Campeón es un toro blanco orejinegro que libró la muerte, porque cuando en la ganadería los animales envejecen y, por tanto, dejan de ser productivos, no les queda más que esperar la hora de su sacrificio. Pero no a Campeón, pues la sede de Medellín de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) adelantó un proceso jurídico para que el animal fuera a un santuario.
Esto, luego de que el bovino apoyara labores de docencia y reproducción asistida, ya que su raza está adaptada al trópico y es resistente a enfermedades como garrapatas. El ejemplar nació el 30 de octubre de 2008 y a los dos años y medio pasó a los laboratorios de reproducción animal como donante de semen.
“Es decir, que con él producíamos pajillas o dosis para inseminación artificial. También cumplió una función en la docencia, en actividades de capacitación y práctica con estudiantes de Zootecnia y Medicina Veterinaria de esta y otras universidades del país”, relata el profesor Giovanni Restrepo Betancur, coordinador del Laboratorio.
En octubre de este año, el toro cumplirá 16 años, y aunque su raza tiende a tener una esperanza de vida alta, es normal que con el tiempo disminuya la calidad de su semen, que se vuelve menos tolerante a la congelación, un proceso clave para mantenerlo en condiciones viables. Por lo que, ahora las funciones de Campeón se limitan a enseñar a estudiantes sobre sus características y su manejo.
Sin embargo, el animal también ha causado interés entre la comunidad académica, productores agropecuarios y ganaderos, porque es uno de los toros más grandes de Colombia de esta raza. Lo que ha hecho replantear cuál sería su destino.
Diferente a muchos, este toro será trasladado al Santuario Animal Namigni, en La Calera (Cundinamarca) para empezar su temporada de “jubilado” y recibir la vida que le queda bajo los lineamientos del cuidado animal. Esto, luego de un proceso de dos años para conseguir el aval de la Oficina Jurídica de la UNAL en Medellín.
El trámite fue complejo porque normalmente este tipo de animales, denominados semovientes, se consideran como un bien más de la Universidad, que por ser una institución pública tiene restricciones legales para donarlos o cederlos.
“Digamos que se trata no solo de un cambio de mentalidad, sino de paradigma, en el que entendemos que es un ser vivo que merece terminar su existencia de forma digna”, apunta el profesor Restrepo. Y se espera que el caso de Campeón sea un referente en el país, especialmente entre instituciones de educación superior públicas, cuya naturaleza jurídica es especial.
*Información: Agencia de Noticias de la UNAL