Entre el riesgo y la recompensa: el dilema de niños inmunodeprimidos con mascotas
Varios padres de niños con sistemas inmunológicos debilitados se encuentran ante un dilema, pues no saben si la compañía de mascotas puede resultar perjudicial o beneficiosa para sus hijos. ¿Qué dicen los expertos?
Sebastián Muñoz López
En medio de una de sus consultas, Lina Castaño, médica y pediatra, todavía recuerda el momento en que un paciente de seis años con problemas en sus defensas le contó que no podía ver a su perro desde hace tres meses, porque su familia lo mantenía alejado de él para evitar el contagio de enfermedades. La experta en salud inmediatamente le comunicó a la familia que el menor sí podía tener animales, siempre y cuando recibiera un cuidado responsable. “Esta fue mejor noticia que cualquier medicamento”, expresó Castaño.
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En medio de una de sus consultas, Lina Castaño, médica y pediatra, todavía recuerda el momento en que un paciente de seis años con problemas en sus defensas le contó que no podía ver a su perro desde hace tres meses, porque su familia lo mantenía alejado de él para evitar el contagio de enfermedades. La experta en salud inmediatamente le comunicó a la familia que el menor sí podía tener animales, siempre y cuando recibiera un cuidado responsable. “Esta fue mejor noticia que cualquier medicamento”, expresó Castaño.
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Lina Castaño es médica y pediatra de la Universidad CES, con Especialización en Alergia e Inmunología Clínica Pediátrica, y actualmente trabaja como inmunóloga en OMI. A lo largo de su vida profesional, la experta ha atendido a múltiples pacientes inmunodeprimidos, es decir, personas con un debilitamiento en el sistema inmunitario, que puede dificultar su capacidad para combatir infecciones y otras enfermedades. Ella asegura que varias de las personas con inmunodepresión, especialmente niños, son despojadas de sus mascotas por el temor a contagiarse de una infección o enfermedad zoonótica (enfermedad que puede transmitirse entre animales y seres humanos).
En la práctica clínica actual, se atiende a múltiples pacientes con inmunodepresión, una condición que puede tener diversas etiologías. Algunas personas presentan defensas bajas desde el nacimiento, mientras que otras adquieren esta vulnerabilidad debido a tratamientos como la quimioterapia para combatir el cáncer. Además, individuos con enfermedades autoinmunes requieren medicamentos que impactan en sus defensas, y aquellos sometidos a trasplantes de órganos sólidos también enfrentan un estado de inmunosupresión. Los variados caminos que conducen a la inmunodepresión revelan la complejidad de esta condición, donde distintos factores convergen para debilitar el sistema inmunológico de los pacientes.
De hecho, un estudio publicado el 23 de abril de 2023 en la revista Hindawi y desarrollado por el Hospital La Paz de Madrid, en cabeza de la pediatra Ana María Méndez Echevarría, determinó que el 46% de hogares con niños inmunodeprimidos en España cuenta con una mascota. Estos datos fueron revelados después de que la entidad encuestara a 284 familias de niños trasplantados o con inmunodeficiencia, así como a 500 veterinarios. El estudio reveló cifras preocupantes: la mitad de los pacientes que tenían perros o gatos no cumplían con al menos una de las recomendaciones relacionadas con vacunación, desparasitación o alimentación y solo el 11% de familias desparasitaban a sus mascotas cada mes (como es recomendado para familias que tienen pacientes con inmunodepresión).
Lo anterior revela el desconocimiento que varias familias pueden tener alrededor de los animales de compañía y los cuidados que requieren, especialmente cuando son una de los acompañantes principales de niños con inmunodepresión. De hecho, Lina Castaño se ha percatado de que varios pacientes con enfermedades crónicas son aislados en una burbuja, pues algunas personas pueden tener la creencia de que ellos no son capaces de realizar varias tareas por sí solos, siempre y cuando el paciente cuente con las condiciones necesarias y que sea de manera responsable.“Ellos también pueden continuar teniendo responsabilidad en su día a día, y tener una mascota es una buena prueba de ello”, menciona la experta.
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La experta asegura que el mayor beneficio que representa un animal de compañía en algunos pacientes inmunodeprimidos son la mejora en su salud mental, tranquilidad y compañía.
