Diagnósticos equivocados en animales de compañía: ¿quién responde?

Aunque la escogencia de un “buen” médico veterinario para que sea el responsable de la salud de nuestro animal de compañía parezca sencilla, lo cierto es que es una decisión compleja que requiere de varias evaluaciones, no solo de nuestra parte, sino también a través de referencias externas.

Aunque la escogencia de un “buen” médico veterinario para que sea el responsable de la salud de nuestro animal de compañía parezca sencilla, lo cierto es que es una decisión compleja que requiere de varias evaluaciones, no solo de nuestra parte, sino también a través de referencias externas.

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Sin embargo, en algunas ocasiones, a pesar de realizar todas las verificaciones y tener en cuenta algunos comentarios y reseñas que se encuentran en Internet o que fueron contadas a través del voz a voz, los propietarios de mascotas se encuentran con malas noticias tras no sentirse satisfechos con la atención recibida por parte de los médicos veterinarios con respecto a las dolencias de sus perros, gatos, hámsteres o minipigs.

Y aunque a veces solo se trate de una mala experiencia tras una atención escueta, suele suceder que los tenedores de mascotas resultan perjudicados tras una mala práctica veterinaria tras realizarle, a su animal de compañía, un diagnóstico equivocado.

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Esto fue lo que le sucedió a Paula Andrea Melo, una joven mujer, amante de los animales, que el pasado 22 de marzo, acudió al llamado de varias personas que se encontraban al lado de un puente peatonal, en el municipio de Soacha, Cundinamarca, auxiliando a una perrita que estaba sangrando.

“Decidimos llevarla a Soacha parque, a una veterinaria que se llama Huellitas, llegamos allá porque era la única que estaba abierta a las 7 de la mañana, un miércoles”, contó la joven a La Red Zoocial. De acuerdo con sus declaraciones, los profesionales primero se concentraron en detener el sangrado, la dejaron hospitalizada y luego se habló de dos hipótesis: un traumatismo que habría causado un desgarre en la vulva o un tumor, una patología que, de acuerdo con el veterinario que atendió a Mona (nombre que le pusieron a la perrita) era muy poco probable porque ella parecía una perrita de casa.

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A Mona le medicaron antiinflamatorios, antibióticos y protectores gástricos que ayudaron a que dejara de sangrar paulatinamente, pero luego volvió a sangrar, esta vez con un olor fétido. “La llevamos a la misma veterinaria y ahí nos dijeron que si fuera un desgarre se vería algo de mejora, pero no, los tejidos seguían muy vivos” explicó Paula. Sin embargo, los veterinarios descartaron una biopsia para determinar si era o no un tumor, alegando que “no valía la pena porque era un procedimiento muy caro”.

Al ver que la perrita no mejoraba, Paula decidió llevarla a otra veterinaria, donde le dijeron que Mona no tenía un rasgado, sino un tumor. “Cuando lo descubrí, ese examen costó 30 mil pesos, en realidad no costaba tanto y era de sangre. En realidad yo nunca me sentí tranquila con el primer diagnóstico porque permitieron que la llevara a mi casa y la juntara con mi otra perrita, porque no trataron las dos hipótesis y porque el examen no era caro”, denunció la mujer. Mona debe someterse, en principio, a cuatro sesiones de quimioterapia, pero tal vez puedan ser más.

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De acuerdo con Sergio Macana, abogado de la Oficina Asesora Jurídica del IDPYBA, aunque este se trate de un caso en que hay un mal diagnóstico, se debe analizar el nivel de gravedad y las implicaciones que tuvo para el animal. “En principio no se puede decir que hay una mala praxis por parte del ejercicio veterinario porque se parte del profesionalismo y la buena fe de la persona que adquiere la responsabilidad contractual con el dueño del animal de compañía”.

Además, para el experto, independientemente de que el contrato sea escrito o verbal, los usuarios deben tener en cuenta que estas profesiones, al igual que la medicina y el derecho, implican un ejercicio de medios, más no de fines, por lo tanto, se hace todo lo que esté disponible para poder tener un buen resultado. “Entonces no podemos llegar ante la Fiscalía a denunciar a un médico veterinario por presunto maltrato animal si no tenemos pruebas que lo impliquen directamente con un ejercicio que vaya más allá de su profesión, estos casos - como el de Mona- hay que denunciarlos ante el Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de Colombia (Comvezcol)”, aclara Sergio.

Comvezcol es una entidad creada bajo la Ley 073 de 1985 encargada del control y vigilancia al ejercicio profesional - de la medicina veterinaria y zootecnia- y de cooperación en las actividades orientadas a su desarrollo y optimización, “también nos encargamos de ser la hoja de ruta y vigilar lo que hacen nuestros profesionales para una buena práctica veterinaria” indicó a La Red Zoocial, Julio César Aguirre, consejero del Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y Zootecnia de Colombia.

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Lo que debe saber para realizar una denuncia por malas prácticas veterinarias

Es importante tener en cuenta que primero debe identificar si quien atendió a su mascota se trata de un médico veterinario registrado ante el Comvezcol a través de su página web. Adicional a lo anterior, debe presentar todas las pruebas que relacionen la mala práctica veterinaria a su animal de compañía, como documentos, fotos, recetario de medicamentos, exámenes formulados, entre otros elementos.

“Las quejas ante el tribunal se pueden recibir a partir de nuestra oficina virtual, allí cualquier ciudadano, de manera gratuita, puede interponer una queja que es recibida por los magistrados, quienes la estudian y luego emiten una conclusión” explica Aguirre, quien además agrega que estos casos se pueden registrar cuando haya o no muerte del animal.

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De acuerdo con el consejero, aunque se reciben a diario miles de quejas no oficiales (a través de redes sociales, por ejemplo), las únicas a las que ellos pueden dar respuesta son a las que las personas registran a través de los canales oficiales, que, en comparación con las que se comparten son pocas: “el año pasado hicimos la apertura de 171 procesos, de los cuales 77 se fueron para segunda instancia y 51 fueron sancionados”.

Las sanciones, que no son de tipo pecuniario, pueden resultar en la suspensión o retiro de la tarjeta profesional dependiendo de la gravedad del caso. No obstante, recuerde que la atención a su animal de compañía solo debe ser brindada por un médico veterinario inscrito ante esta entidad, algo que también puede consultar en la página web de Convezcol para evitar que personas inescrupulosas se hagan pasar por profesionales de la medicina veterinaria.

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