Rompe el ciclo es el nombre de la campaña con la que el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá busca sensibilizar a la ciudadanía sobre la responsabilidad y las implicaciones que supone tener una mascota no convencional (distinta a un perro o gato) en el hogar.
“En los últimos años, se ha vuelto cada vez más común encontrar en diferentes espacios urbanos, como en casas o apartamentos, especies como minipigs, hámsteres y conejos como mascotas. Estos sitios no cumplen con las condiciones de ambiente, alojamiento e incluso alimentación para ellos, factores que a futuro acarrean en delicados problemas de salud físicos y emocionales, que incluso en esas condiciones, promueven el desentendimiento, el abandono e incluso la muerte de estos individuos”, afirmó Natalia Parra, subdirectora de Cultura Ciudadana y Gestión del Conocimiento, en un comunicado de prensa.
Esta campaña fue elaborada con la colaboración de diversas organizaciones veterinarias que trabajan por la salud y bienestar de las mascotas exóticas y de granja.
De acuerdo con Parra, desde el IDPYBA crearán una serie de cartillas dirigidas a profesionales veterinarios que no tienen experiencia con mascotas no convencionales, para así “vincularlos como aliados estratégicos y que puedan promocionar mensajes de responsabilidad y de cuidado adecuado de estas especies”. También, llevarán este mensaje de tenencia responsable a los colegios y otros escenarios académicos de la ciudad para concientizar sobre las implicaciones y riesgos de adquirir a estas especies.
“El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal invita a los ciudadanos que tienen en sus hogares estos animales, a garantizar las condiciones de bienestar necesarias para garantizar una buena calidad de vida hasta el último día de sus vidas”, finalizó por decir Parra.
¿Cuáles son las mascotas no convencionales?
Las tortugas, serpientes, hurones, camaleones, pericos australianos, entre otras, son especies delicadas y se encuentran en la categoría de silvestres exóticos. En muchas ocasiones, lamentablemente, las personas “adoptan” a estos animales para brindarles una mejor calidad de vida, pero esto no es así.
“Estas especies son normalizadas como mascotas en otros países, debido a la excentricidad de algunos humanos que las adquieren por capricho y luego, con el tiempo, las descuidan hasta producir su muerte o, en otros casos, las liberan en ecosistemas nativos, causando daños graves a la fauna y flora local”, explica el IPDYBA.
Por esta razón, es necesario distinguir entre los animales domésticos, la fauna silvestre nativa y la fauna silvestre exótica. Los primeros abarcan a perros y gatos. Los segundos abarcan a especies que tienen sus ciclos de vida en los ecosistemas de nuestro país y que, además, son protegidas por ley, pues se prohíbe su captura, tenencia y comercialización. Los terceros son especies con distribución natural de otros países que se han criado para venderse como mascotas (algunos legales y otros ilegales).
“El IDPYBA trabaja constantemente para promover una cultura y tenencia responsable de las especies existentes y así evitar el ciclo de reproducción que ayude a prevenir el sufrimiento y el maltrato en estos animales”.