“El tráfico de animales es producto del ego del ser humano”: Gelma
La gran variedad de flora y fauna en Colombia representa una maldición para sus animales silvestres, que son traficados todos los años. ¿A qué se debe este fenómeno?
Sebastián Muñoz López
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el tráfico de fauna es el cuarto negocio ilícito más rentable del mundo, con ingresos anuales de US$23 billones. Solo en Colombia, entre enero y octubre de 2022, fueron incautados 12.404 animales que iban a ser traficados, según el Ministerio de Ambiente.
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Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el tráfico de fauna es el cuarto negocio ilícito más rentable del mundo, con ingresos anuales de US$23 billones. Solo en Colombia, entre enero y octubre de 2022, fueron incautados 12.404 animales que iban a ser traficados, según el Ministerio de Ambiente.
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Especies en peligro de extinción, como el primate tití gris, serpientes y jaguares, son encerradas en jaulas diminutas, amarradas a bolsas, camufladas en cajas y maltratadas en medio del recorrido para ser traficados y, en algunos casos, ser exhibidos como sinónimo de poder y estatus en las personas que las compran.
“El tráfico de fauna tiene que ver con el ego del ser humano. Siempre nos queremos diferenciar de los otros, tener el animal más raro y vistoso”, afirmó Alejandro Gaviria, fiscal coordinador del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma).
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El peligro que representan algunos animales, irónicamente, también termina por atraer a varias personas, especialmente a los hombres. Factores culturales, como el querer presumir la riqueza y masculinidad, hacen que las personas se sientan atraídas por animales como serpientes, monos o arañas. “Hay un tema de masculinidad mal entendida: los que suelen tener animales, como serpientes o tarántulas, casi siempre son hombres, porque presumen que tienen un animal que a los demás les da miedo”, indicó Claudia Brieva, medica veterinaria en rehabilitación, comportamiento y bienestar de animales silvestres.
Otras especies, como las tortugas mata mata, son traficadas para usos medicinales, consumo humano y para ser adoptadas como mascotas. Varios animales son asesinados, porque sus cuernos, dientes o garras son vendidos como trofeos.
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🐒¿Cómo evitar el tráfico de animales?
Existe un mercado local y uno internacional. Por un lado, está la fauna que es barata y de fácil adquisición, como tortugas y aves (loros, pericos y azulejos). Por otro lado, hay animales de gran valor, como los jaguares, tigrillos y guacamayas.
“En Colombia no podemos entender al tráfico de manera aislada. Tenemos que comprenderlo como una cadena: está el actor que caza, el que paga por cazar, el que comercializa, el que almacena y el que transporta”, explicó el fiscal coordinador del grupo Gelma.
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Los expertos aseguran que las autoridades se concentran en la parte final del proceso y dejan a un lado lo más importante: ¿quién extrae la fauna? “Esto puede ser difícil, porque el campesino y el indígena no viven de sacar fauna, esto se realiza de forma ocasional. Hay temporadas de posturas de huevos, que es cuando sacan los pichones de los nidos. Hay temporadas de cría de primates, que es cuando los cogen. Entonces, ellos tienen esto como un ingreso ocasional”, agregó Brieva.
Asimismo, indican que hace falta trabajar en las personas que compran estas especies de manera ilegal, bien sea por lástima, curiosidad o por ayudar al animal (algunos traficantes se aprovechan de la compasión que despiertan las especies para venderlas). “No debemos tener animales silvestres ni alimentar el mercado de su tráfico. Si lo hacemos, equivaldría a un secuestro”, indicó el fiscal.
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Si bien la Ley de Delitos Ambientales sanciona el tráfico de fauna con 60 a 135 meses de prisión y multas de 300 hasta 40.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes, Gaviria cree que no todo se puede solucionar con un castigo, sino que se debe recurrir a la prevención, educación, concientización y sensibilización. “Es necesario que los actores que están en cada espacio, como los campesinos, sean los principales protectores de nuestra riqueza y animales”, aseveró.
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Por esta razón, considera que la principal problemática que enfrenta el tráfico de fauna en la actualidad es no poder llevar las normas a la práctica, “falta que los jueces entiendan que esto afecta a todos los colombianos”. Por su parte, Brieva resaltó que hoy hay más interés en sancionar este tráfico, pues hace unos años “no se consideraba un crimen tan grave y soltaban a los culpables”.
Las entidades encargadas de controlar este flagelo son, por un lado, las Corporaciones Autónomas Regionales y las Autoridades Ambientales Urbanas. Una vez se atrapa al traficante y se rescata al animal, dichas autoridades deben evaluar y valorar la especie recuperada, con el objetivo de rehabilitarla. Lamentablemente hay aves, anfibios, reptiles o peces que han sido demasiado maltratados, por lo que es imposible devolverlos a su hábitat natural.
🐒¿Cómo denunciar el tráfico de fauna y el maltrato animal?
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