Dos manatíes estuvieron en rehabilitación por un año y ahora vuelven a su hogar
Comunidad indígena solicitó usar conocimientos ancestrales y científicos para conservar en perfecto estado la fauna marina.
Jimena Delgado Díaz
Los manatíes, nombrados como Genemakay y Sobrado de Tiburón, fueron liberados en su hábitat natural, gracias a la ayuda de La Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG), junto a la Fundación CIM Caribe y el Centro de Vida Marina.
Estos ejemplares, un macho y una hembra de la especie Trichechus manatus manatus, fueron rescatados por pescadores en el departamento del Magdalena y pasaron más de un año en rehabilitación en el Centro de Rescate de Fauna Marina en Santa Marta.
Una vez, estuvieron listos para volver a casa, se puso a los animales en la desembocadura del río Perico Aguao, en el territorio indígena Kogui-Malayo-Arhuaco, con la comunidad. Este lugar fue elegido debido a su abundante disponibilidad de recursos alimenticios y agua dulce.
Genemakay, cuyo nombre se debe a la playa donde fue rescatada en Taganga, fue encontrada al permanecer atrapada en una red de pesca con varias lesiones y un peso de 188 kg. Mientras que Sobrado de Tiburón, llamado así por sobrevivir a un ataque de tiburón, fue rescatado con 79 kg y en un estado de delgadez extremo.
Tras un año de cuidados, ambos alcanzaron un peso saludable de 243 kg y 220 kg, respectivamente. Durante su rehabilitación, los manatíes fueron alimentados con una dieta variada de plantas terrestres y acuáticas, como el buchón y pastos marinos, lo que contribuyó a su enriquecimiento ambiental.
Para asegurar el bienestar de los manatíes, se les equipó con dispositivos de telemetría satelital con boyas que cuentan con GPS y VHF, gracias a la colaboración del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe de Puerto Rico y la Fundación Omacha.
Además, se espera que la comunidad local participe en el monitoreo de su adaptación al nuevo ambiente. Al respecto, Camilo Izquierdo, autoridad indígena de la comunidad Arhuaca Kʉtʉnsama, destacó la importancia de este regreso como un acto de respeto a la Madre Tierra y subrayó la necesidad de transmitir el conocimiento ancestral a las nuevas generaciones para mantener el equilibrio con la naturaleza.
Este evento, que contó con la presencia del Director General de CORPAMAG, Alfredo Martínez Gutiérrez, representa un hito en la conservación de los manatíes, una especie en peligro de extinción. A través de jornadas de educación ambiental, se ha trabajado con la comunidad para crear conciencia sobre la importancia de proteger a estos animales y su hábitat.
Asimismo, la alianza entre organizaciones y otros aliados demuestra que, al unir conocimientos científicos y ancestrales, se puede garantizar un futuro más sostenible para la biodiversidad.
¿Qué implica que este contenido sea creado con inteligencia artificial?
Este contenido fue realizado por un periodista humano con asistencia de la herramienta de generación de contenido con inteligencia artificial de El Espectador, la cual utiliza como motor el modelo GPT 4o de la empresa OpenAI, y una configuración personalizada para brindar la mejor experiencia informativa.
Los periodistas de El Espectador curan las fuentes con las que trabaja esta herramienta para asegurar la mayor rigurosidad y confianza en la información, y el contenido es sometido a una posterior revisión y edición humana.
Los manatíes, nombrados como Genemakay y Sobrado de Tiburón, fueron liberados en su hábitat natural, gracias a la ayuda de La Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG), junto a la Fundación CIM Caribe y el Centro de Vida Marina.
Estos ejemplares, un macho y una hembra de la especie Trichechus manatus manatus, fueron rescatados por pescadores en el departamento del Magdalena y pasaron más de un año en rehabilitación en el Centro de Rescate de Fauna Marina en Santa Marta.
Una vez, estuvieron listos para volver a casa, se puso a los animales en la desembocadura del río Perico Aguao, en el territorio indígena Kogui-Malayo-Arhuaco, con la comunidad. Este lugar fue elegido debido a su abundante disponibilidad de recursos alimenticios y agua dulce.
Genemakay, cuyo nombre se debe a la playa donde fue rescatada en Taganga, fue encontrada al permanecer atrapada en una red de pesca con varias lesiones y un peso de 188 kg. Mientras que Sobrado de Tiburón, llamado así por sobrevivir a un ataque de tiburón, fue rescatado con 79 kg y en un estado de delgadez extremo.
Tras un año de cuidados, ambos alcanzaron un peso saludable de 243 kg y 220 kg, respectivamente. Durante su rehabilitación, los manatíes fueron alimentados con una dieta variada de plantas terrestres y acuáticas, como el buchón y pastos marinos, lo que contribuyó a su enriquecimiento ambiental.
Para asegurar el bienestar de los manatíes, se les equipó con dispositivos de telemetría satelital con boyas que cuentan con GPS y VHF, gracias a la colaboración del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe de Puerto Rico y la Fundación Omacha.
Además, se espera que la comunidad local participe en el monitoreo de su adaptación al nuevo ambiente. Al respecto, Camilo Izquierdo, autoridad indígena de la comunidad Arhuaca Kʉtʉnsama, destacó la importancia de este regreso como un acto de respeto a la Madre Tierra y subrayó la necesidad de transmitir el conocimiento ancestral a las nuevas generaciones para mantener el equilibrio con la naturaleza.
Este evento, que contó con la presencia del Director General de CORPAMAG, Alfredo Martínez Gutiérrez, representa un hito en la conservación de los manatíes, una especie en peligro de extinción. A través de jornadas de educación ambiental, se ha trabajado con la comunidad para crear conciencia sobre la importancia de proteger a estos animales y su hábitat.
Asimismo, la alianza entre organizaciones y otros aliados demuestra que, al unir conocimientos científicos y ancestrales, se puede garantizar un futuro más sostenible para la biodiversidad.
¿Qué implica que este contenido sea creado con inteligencia artificial?
Este contenido fue realizado por un periodista humano con asistencia de la herramienta de generación de contenido con inteligencia artificial de El Espectador, la cual utiliza como motor el modelo GPT 4o de la empresa OpenAI, y una configuración personalizada para brindar la mejor experiencia informativa.
Los periodistas de El Espectador curan las fuentes con las que trabaja esta herramienta para asegurar la mayor rigurosidad y confianza en la información, y el contenido es sometido a una posterior revisión y edición humana.