(Fotos) 10 cosas que odia su gato y que usted, quizás, no sabía
La Red Zoocial | 8 de diciembre
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Agua.
Los gatos no se llevan bien con el agua. No les gusta estar mojados, ni húmedos, pues les resulta muy incómodo para lavarse. Además, con su lengua pueden acicalarse fácilmente dejando a un lado la suciedad.
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Ruidos.
Los oídos de estos felinos son mucho más desarrollados, sensibles y potentes que los de los humanos. Por esta razón, los rayos, estruendos, pólvora, gritos o la música a todo volumen no les agrada. Les genera miedo, estrés y ansiedad.
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Caricias.
Los gatos, a diferencia de los perros, son animales muy independientes y poco sociales. Por eso, evite acariciarlos en la barriga, las patas traseras y la cola. Mejor optar por darles cariño en la cabeza, orejas, barbilla, cuello y cerca de la cola.
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Olores.
Estos animales también odian los olores fuertes como el tabaco, vinagre, cebolla, lejía o el ajo. Según Experto Animal, "los felinos usan los olores para comunicarse, por lo que el hecho de estar rodeados de las potentes fragancias humanas puede resultarles bastante molesto".
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Cambios.
A nadie le gustan los cambios y mucho menos a ellos. Detestan que se metan con su alimentación, arenero y hasta su casa. Si llega a tener una mudanza, preste especial atención a sus gatos.
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Puertas cerradas.
No les gustan los espacios cerrados. Son animales muy curiosos e inteligentes, por eso deben saber qué hay detrás de una puerta, si no, pueden desesperarse.
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Alzarlos.
Si toman a sus gatos en brazos y notan que no están cómodos, pues intentan bajarse por todos los medios, no los retengan. Lo peor es cuando los alzan patas arriba, pues en esta postura están vulnerables.
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Suciedad.
Los gatos son animales limpios por naturaleza. Limpie constantemente su arenero para que no se sientan incomodos, si no lo hace, puede que busquen un nuevo sitio para hacer sus necesidades.
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Viajes.
No son amantes de los guacales o morrales, porque se sienten raros y expuestos al peligro. Por eso, desde pequeños es importante que los enseñen a transportarse en carro, a salir de la casa e interactuar con más animales.
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Veterinario.
Y aunque odian ir al veterinario por todo el trajín que implica, es necesario hacerlo para asegurarnos de que estén bien. No les gustan los medicamentos, que les abran la boca a la fuerza para tomar una pastilla y las inyecciones.