecho de poder entrar en contacto, de tocar la mascota, de sentirla, es un estímulo para el cerebro. No solo es compañía, no solo es compensación emocional, también es rehabilitación desde el punto de vista físico”, informa el médico.
Lo que comenzó como un caso excepcional, se volvió en algo usual y en una insignia del hospital. Hasta la fecha, según informa Corredor, la Unidad de Cuidados Intensivos del HUN ha recibido las visitas de 31 perros y un gato. Cualquier persona, paciente o familiar, puede solicitar el ingreso de su mascota al hospital.
De acuerdo con la jefe de UX, en Colombia se conocen pocos centros de salud que hayan implementado este tipo de iniciativas. Se sabe que, en 2021, el Hospital Internacional de Colombia – HIC, en Santander, aprobó un protocolo para el ingreso seguro de mascotas a la UCI, con el objetivo de acelerar la recuperación cardiovascular, mental y la rehabilitación de pacientes con COVID-19.
A nivel internacional este tipo de programas son más comunes. De hecho, el HUN tomó como referencia iniciativas similares realizadas en Estados Unidos y España, donde se ha evidenciado que la presencia de los animales de compañía en el entorno hospitalario tiene importantes beneficios para los pacientes. De acuerdo con una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid – UAM, permitir la entrada al hospital de las mascotas puede proporcionar apoyo emocional, mejora del estado de ánimo y disminución de la sensación de soledad y aislamiento en el paciente.
“El animal te da a ti a calor de hogar, familiaridad, disminuye, el nivel de estrés, el nivel de dolor, el nivel de ansiedad que te produce estar en un hospital. Creo que eso es una de las cosas más gruesas que nos deja “Huellas que sanan”. Yo digo que ampliamos las visitas a todo el núcleo familiar. Ya no solo va a venir mi papá, mi esposo, mis hijos, mis hermanos, ahora va a venir también mi perro o gato, que se ha convertido ya en un miembro más de la familia”, agrega Corredor.
Para que las visitas de los animales de compañía se den de forma segura y cumplan su objetivo terapéutico sin generar riesgo al paciente y al equipo asistencial, se deben tener en cuenta algunos lineamientos. Según explica la jefe de UX, el hospital cuenta con protocolos bien estructurados en dos vías. La primera es el paciente: no debe ser un paciente inmunosuprimido, no debe tener heridas expuestas, no debe estar aislado y no puede tener infecciones o alergias.
La segunda tiene que ver con las mascotas: deben tener certificado médico veterinario constatando buen estado de salud, carnet de vacunación donde certifique esquema hexavalente y rabia, recibir un baño en un periodo no menor a 45 días antes de la visita, tener uñas cortas y aseo general en pelaje y extremidades y el día de la visita debe ser cepillado para eliminar el exceso de pelo suelto.
Además, la mascota debe ser guiada por un familiar mediante correa y debe permanecer con ella durante su estancia, aquellos que sean considerados de manejo especial, deben portar bozal durante su tránsito por el hospital. “Las visitas son entre 30 y 45 minutos, teniendo en cuenta que el perrito también tiene sus necesidades fisiológicas. No tenemos horarios cruzados, es decir, no se pueden encontrar dos perritos en la misma hora, en el mismo lugar, en el mismo espacio”, agrega Corredor.
“La invitación es a arriesgarnos a hacer las cosas diferentes, creo que, por nuestros pacientes, que cada vez son más exigentes y conocedores de sus derechos, debemos implementar humanización dentro del ámbito de la salud. Mucha gente le tiene miedo a la parte de las infecciones, pero cuando tenemos protocolos, juiciosos y rigurosos, sí se pueden hacer estas cosas”, concluye Corredor.
Pedro aún recuerda los 47 días que permaneció hospitalizado y el apoyo incondicional que le brindo su perro Tomy en gran parte de ese tiempo. Hoy, tras ocho meses de ese suceso, sale a caminar por el parque con la ayuda de un bastón y la compañía de su canino que no se separa nunca de él.
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