¿Cómo protegen los gatos a los humanos?
Los gatos sienten que deben cuidar a su manada, incluyendo a su tutor y su entorno.
Los gatos, como muchos otros animales, tienen la necesidad constante de proteger a aquellos que consideran de su manada, por lo que, en algunos casos, pueden defender su hogar, personas que son como su familia y hasta marcar territorio con orina, arañazos o frotando su cara contra objetos propios.
Por esto, cuando perciben amenazas o que algo no está bien en su entorno, pueden bloquear puertas, así como deshacerse del problema. Por ejemplo, de esos ratoncitos que husmean en su comida y fastidian a su cuidador.
De acuerdo con John Bradshaw, etólogo felino, los gatos no solo cazan cualquier plaga cercana (ratones, cucarachas, ratas) para su propio beneficio, también lo hacen porque han formado un vínculo seguro con su cuidador y enfocan sus esfuerzos de caza en torno a su territorio compartido como medida de protección.
Por otro lado, el experto dice que para demostrar que protegen a su tutor, los gatos pueden seguirlo por toda la casa, en especial cuando entra al baño; duermen cerca de él; y se muestran agresivos ante quienes no les dan buena espina o ante un peligro inminente.
Hillspet también comenta que estas mascotas pueden intentar defender a sus propietarios de personas que creen que son malintencionadas. Esto va de la mano con el instinto protector de su territorio. No obstante, un estudio publicado en 2021 por Animal Cognition probó que, si bien los felinos son capaces de detectar “algunas emociones humanas”, ellos pueden estar menos atentos a las relaciones sociales de sus dueños que los perros. Por ello, si un gato intenta defender a su propietario, probablemente está persiguiendo su instinto.
Algunas otras señales de que un gato quiere defender a su dueño, según Hillspet, son:
- Ojos dilatados.
- Orejas puntiagudas, que salen como antenas parabólicas.
- Movimientos de cola rápidos y vigorosos.
- Postura agachada.
- Dientes o garras expuestas.
- Siseos, gruñidos o chillidos.
- Mordiscos o arañazos.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com
Los gatos, como muchos otros animales, tienen la necesidad constante de proteger a aquellos que consideran de su manada, por lo que, en algunos casos, pueden defender su hogar, personas que son como su familia y hasta marcar territorio con orina, arañazos o frotando su cara contra objetos propios.
Por esto, cuando perciben amenazas o que algo no está bien en su entorno, pueden bloquear puertas, así como deshacerse del problema. Por ejemplo, de esos ratoncitos que husmean en su comida y fastidian a su cuidador.
De acuerdo con John Bradshaw, etólogo felino, los gatos no solo cazan cualquier plaga cercana (ratones, cucarachas, ratas) para su propio beneficio, también lo hacen porque han formado un vínculo seguro con su cuidador y enfocan sus esfuerzos de caza en torno a su territorio compartido como medida de protección.
Por otro lado, el experto dice que para demostrar que protegen a su tutor, los gatos pueden seguirlo por toda la casa, en especial cuando entra al baño; duermen cerca de él; y se muestran agresivos ante quienes no les dan buena espina o ante un peligro inminente.
Hillspet también comenta que estas mascotas pueden intentar defender a sus propietarios de personas que creen que son malintencionadas. Esto va de la mano con el instinto protector de su territorio. No obstante, un estudio publicado en 2021 por Animal Cognition probó que, si bien los felinos son capaces de detectar “algunas emociones humanas”, ellos pueden estar menos atentos a las relaciones sociales de sus dueños que los perros. Por ello, si un gato intenta defender a su propietario, probablemente está persiguiendo su instinto.
Algunas otras señales de que un gato quiere defender a su dueño, según Hillspet, son:
- Ojos dilatados.
- Orejas puntiagudas, que salen como antenas parabólicas.
- Movimientos de cola rápidos y vigorosos.
- Postura agachada.
- Dientes o garras expuestas.
- Siseos, gruñidos o chillidos.
- Mordiscos o arañazos.
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