El alcance de las tradiciones: debate entre la libertad religiosa y el bienestar animal
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictó una sentencia en donde se prohibió el sacrificio a través de los rituales halal y kosher, que son implementados por musulmanes y judíos, respectivamente. Aquí le contamos sus implicaciones.
Sebastián Muñoz López
Antes de entrar en este debate, es importante resaltar que los musulmanes y los judíos son dos grupos religiosos con distintas creencias, prácticas y tradiciones. Los musulmanes siguen el islam, una religión monoteísta basada en el Corán y las enseñanzas de Mahoma. Por otro lado, los judíos siguen el judaísmo, también una religión monoteísta que se basa en las enseñanzas de la Torá y las tradiciones rabínicas. Los musulmanes se congregan en mezquitas para sus oraciones y actividades religiosas, mientras que los judíos suelen asistir a sinagogas para sus servicios religiosos y eventos comunitarios. Pero ambas creencias consideran que resulta esencial consumir alimentos puros en medio de su dieta.
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Antes de entrar en este debate, es importante resaltar que los musulmanes y los judíos son dos grupos religiosos con distintas creencias, prácticas y tradiciones. Los musulmanes siguen el islam, una religión monoteísta basada en el Corán y las enseñanzas de Mahoma. Por otro lado, los judíos siguen el judaísmo, también una religión monoteísta que se basa en las enseñanzas de la Torá y las tradiciones rabínicas. Los musulmanes se congregan en mezquitas para sus oraciones y actividades religiosas, mientras que los judíos suelen asistir a sinagogas para sus servicios religiosos y eventos comunitarios. Pero ambas creencias consideran que resulta esencial consumir alimentos puros en medio de su dieta.
Por ello, las religiones judía y musulmana sacrifican vacas, cabras, ovejas o aves de corral con un corte en la garganta, dejándolos desangrarse durante horas, hasta que mueren. Esta es la comida permitida por su creencia. En el método halal, desarrollado por musulmanes, se realiza una incisión profunda en el cuello del animal, cortando la vena yugular, para que este se desangre por completo. En el ritual judío, también se corta la yugular de los animales para que pierda su sangre.
“Los mataderos europeos tienen una disciplina impuesta por ley: al animal le dan un aturdimiento con un mazo en la cabeza. La objeción de las personas europeas es que hay un chorro de sangre, lo que para los europeos puede verse mal, además de, según ellos, sufrimiento para el animal”, explica Adriano Moreno Weinstein, profesor e investigador del Grupo de Estudios Sociales de la Religión de la Universidad Nacional de Colombia.
Ahora sí, empecemos. Este debate inició el pasado 13 de febrero de 2024, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, Francia, emitió un fallo (El Comité Ejecutivo de Musulmanes de Bélgica y otros contra Bélgica) que respaldó la prohibición del sacrificio de animales, específicamente en relación con las prácticas religiosas musulmanas y judías de halal y kosher, que son desarrolladas en las regiones de Flandes y Valonia, en Bélgica.
Este caso fue originado a raíz de una ley belga de 1986, que, en ese entonces, permitió el sacrificio sin aturdimiento previo en rituales religiosos. No obstante, a medida que pasaba el tiempo, las políticas y leyes fueron cambiando, junto a la visión que tenía Europa sobre la situación. Por eso, y 28 años después, específicamente en 2014, se decidió que esta no era una buena norma, pues algunas reformas ya hablaban del bienestar animal. Razón que hizo que las regiones flamenca y valona pusieran fin a esta excepción en 2017 y 2018, respectivamente. En este punto, surgió el debate sobre el choque entre el cuidado de los animales y la libertad religiosa.
Representantes religiosos intentaron anular la legislación, afirmando que violaba su libertad religiosa y de sacrificar animales según sus rituales y creencias. Los solicitantes son 13 ciudadanos belgas y siete organizaciones no gubernamentales. Estas organizaciones pretenden representar a las comunidades musulmanas de Bégica, así como las autoridades religiosas nacionales y locales de las comunidades turcas y marroquíes de Bélgica, ciudadanos belgas de fe musulmana y ciudadanos belgas de fe judía que residen en este país.
Para justificar la decisión de 2024, el tribunal aseguró que prohibir los rituales de matanza de animales a los judíos y musulmanes no vulneraría el artículo 9 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, encargado de proteger la libertad de pensamiento y religión. Según reza el primer inciso del artículo 9: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento de conciencia y de religión; este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos.”
No obstante, el segundo inciso del artículo 9, afirma lo siguiente: “La libertad de manifestar su religión o sus convicciones no puede ser objeto de más restricciones que las que, previstas por la ley, constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad pública, la protección del orden, de la salud o de la moral pública, o la protección de los derechos o las libertades de los demás”.
Este fue el elemento bajo el cual el Tribunal se fundamentó para afirmar que el bienestar animal también debe ser considerado como una limitación de la libertad de culto. Fue en este elemento en el que se basaron para justificar que debían restringirse las prácticas religiosas judías y musulmanas para poder garantizar la protección de los animales en Europa.
De hecho, desde 1974, la legislación europea exige a los mataderos aturdir a los animales de ganado (vacas, cabras, ovejas, corderos o aves de corral) antes de sacrificarlos, para, según su visión, eliminar el estrés y el padecimiento. En el pasado, esta disposición solía tener como excepción a los ritos religiosos, las tradiciones culturales y el patrimonio regional.
Adriano Moreno Weinstein explica que el kashrut se trata del conjunto de prácticas que hacen apropiada la forma de preparar los alimentos para una persona judía; es decir, es el ritual que se usa para volver puro el alimento que se va a consumir. “Este es el alcance de este tipo de problemas: que los judíos religiosos observantes terminan por no poder consumir la carne que está siendo sacrificada, porque está siendo sacrificada de una manera inapropiada”, asegura el docente.
