¿Por qué mantener a un animal con vida y en estado crítico podría considerarse maltrato?
Aunque no está estrictamente reglamentado en la legislación colombiana, la distanasia, que consiste en la prolongación exagerada de la vida en condiciones críticas, podría ir en contra del bienestar animal y generar cierto tipo de violencia en contra de los animales.
Angie Valentina Suárez Moreno
El mundo quedó conmocionado tras el registro de la muerte de Noor Jehan, una elefanta que pertenecía al grupo de los últimos elefantes africanos que estaba en cautiverio en Pakistán. La noticia la dio a conocer el zoológico de la ciudad de Karachi el pasado sábado 22 de abril, luego de que el animal sufriera un deterioro de su salud en los últimos meses y cayera en un estanque de agua semanas antes.
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El mundo quedó conmocionado tras el registro de la muerte de Noor Jehan, una elefanta que pertenecía al grupo de los últimos elefantes africanos que estaba en cautiverio en Pakistán. La noticia la dio a conocer el zoológico de la ciudad de Karachi el pasado sábado 22 de abril, luego de que el animal sufriera un deterioro de su salud en los últimos meses y cayera en un estanque de agua semanas antes.
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Este animal, de 17 años, fue sometido a un tratamiento de emergencia por un tumor que paralizó sus patas, pero unos días después se desplomó y permaneció tumbada de lado hasta su fallecimiento. De hecho, el 20 de abril, un grupo de expertos estaba determinando si le aplicaban eutanasia, con el objetivo de brindarle una muerte con el menor sufrimiento posible, no obstante, antes de poder tomar una decisión, el animal sucumbió a un estado crítico.
A pesar de ello, múltiples defensores de los derechos de los animales en Pakistán y en el extranjero iniciaron a través de redes sociales un movimiento con el fin de hacer presión pública para que cierren el zoológico de Karachi alegando que los animales viven en condiciones de maltrato y abandono y que “no se hizo lo suficiente para salvarla” (refiriéndose al caso de Noor Jehan).
Mientras tanto, en Colombia, varias fundaciones y animalistas buscan ayuda a través de las redes sociales luego de presenciar casos críticos que muestran al borde de la muerte a muchos perros y gatos. “Rescatamos a esta gatita ayer en Santa Marta y necesitamos su ayuda, este ser maravilloso merece vivir” se lee en uno de los tantos pedidos de auxilio por parte de estas personas.
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Y aunque la decisión de conservar o terminar con la vida de un animal herido solo está en manos de un veterinario, muchas personas se niegan a hacerlo debido al peligroso vínculo que se ha creado entre los humanos y los animales. Peligroso en el sentido de que, de acuerdo con Santiago Henao, investigador de la Universidad del Bosque, “hemos llegado al punto de suministrar a las mascotas los mismos cuidados de salud que nos dispensamos a nosotros mismos, incluyendo cuidados paliativos que a veces no son la mejor opción y cuando es necesaria la eutanasia se generan desencuentros entre el veterinario y el propietario de la mascota”.
De lo anterior ha surgido la expresión “encarnizamiento terapéutico”, evidenciando que no todo lo que es técnicamente posible es éticamente correcto, y que la lucha por la vida tiene unos límites racionales. “Un límite que incluso está dibujado en la bioética y que hace parte de los cinco dominios que se deben cuidar en la medicina veterinaria”, explicó Julio César Aguirre, consejero del Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de Colombia, quien también indica que, incluso, esto puede ser un tipo de maltrato animal.
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Por su parte, Vivian Nieto, representante legal de la Asociación Mi Mejor Amigo, explicó en entrevista con La Red Zoocial que ella hace los rescates y propende por la vida de los animales porque siempre hay una opción para salvarlos, sin embargo, es consciente del dolor que pueden sentir cuando se trata de casos crónicos y está de acuerdo con aplicar la eutanasia. “Uno hace la labor de salvarlos y se lucha por ellos, pero a veces es mejor no prolongar ese dolor, al final de cuentas eso lo decide el veterinario” afirmó la mujer, quien rescata alrededor de 40 animales al mes.
Aunque ha habido casos de éxito, como el de Ángel, un perrito que fue despellejado y vivió más de cuatro días sin piel. “A pesar de la gravedad de sus heridas, el veterinario determinó que él quería seguir luchando porque logró esperar todo ese tiempo por atención médica y ahora, después de un largo proceso y más de 15 cirugías, se encuentra bien” narró la mujer mientras hacía énfasis en que ellos no tomaron la decisión, fue un profesional en medicina veterinaria.
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Casos en los que aplicaría la eutanasia humanitaria en animales
La eutanasia humanitaria está contemplada en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales y forma parte de la mayoría de las legislaciones del mundo, incluida la colombiana. Por ejemplo, la ley 576 de 2000, por la cual se expide el Código de Ética para el ejercicio profesional de la medicina veterinaria, en su artículo 19, advierte que la cronicidad o incurabilidad de un caso no constituye motivo para privar al animal de asistencia profesional, sin embargo, tales circunstancias permitirán al profesional aplicar la eutanasia. De igual manera, en dicha ley aclara que “la eutanasia en medicina veterinaria es un recurso terapéutico y una medida sanitaria, en cuyo caso será obligatoria”, es decir, siempre y cuando sea necesaria.
Y aunque en Colombia no hay ningún lineamiento o patologías que indiquen que al animal se le debe aplicar la eutanasia, para Aguirre “todo dependerá de las condiciones económicas, de ambiente y de cuidado que esté dispuesto a asumir el responsable del animal, pero siempre es criterio del profesional la evaluación y posterior toma de decisiones en cada caso”, explicó a La Red Zoocial. De hecho, para Henao, la variable que marca el camino a la eutanasia en animales es la calidad de vida presente y futura del paciente.
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No obstante, en Inglaterra, varios investigadores han analizado los factores que motivan la eutanasia en clínica de caninos y felinos, entre los que se encuentran la edad avanzada, enfermedad terminal, trauma, problemas comportamentales incorregibles o por salud pública, siempre bajo la supervisión de un médico veterinario.
En Colombia, de acuerdo con la investigación de Henao, las enfermedades terminales y senilidad, son las principales causas para realizar este procedimiento, en mayor proporción en albergues o fundaciones, debido a que la mayoría de los animales que se encuentran allí son rescatados y suelen tener condiciones de salud desfavorables.
“Solo a partir de una correcta sensibilización de lo que se conoce como el bienestar animal podemos cambiar estos pensamientos egocéntricos, si las personas quieren ayudar a los animales, deben hacerlo desde la empatía y el conocimiento biológico” concluye Aguirre.
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