Colombia entró oficialmente a la lista de países que prohíben la tauromaquia. La ley “No más olé”, que fue aprobada en una decisión histórica por el Congreso de la República el pasado 28 de mayo con 93 votos a favor y solo 2 en contra, recibió hoy, 22 de julio, la firma de la sanción presidencial en la Plaza Cultural La Santamaría, antigua Plaza de Toros de Bogotá. El evento estuvo presidido por el presidente Gustavo Petro y contó con la presencia de la vicepresidenta Francia Márquez, la bancada del Pacto Histórico, representantes de organizaciones, colectivos defensores de los animales, entre otros.
“Hoy este lugar dejará de llamarse Plaza de Toros y empezará a llamarse Plaza Cultural La Santamaría. Esta plaza se llenará de cultura, de deporte, de vida, no de muerte, ese es el cambio de mentalidad que no puede retroceder. No es cultura matar por diversión a los seres sintientes, lo decía ya siendo alcalde. Este logro tiene una importancia: decirle a toda nuestra niñez, a toda nuestra juventud, que pueden venir épocas peores, pero que la única manera de no llegara eso es cambiando nuestra mentalidad, es respetar a la vida en general, eso es lo único que nos va a permitir sobrevivir”, dijo el mandatario tras la firma del documento.
Por su parte, la senadora Esmeralda Hernández, autora del proyecto de ley, indicó que este es un acontecimiento que marco un antes y un después frente a la defensa de los animales. “Que este logro, inspirado en décadas de lucha ciudadana, sea la puerta hacia un país que ame más y destierre toda forma de maltrato. Mi gratitud siempre será con la gente y con quienes desde la acción política han marcado un camino. Fue un honor ser la autora de la ley y aunque fue una lucha muy difícil, valió la pena”, aseguró.
A partir de ahora se inicia un periodo de transición de tres años, tiempo en el que se adelantará, entre otras cosas, un censo del sector taurino que permita identificar a las personas que vivían de esta actividad y así poder vincularlas a un proceso de reconversión laboral.
“Debemos identificarlos y construir con ellos el plan de reconversión, es decir, si ellos quieren ir hacia la cultura, hacer alguna actividad social, hacer algo sostenible, hacer industria, comercio, lo que sea, se construye y se implementa con ellos en esos años. Y el cuarto año, como ya no habrá corridas, se empezará a trabajar en la transformación de estas”, dijo la senadora Hernández.
Durante el cuarto año, se llevará a cabo la transformación de las plazas de toros a escenarios de la cultura. Serán adecuados para conciertos, ferias, actividades lúdicas y deportivas que fomentarán el empleo y la economía. Por otra parte, el destino de los toros de lidia, según Hernández, tendrá que ser discutido con el Gobierno Nacional para identificar cuántos hay en el país y quiénes son sus propietarios. Una alternativa impulsada por organizaciones internacionales es la reubicación de los animales a santuarios o la adopción.
“Los toros de lidia no tienen una distinción frente a cualquier otro toro, es la misma especie, la misma configuración de animal, entonces no necesitan tratamiento diferencial. Lo que sí quisiéramos, es que fueran atendidos bajo la lógica de protección animal. Sobre todo, los toros que ya fueron usados en corridas, creo que sería ideal que puedan terminar sus años de vida en libertad”, indicó Hernández.
Finalmente, el Gobierno deberá, a través de sus ministerios, adelantar un plan de pedagogía en colegios y escuelas que incentiven el cuidado, protección y respeto por los derechos de los animales.
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