Aunque los gatos tienen la fama de ser independientes, autosuficientes y solitarios, esto no es del todo cierto. Tal y como sucede con otros animales de compañía, como los perros, ellos requieren de cuidado, atención y cariño, al principio de parte de sus madres y después de sus tutores humanos. Los felinos domésticos siempre requerirán de alguien que garantice sus necesidades básicas: agua, comida, un arenero, un lugar donde dormir y cuidados veterinarios. Sin embargo, la dependencia que tienen estas mascotas con las personas suele disminuir a medida que crecen.
El comportamiento de los gatos está determinado por diversos factores como la predisposición genética, la socialización que reciban, su personalidad, los aprendizajes a través de las experiencias pasadas (buenas, malas y neutras), etc. Este tipo de cosas suelen definir qué tan independiente puede llegar a ser un minino. No todos los felinos son iguales y algunos necesitan y piden más atención que otros. Aun así, los gatos, como los demás animales, atraviesan en su vida diferentes etapas de desarrollo que cambian su forma de actuar frente al mundo.
Por ejemplo, en la etapa de cachorro (0-6 meses), es decir, los primeros dos meses de vida, los gatitos dependen completamente de su madre. La leche materna les proporciona los nutrientes y anticuerpos necesarios para fortalecer su sistema inmunológico y promover un crecimiento saludable. Además, la madre gata juega un papel crucial en la enseñanza de habilidades sociales y de caza, así como en el establecimiento de límites y comportamientos adecuados.
A medida que los mininos van creciendo, dejan de depender tanto de su madre, pero empiezan a requerir más a sus cuidadores humanos para que suplan sus necesidades básicas que incluyen una alimentación nutritiva, visitas al veterinario, vacunación y desparasitación. En este periodo también se debe llevar un proceso adecuado de socialización que le permitirá al animal poder relacionarse con otros a lo largo de su vida. Además de esto, durante los primeros años de vida, los felinos son más activos y requieren que sus humanos les dediquen más tiempo de juego.
Finalmente, según los expertos, en la etapa de adultos (después de los 2 años), es cuando los gatos comienzan a ser mucho más independientes. Aunque siguen siendo curiosos, enérgicos y llenos de vitalidad, son más tranquilos y estables en comparación con su juventud, por lo que pueden permanecer más tiempo solos y sin la vigilancia continua de sus cuidadores.
Como dijimos anteriormente, los felinos domésticos siempre requerirán del cuidado de sus tutores para mantener su bienestar, la independencia en ellos debe entenderse como una manifestación de su capacidad para entretenerse y adaptarse a periodos no tan largos sin interacción social. Esto no elimina su necesidad de afecto y compañía.
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