En el judaísmo, se denomina a la shejitá como el ritual de matanza de animales, y tiene prescritos cortes en arterias vitales que, según la creencia judía, hace que las especies pierdan consciencia inmediatamente apenas se realiza la suspensión de la circulación de sangre. “En la antigüedad, era lo mejor para evitar el sufrimiento animal. Con el avance de la medicina y de las ciencias, entran distintos criterios a operar. Los rabinos, es decir, los jefes espirituales de la comunidad judía, discuten que el hecho de darle un garrotazo a un animal en la cabeza (como se conoce al aturdimiento) no es una solución que pueda garantizar que dejen de sufrir”, menciona el experto.
Por otro lado, Diego Castellanos, antropólogo, historiador y docente de la Universidad Javeriana, quien ha sido musulmán desde hace 18 años, explica que, en el islam, las acciones humanas pueden clasificarse en cinco categorías, de acuerdo con si son permitidas por Dios: acciones obligatorias, recomendadas, neutrales, censurables y prohibidas. Por ejemplo, los rituales de la oración son obligatorias, y el consumo de alcohol o carne de cerdo están prohibidos. Él asegura que el halal hace referencia a una categoría que existe en el islam de lo permisible.
“Dentro de las prácticas halal es importante ver cómo se preparan o están disponibles algunos alimentos. La idea es que los animales sean sacrificados en nombre de Dios, normalmente siendo degollados. Algunos musulmanes creen que, por alguna manera, cuando un animal es sacrificado en nombre de Dios, este alivia su dolor al escuchar las oraciones”, explica Castellanos.
Si bien los rituales musulmanes y judíos pueden ser considerados como dolorosos y tortuosos para la visión occidental, otros procesos, como el aturdimiento del animal, también han generado polémica entre las poblaciones que buscan el cuidado de estas especies. “Se ha implementado la práctica de golpear al animal con un martillo metálico, para aturdirlo, y luego perforarle el cráneo o desangrarlo. Continuamente, se pueden ver videos en donde se nota que es un tema poco fácil. Esto no es tan simple como decir que con el ritual musulmán los animales sufren, y con los otros no”, menciona Castellanos.
Del mismo modo, Edgar Antonio López, filósofo, teólogo y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana, asegura que resulta difícil saber cuál factor priorizar entre la libertad de culto y el bienestar animal, pues, según él, se estarían comparando dos elementos que no son equiparables. “La libertad de culto es un derecho reservado a los seres humanos, mientras que el bienestar no es un derecho humano; se ubica desde una perspectiva diferente”, analiza.
Estos rituales se realizan con el objetivo de evitar el dolor en el animal para que estén puros al momento de ser consumidos. “Ellos están interesados en mantener la pureza de la alimentación durante toda la vida del animal y también durante la muerte. En mi opinión, si ellos quieren evitar el dolor, deberían darle la bienvenida a medidas como el aturdimiento”, menciona Edgar Antonio López.
¿La decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos podría generar exclusión religiosa?
Jenny Santamaria es teóloga, politóloga y licenciada en ciencias religiosas, ella explica que la decisión de la entidad de prohibir los rituales, en el caso de la comunidad judía, despierta una preocupación de crear una normatividad jurídica antisemita, que, según ella, “pueda constituirse en el inicio de la legitimación de una persecución étnico-religiosa”.
Por su parte, Adriano Moreno Weinstein asegura que la decisión en sí misma no está generando una exclusión, sino que, actualmente en Europa, ya existe una discriminación no solo contra los judíos sino también con los musulmanes. Moreno Weinstein argumenta que esto se debe a que ambos grupos religiosos son una minoría, cuyas tradiciones no son comprendidas; este desconocimiento del islam y el judaísmo desencadenaría en posibles decisiones que afecten a ambas comunidades.
“El hecho de que se haya procedido a demandas, cuando ya existían leyes que permitían, en el caso de los judíos, la shejitá y el sacrificio hecho a la manera judía, es realmente indicación de que hay gente ‘con ganas de molestar’. En Europa, la cantidad de judíos son una minoría bastante pequeña”, analiza Adriano Moreno. Esta tesis del experto está respaldada por el Instituto de Investigación de Políticas Judías, que aproxima que su población es solo de 1.305.100 en todo el continente, que cuenta con una población total de 741.816.652.
Por otro lado, bajo la visión de Edgar Antonio López, con la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), no se está generando una exclusión religiosa, sino que haría que las tradiciones religiosas se transformen, como lo han hecho a lo largo de la historia. Para el experto, esto iría de la mano del reconocimiento de la Declaración Universal de los Derechos del Animal, promulgada por la UNESCO en 1978. “La idea de que las culturas, los rituales religiosos y las normatividades, tienen que mantenerse siempre de manera permanente e incambiable a través del tiempo, me parece incorrecto. La cultura y la moral se transforman”, explica el experto.
Entre las posibles alternativas, se incluye el hecho de que las tradiciones religiosas se modifiquen de acuerdo con los preceptos europeos. No obstante, esto también despertaría el debate sobre la autenticidad de rituales musulmanes o judíos que adopten las prácticas de aturdimiento, porque su tradición se cambiaría para poder armonizar con una cultura externa y mayoritaria.
En últimas, el debate sobre el choque entre libertad de culto y bienestar animal es complejo y extenso, pues algunas de las comunidades judías y musulmanas consideran que podrían estar en juego sus principios sagrados, mientras que la comunidad europea afirma que el factor más importante a priorizar es el bienestar animal. Si bien ambos pilares no son equiparables, sí desarrollan la discusión sobre un posible futuro en donde los derechos religiosos y la protección animal no necesariamente se presenten como elementos antagónicos.
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