No obstante, Edgardo Chapman, médico experto en el tratamiento de enfermedades alérgicas, asegura que los niños con inmunodeficiencia también podrían presentar mayores riesgos de ser alérgicos a cualquier factor, incluyendo las mascotas. “Hay que sopesar el riesgo en cuanto a los beneficios que recibe el niño por tener el animal de compañía. Cuando encontramos que un niño tiene alergia a las mascotas, especialmente cuando tienen sistemas inmunes débiles, obviamente es mejor evitarlas”, comenta el experto.
De hecho, sí existen momentos en donde lo mejor para un paciente es evitar el contacto con animales de compañía. Algunos niños con cáncer necesitan someterse a un tratamiento específico llamado quimioterapia de inducción, que implica períodos frecuentes de hospitalización. Durante estos momentos, los niños suelen estar aislados y se recomienda evitar en todo momento el contacto con mascotas, al menos durante los primeros seis meses.
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Otro estudio desarrollado por el Hospital Universitario La Paz sugiere que el desconocimiento sobre las medidas de prevención que deben tomarse pueden poner en mayor riesgo a los pacientes inmunocomprometidos. En este, encuestaron a 514 veterinarios, indagando sobre las recomendaciones que ellos brindaban a personas con problemas en las defensas que tienen mascotas.
Según los resultados desarrollados por la encuesta, el 71% de los veterinarios conocían a un caso de infección zoonótica transmitida de una mascota a su propietario, pero solo el 29% de los profesionales médicos que atendían a niños trasplantados habían diagnosticado una enfermedad zoonótica en sus pacientes.
El estudio en general evidenció que los veterinarios encuestados poseían una comprensión superior de los patógenos zoonóticos, para lograr prevención de este tipo de problemas. No obstante, todavía existen fuertes lagunas en el conocimiento, que pueden generar mayor riesgo en las personas, por lo que la guía y orientación de un profesional en salud siempre es recomendable, especialmente con los casos de niños con inmunodepresión.
Según explica Lina Castaño, no existe una contraindicación absoluta para las personas que tienen problemas de las defensas y que deciden tener mascotas, siempre y cuando estas se tengan de manera responsable. Por ello, se deben tomar medidas preventivas, como realizar visitas rutinarias con veterinarios, mínimo una vez al año. Del mismo modo, se debe desarrollar un esquema de vacunación completo y un refuerzo de vacunas anuales. Algunos especialistas recomiendan que la desparasitación debe realizarse, por lo menos, cada tres meses, cuando estos animales convivan con personas inmunodeprimidas.
Según la investigación publicada en la revista Hindawi, que los animales consuman alimentos crudos o no procesados es crucial, ya que no hay forma de saber si esto aumentará su riesgo de infección. Cuando las mascotas salen al parque, se recomienda mantenerlas con correa para prevenir la ingestión de basura. Además, se aconseja que las personas con inmunodepresión no asuman la responsabilidad de limpiar las deposiciones de las mascotas, como las cajas de arena en el caso de gatos, para minimizar el riesgo de contacto con desechos.
La experta afirma que la personalidad curiosa y desprevenida de los niños puede aumentar sus riesgos, ya que desconocen los peligros de abrazar, recibir lamidas, mordidas o arañazos por parte de los animales de compañía. Por lo tanto, la decisión de tener un animal doméstico puede depender de casos específicos, teniendo en cuenta la personalidad de los niños y la agresividad o el posible peligro que presente la mascota.
¿Cuáles son las señales de alerta para detener la interacción entre un animal y un niño inmunodeprimido?
Si los perros o gatos tienen síntomas de gripa, decaimiento, diarrea, es necesario limitar la interacción y llevar al animal al veterinario para determinar qué está pasando en él. Algunos niños, en medio de su cariño, querrán atender a sus animales y tratarlos, lo cual puede terminar generando una infección o enfermedad. Del mismo modo, es necesario limitar la saliva y secreción del animal en heridas abiertas o cuando los niños están extremadamente enfermos.
Los niños son bastante curiosos y, en algunos casos, poco precavidos, por lo que pueden tener un contacto de manera inconsciente y espontánea con los animales. No obstante, una condición u enfermedad no debe limitar su capacidad para interactuar con sus seres queridos, incluyendo sus mascotas. El cuidado y la precaución también son formas de tratamiento, especialmente con niños que pueden terminar aislados por condiciones que, en muchas ocasiones, no tienen cura. Sin embargo, la última palabra la deben tener los expertos en salud, quienes, después de un proceso, determinen cuál es la mejor interacción que deben recibir personas vulnerables ante cualquier tipo de enfermedad.
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