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Este animal nació en 2020 y regresó a China tras cumplir cuatro años en el zoológico, conforme al acuerdo original entre las dos naciones. Fu Bao, cuyo nombre significa “tesoro de la suerte”, nació producto de una pareja de pandas que fueron cedidos por China a Corea del Sur en 2016, como parte de la conocida “diplomacia del panda”.
Esta es una estrategia de China para fomentar la amistad y el entendimiento con otros países, ofreciendo pandas gigantes como gesto de cooperación y buenas relaciones.
Durante sus tres años en Everland, Fu Bao se ganó el corazón del público coreano con su comportamiento alegre y su apetito por el bambú. Si bien su regreso a China estaba planeado, su partida fue nostálgica para muchos coreanos. Por ello, se realizó una ceremonia de despedida, que representó un momento bastante triste y, al mismo tiempo, esperanzador, marcando el final de un capítulo y el comienzo de uno nuevo.
Se espera que este animal juegue un papel clave en la conservación de su especie, amenazada de extinción. Su historia es un símbolo de amistad entre ambos países.