“Contamos con diversas alternativas a la experimentación con animales”: ANDI
En conmemoración del Día Internacional del Animal de Laboratorio, entrevistamos a Yeili Rangel, directora de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, para hablar sobre la materialización de la Ley 2047 que prohíbe la experimentación con animales para usos cosméticos en Colombia.
Sebastián Muñoz López
En agosto de 2020, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, promulgó la Ley 2047 de 2020, que establece la prohibición definitiva de las pruebas cosméticas en animales. Esta reglamentación también incluye la prohibición de importar y comercializar productos cosméticos que hayan sido testeados en animales. Como resultado, se determinó un plazo de cuatro años para que las industrias nacionales y el Gobierno desarrollaran y adoptaran nuevas metodologías para probar los productos cosméticos antes de su venta.
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En agosto de 2020, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, promulgó la Ley 2047 de 2020, que establece la prohibición definitiva de las pruebas cosméticas en animales. Esta reglamentación también incluye la prohibición de importar y comercializar productos cosméticos que hayan sido testeados en animales. Como resultado, se determinó un plazo de cuatro años para que las industrias nacionales y el Gobierno desarrollaran y adoptaran nuevas metodologías para probar los productos cosméticos antes de su venta.
“Este es un gran paso y avance para nuestra sociedad. Después de la Ley de Maltrato Animal, la prohibición del testeo de cosméticos en animales enmarca un camino fundamental en el desarrollo de la legislación para la protección y defensa de todos los animales en Colombia. El uso de animales en los laboratorios es un tema que no ha tenido la atención necesaria, son millones que están sufriendo en el mundo y por lo menos en Colombia debemos prestar toda la atención necesaria”, dijo en su momento el representante, Juan Carlos Losada, autor de la iniciativa.
Actualmente, ya faltan cuatro meses para que esta normativa sea una realidad. Por ello, desde La Red Zoocial conversamos con Yeili Rangel Peñaranda, directora de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), para hablar sobre la preparación de las empresas frente a este nuevo modelo.
La Ley 2047 de 2020, que prohíbe la experimentación en animales con fines cosméticos, empieza a regir en agosto de 2024. ¿Cómo ha sido el proceso de transición de las empresas?
Este proceso tiene su origen en un debate global que ha sido ampliamente discutido. La Unión Europea tuvo que enfrentar este debate debido a la intensa atención mediática sobre el testeo de productos cosméticos en animales y sus impactos negativos. Muchas empresas ya se habían comprometido a explorar alternativas más éticas para realizar pruebas de seguridad en sus productos. La prohibición en la Unión Europea desencadenó un movimiento global hacia la eliminación progresiva de estas prácticas.
Aunque algunos países, como China, aún requieren pruebas en animales para garantizar la seguridad de los productos cosméticos, incluso ellos están en un proceso de revisión para adoptar otras opciones. La prohibición en Europa en 2013 marcó un punto de inflexión, impulsando las mejores prácticas regulatorias y generando debates en todo el mundo. De hecho, nuestra regulación se ve influenciada por las normativas europeas en este sentido.
¿Cómo ha sido el proceso de las empresas de cosméticos para lograr su adaptación? ¿Cómo se ha reemplazado la experimentación?
Estamos trabajando de la mano con las empresas, y algunas han establecido divisiones de investigación dedicadas específicamente a estas pruebas. En la actualidad, contamos con diversas alternativas al testeo con animales que no solo garantizan la certificación, sino que también son menos invasivas tanto para los animales como para las personas. Entre estas alternativas se encuentran los métodos computacionales, que permiten extrapolaciones de información segura a partir de ingredientes previamente probados y registrados en bases de datos. Además, se están desarrollando pruebas In Vitro y se está avanzando en la creación de piel mediante impresoras 3D, todas estas son opciones prometedoras para el futuro de la industria cosmética en términos de ética y eficacia.
¿Las empresas mostraron resistencia ante esta Ley?
La transición hacia métodos de prueba alternativos no ha representado un costo significativo para la industria, dado que muchos de estos ingredientes ya cuentan con un historial de seguridad comprobado. Las pruebas solo se realizan en casos donde existe un pequeño riesgo de posibles reacciones alérgicas. Lo que aún está pendiente en este proceso es la regulación detallada sobre qué aspectos deben ser supervisados y sancionados por las autoridades durante la observación de las prácticas de las empresas.
Estamos colaborando activamente con el Ministerio de Salud y el INVIMA para garantizar una vigilancia efectiva de los productos cosméticos, asegurando así la protección de la salud pública y el cumplimiento de estándares éticos en la industria.
¿Cuáles son las sanciones para las empresas que sigan experimentando con animales?
Las sanciones establecidas oscilan entre 133 y 50,000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Las empresas que representamos han optado por métodos alternativos y no realizan pruebas en animales. De hecho, algunas han realizado voluntariamente pruebas a nivel internacional y cuentan con certificaciones que confirman su compromiso con la eliminación de la crueldad animal.
Estas pruebas se llevan a cabo para garantizar que no se utilicen métodos que impliquen testeo en animales. En caso de que la autoridad, durante sus procesos de vigilancia y control, encuentre insuficientes pruebas que demuestren la ausencia de pruebas en animales, se aplicarán las multas correspondientes. Es necesario establecer claramente qué pruebas debe proporcionar la industria durante los procesos de verificación por parte de la autoridad para evitar malentendidos y asegurar el cumplimiento de las normativas establecidas.