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El Día del Veterinario, que se celebra mañana 10 de mayo en Colombia, es una fecha para agradecer a todos esos amantes de los animales, que además han dedicado su vida a cuidar y atender, desde mascotas, criaturas marinas, hasta la fauna silvestre que equilibra a los ecosistemas y enriquece la ecología del territorio.
Y también para recordar que no cualquier persona puede desarrollar las funciones de esta profesión. Por eso, desde La Red Zoocial le contamos cómo puede identificar o distinguir a un impostor de una persona que realmente adquirió los conocimientos necesarios para atender a su mascota.
En primer lugar, tenga en cuenta que existe un Consejo Profesional de Veterinaria y Zootecnia en Colombia que agrupa a todos estos expertos, sin importar cuál sea su especialidad. Pues es el encargado de acreditar a los veterinarios con una tarjeta profesional, según lo que contó Norys Pastrana, presidenta de la Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios (VEPA), a El Espectador.
Para obtener esta matrícula obligatoria, de acuerdo con lo que estipula la ley 73 de 1985, todos los estudiantes de medicina veterinaria “deben culminar sus estudios en una de las 42 facultades que hay en las diferentes universidades del territorio nacional. Al finalizar su ciclo académico, deben inscribirse con el consejo, para obtener la tarjeta profesional”, dijo Henry Cortés, veterinario de Acovez, otra asociación del mismo gremio.
Ahora, esto no evita que haya personas mal intencionadas que suplanten a otras que realmente se han titulado como veterinarios. Lo que por cierto es un delito que puede llevar a diagnósticos errados, manejos inapropiados de terapias o prescripciones medicinales que generen contraindicaciones en los animales.
Por esto, lo ideal es que, al asistir a un consultorio, vea si en las paredes está el diploma de su veterinario a la vista o si es visible la matrícula profesional. Asimismo, puede observar los sellos con los que se firman las prescripciones veterinarias, ya que ahí puede notar el día, la fecha y universidad de la que se graduó quien atiende a su mascota.
Si sus dudas persisten, solicite que el veterinario le muestre su tarjeta profesional. De lo contrario, pida la cédula de la persona. De este modo, puede ingresar al sitio web del Consejo Profesional de Veterinaria y Zootecnia en Colombia y verificar que la persona esté inscrita y cumpla con todo el papeleo necesario.
“Si la persona no está incluida en las listas del consejo, puede instaurar una queja de tipo penal. Porque el comité de ética no puede actuar frente a una persona que no sea profesional. Entonces, hay que dirigirse a la Fiscalía o al grupo Gelma”, agregó Cortés.
¿Cómo identificar a los falsos veterinarios?
Cortés explicó que hay que prestar especial atención al lenguaje de los veterinarios. Pues en la forma de hablar, de quién tiene el certificado, siempre debe existir respeto hacia las personas y sus mascotas, junto con lenguaje técnico que demuestra su profundo conocimiento en temas de salud en animales.
Otra característica para evaluar es la vestimenta. El uso de bata es importante, aunque en el campo, al examinar animales de granja, puede ser complicado. Pero sí se deben usar otros insumos como tapabocas, guantes, entre otros, para que el profesional no esté expuesto a posibles infecciones.
Sin embargo, aquellos que suplantan a veterinarios no siempre tienen consultorios o una “fachada” difícil de detectar. También hay quienes se dedican a la salud humana, entre doctores y enfermos, que optan por darle determinados medicamentos a mascotas, lo que no es una buena práctica, porque puede terminar por perjudicar a los animales.
“Lo otro es que también hay quienes automedican a sus mascotas, dándoles alguna medicación que no está alineada a lo que necesitan, porque no tienen conocimientos técnicos en farmacología”, agregó Cortés.
Por esta razón, y como siempre lo hemos dicho, si nota que su animal de compañía lo mejor es llevarlo al veterinario y no guiarse por la información que encuentra en Internet. Además, recuerde que ya sabe cómo identificar si el profesional que está tratando a su mascota es de confianza.