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Ganarse el cariño de un gato feral que ha vivido en duras condiciones y nunca ha conocido un hogar, a veces puede ser un desafío, pero es posible con amor y paciencia. Un emocionante ejemplo de esto fue compartido en un video por una usuaria de TikTok, que muestra el momento exacto en que su gata rescatada, finalmente acepta sus caricias y se acomoda en sus piernas.
El clip que dura algunos segundos es conmovedor. Vemos a la joven sosteniendo lo que parece ser un bocadillo, mientras que la gata lo come placidamente. La mujer consiente delicadamente el lomo de la gata y de un momento a otro, la minina se acuesta y se deja acariciar. La joven no puede ocultar su sorpresa y felicidad antes esta muestra de amor.
La protagonista de este momento es Jobi Quin, una joven de 27 años de Fort Worth, Estados Unidos, que rescató a Agatha junto a sus cuatro gatitos. Según cuenta al medio News Week, la gata apareció por primera vez en su vida alrededor de marzo o abril, deambulando por el patio trasero de unos vecinos, pero desapareció poco después.
Cuando la encontraron nuevamente, Agatha era una gata joven que parecía aterrorizada por la presencia humana. Tras tener su primera camada en abril, la felina no se volvió a ver. Jobi y sus vecinos se encargaron de cuidar a los gatitos hasta que todos encontraron un hogar amoroso. “Mi vecina intentó atrapar a Aggie durante meses sin éxito, hasta que quedó embarazada de nuevo. El día que dio a luz, su esposo la atrapó junto con los gatitos y nos los entregó para que los cuidáramos”, explicó.
Aunque querría quedarse con todos los gatitos, no es posible, ya que Jobi tiene otro gato, y tres perros. Sin embargo, decidió quedarse con Agatha. “Se nota que Aggie solo quiere que la quieran. Es solo una bebé que se perdió en el mundo y queremos ser ese lugar seguro para ella, donde sepa que la van a querer y cuidar”, comentó Jobi.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado en la naturaleza, Agatha es una gata dulce que anhela amor. “No se quejó cuando le puse su collar. Siento que supo que era suyo, y eso significaba que era parte de nuestra familia”, concluyó.
Es importante recordar que adoptar un gato feral implica cuidados específicos y un compromiso genuino. Siempre debe hacerse de la mano de un veterinario, quien puede ofrecer recomendaciones vitales para la adaptación a un nuevo hogar.
Estos animales, al no haber estado en contacto humano, requieren un enfoque especial para esta nueva vida. Con paciencia y amor, es posible forjar un vínculo que no solo cambie la vida del gato, sino también la del adoptante, como lo fue en el caso de Jobi y Agatha.
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