El alcance de las tradiciones: debate entre la libertad religiosa y el bienestar animal

Una dieta basada en plantas es lo más ético. El consumo de animales es barbarico desde cualquier punto de vista, desde cualquier religión. Le faltó al periodista entrevistar a algún experto en bienestar animal. El artículo está sesgado.

Los cultos religiosos no son los únicos fanatismos que califican como patología mental colectiva. El avasallante perrerismo que conlleva un fanatismo desmedido, y que se ha tomado numerosas sociedades, arrastra un fanatismo de proporciones similares a los cultos religiosos: el vigente culto al "dios perro". Un dogma enmarcado por una relación que no es tan diferente como la de un esclavo y su dueño. Algo legitimado pero moralmente inaceptable.

“Al escritor irlandés George Bernard Shaw se le atribuye: "mientras más conozco a los hombres más amo a mi perro".No importa la autoría, la frase representa el espíritu misántropo de los animalistas radicales.La vida, la comida, el afecto, el andén, primero para el perro; el anciano, el inválido, el niño verán cómo se las arreglan”: Jorge Giraldo Ramírez, Doctor en Filosofía de la Universidad de Antioquia. Una invitación a reflexionar por un instante sobre tanta necesidad de compañía no humana.

Los cultos son patologías mentales colectivas. Desbordan toda sensatez. La libertad de cultos no debe darle legitimidad a las prácticas atroces.