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El amor con el que atiende a cada comensal, sea perruno, gatuno o humano, es algo que caracteriza a Nayrobiz Vargas. La dueña del restaurante –con sopas típicas, pastas y carne asada– ha conquistado el paladar de Dabeiba, municipio antioqueño, y sobre todas las cosas, ha resaltado por apoyar a los animalitos que no cuentan con un hogar.
En su establecimiento, Casa Dabeiba, Vargas ha recibido a cerca de 200 perros y gatos, por lo que es elogiada y querida por la comunidad. Aun así, no se llegó a imaginar lo que sucedió hace algunos días. “Nunca pensé que el funcionario lo fuera a hacer. No tuve inconvenientes con nadie, hemos tenido tratos cordiales con las personas. No sé por qué él vino con tanto ego”, aseguró Vargas a La Red Zoocial.
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Un funcionario de la seccional de salud de Dabeiba selló su negocio. Según la afectada, el hombre le dijo: “te voy a cerrar, porque eres muy desjuiciada con los animales y ‘guerra avisada no mata soldado’, así me dijo”.
Antes, y de acuerdo con Vargas, no había problemas. Quien se encargaba de supervisar el estado del lugar, que servía sopas al medio día, era una mujer que sugería tomar precauciones –como poner rejas–, pero que no impuso acciones radicales. Renunció y ahora, bajo las manos del nuevo funcionario, “empezaron las problemáticas”.
“Él siempre tuvo muchas ganas de cerrar el establecimiento porque ayudamos a muchos animales, porque es un negocio para todos y auxiliamos, recogemos y curamos a las mascotas. También hacemos viajes en carro y consultas virtuales para los animales, porque no hay veterinaria en todo el pueblo”, afirmó Vargas.
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Al momento de la clausura, la dueña pidió hablar, con el fin de llegar a un punto intermedio. Sin embargo, la autoridad de salud procedió a llenar un papeleo y ponerle fin a la iniciativa animalista, de una forma “arbitraria y poco adecuada”. Luego del trago amargo, Vargas insistió con la entidad de salud para reabrir las puertas de su restaurante.
“Luego de ocho días de escribirle a la seccional de salud para que tuvieran misericordia, me dijeron que me iban a visitar. Yo estaba destrozada sin saber cómo seguir y luego de pedir que reconsiderarán la decisión, me abrieron a los dos días”, explicó Vargas.
Además, agregó: “llegó el mismo señor que cerró el negocio y al revisar me dio un puntaje de 89, cuando en un primer lugar a algo cerca a 40. Volvimos a abrir con los empleados, con bombas. Nos abrieron a las 10 y a las 12 ya estábamos sirviendo almuerzos”.
Actualmente, Vargas tiene su local en funcionamiento y sigue prestando su servicio a los animales que más lo necesitan en Dabeiba, claro está, ahora tiene unas nuevas precauciones para evitar inconvenientes a futuro.
“Agradecemos a cada individuo, familia y negocio local que nos brindó su ayuda y comprensión. Estamos profundamente agradecidos por la solidaridad que nos muestran. Nos comprometemos a devolver ese amor y apoyo a nuestra comunidad, contribuyendo de todas las maneras posibles. La forma en que cada uno de ustedes se unió para respaldarnos fue verdaderamente conmovedora”, finalizó por decir la mujer.
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