Dieta BARF: una tendencia cargada de potenciales riesgos para la salud de mascotas
Las promesas con las que se promueve este tipo de alimentación en animales domésticos no cuenta con sustento científico. Algunas investigaciones advierten sobre posibles infecciones causadas por bacterias.
BARF, acrónimo en inglés de Biologically Appropriate Raw Food, que significa comida cruda biológicamente apropiada, es una tendencia creciente en el mundo de las mascotas. Consiste en alimentar a animales domésticos con carne y otros alimentos crudos, con la promesa de obtener supuestos beneficios para su salud.
La dieta puede ser elegida directamente por cuidadores, tomando los productos que se consideren para esta, o bien puede ser comprada a empresas que venden los productos congelados en empaques porcionados.
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Dentro de los alimentos se encuentran huesos y víseras de pollo, carne cruda, algunos vegetales, entre otros. Uno de los argumentos es que estos animales, por su origen salvaje, como los lobos en el caso de los perros, necesitan de alimentos crudos para vivir de manera saludable.
Sin embargo, diferentes estudios han advertido sobre los riesgos de dar una dieta basada en carne cruda a los animales domésticos, pues podría derivar en problemas graves de salud para el animal, e incluso generar riesgos por enfermedades que se transmitan a los humanos.
Por ejemplo, un estudio publicado en 2019 en el Journal of Small Animal Practice, tras una revisión de diferentes investigaciones, advirtió sobre la presencia de diferentes bacterias, como la Salmonella, en carnes crudas que se vendían en dietas congeladas.
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Otra investigación publicada en la revista científica One Health en 2021 llama la atención sobre los riesgos zoonóticos asociados a estas dietas. Es decir, de enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos, generalmente causadas por bacterias o parásitos, como la toxoplasmosis.
Más recientemente, en septiembre de 2022, se reportó en el Reino Unido el caso clínico de una mascota enferma que era alimentada con dieta BARF. Dentro de los exámenes de laboratorio se identificó la presencia de un protozoo llamado Hammondia heydorni, que puede causar coccidiosis en los animales.
Este microorganismo ha sido identificado en ganado vacuno, y además tiene un ciclo de vida obligatorio de dos huéspedes, lo que significa que podría generar la enfermedad al pasar de un animal a otro. Por esto, se presume que la vía por la cual el perro fue infectado es la carne cruda.
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Hasta el momento no existe evidencia científica que respalde el uso de este tipo de dietas en animales domésticos, y, en cambio, se han encontrado muchas inconsistencias en los argumentos bajo los cuales se sustenta.
Si bien los animales domésticos pueden tener ancestros salvajes que basen su alimentación en comida cruda, se debe tener en cuenta que los procesos de domesticación generaron cambios en los metabolismos de estos animales, por lo que sus dietas deben estar adaptadas a estas nuevas condiciones.
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BARF, acrónimo en inglés de Biologically Appropriate Raw Food, que significa comida cruda biológicamente apropiada, es una tendencia creciente en el mundo de las mascotas. Consiste en alimentar a animales domésticos con carne y otros alimentos crudos, con la promesa de obtener supuestos beneficios para su salud.
La dieta puede ser elegida directamente por cuidadores, tomando los productos que se consideren para esta, o bien puede ser comprada a empresas que venden los productos congelados en empaques porcionados.
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Dentro de los alimentos se encuentran huesos y víseras de pollo, carne cruda, algunos vegetales, entre otros. Uno de los argumentos es que estos animales, por su origen salvaje, como los lobos en el caso de los perros, necesitan de alimentos crudos para vivir de manera saludable.
Sin embargo, diferentes estudios han advertido sobre los riesgos de dar una dieta basada en carne cruda a los animales domésticos, pues podría derivar en problemas graves de salud para el animal, e incluso generar riesgos por enfermedades que se transmitan a los humanos.
Por ejemplo, un estudio publicado en 2019 en el Journal of Small Animal Practice, tras una revisión de diferentes investigaciones, advirtió sobre la presencia de diferentes bacterias, como la Salmonella, en carnes crudas que se vendían en dietas congeladas.
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Más recientemente, en septiembre de 2022, se reportó en el Reino Unido el caso clínico de una mascota enferma que era alimentada con dieta BARF. Dentro de los exámenes de laboratorio se identificó la presencia de un protozoo llamado Hammondia heydorni, que puede causar coccidiosis en los animales.
Este microorganismo ha sido identificado en ganado vacuno, y además tiene un ciclo de vida obligatorio de dos huéspedes, lo que significa que podría generar la enfermedad al pasar de un animal a otro. Por esto, se presume que la vía por la cual el perro fue infectado es la carne cruda.
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Hasta el momento no existe evidencia científica que respalde el uso de este tipo de dietas en animales domésticos, y, en cambio, se han encontrado muchas inconsistencias en los argumentos bajo los cuales se sustenta.
Si bien los animales domésticos pueden tener ancestros salvajes que basen su alimentación en comida cruda, se debe tener en cuenta que los procesos de domesticación generaron cambios en los metabolismos de estos animales, por lo que sus dietas deben estar adaptadas a estas nuevas condiciones.
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