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¿Cómo saber si dos gatos están jugando o peleando?

Los gatos son reconocidos por su naturaleza juguetona, aunque en ocasiones puede resultar desafiante distinguir si están verdaderamente jugando o involucrados en una disputa. Por eso, es esencial discernir entre ambas situaciones para asegurar la seguridad y el bienestar de los felinos.

La Red Zoocial
02 de marzo de 2024 - 12:00 p. m.
Es necesario identificar la tensión potencial entre los felinos y así evitar la escalada y necesidad de separación.
Es necesario identificar la tensión potencial entre los felinos y así evitar la escalada y necesidad de separación.
Foto: pixabay

En un hogar que cuenta con varios felinos, es común que los dueños anhelen una convivencia armoniosa entre sus gatos, especialmente cuando son jóvenes. Sin embargo, la dinámica de un entorno con múltiples gatos puede tornarse compleja. Las relaciones entre ellos pueden variar según su personalidad y comportamiento.

La interacción durante el juego es considerada un indicador de una relación positiva, aunque interpretar los comportamientos durante estos espacios puede resultar complicado, ya que son bastante similares a los exhibidos en situaciones de pelea. Entre estos comportamientos, se incluye el fijar la mirada, saltar y perseguirse.

Por esta razón, un equipo de científicos de la Universidad de Adelaida, en Australia, llevó a cabo una investigación detallada sobre el comportamiento de los gatos al interactuar con otros de su especie, determinando si las interacciones eran de índole lúdica o beligerante. Para llevar a cabo este estudio, los investigadores meticulosamente analizaron 105 vídeos de YouTube que presentaban un total de 210 gatos, conformando una pareja en cada caso.

En el estudio, publicado en Scientific Reports, los investigadores identificaron seis comportamientos claves observados en los gatos: momentos de inactividad cuando permanecían inmóviles, actividades de lucha con contacto físico, persecuciones entre gatos, comportamientos como acicalarse, actividades individuales como beber o lamerse, y la emisión de maullidos, gruñidos o silbidos.

Tras un minucioso análisis de los vídeos y las interacciones felinas, los investigadores categorizaron las actitudes en tres grupos distintos:

  • Juguetón: Representaba el 40 % de los gatos en los vídeos, participando en actividades de “lucha libre” sin emitir ruidos.
  • Agonístico: Estos comportamientos, que incluían amenazas, agresiones o sumisiones, fueron identificados en el 32 % de los gatos. Los felinos de este grupo vocalizaban con frecuencia y tendían a permanecer inactivos después de las interacciones.
  • Intermedio: El 28 % restante de los gatos se ubicó en un grupo intermedio, aunque la asociación primordial era con el grupo juguetón. Estos gatos interactuaban durante periodos prolongados, intercalando pausas. Al concluir el estudio, los autores sostuvieron que si dos gatos estaban luchando, lo más probable era que estuvieran jugando. Además, indicaron que cuando surgía fricción entre varios felinos, estos evitaban el contacto físico o empleaban tácticas defensivas, como abofetear.

Los investigadores también señalaron que si un gato emitía sonidos o perseguía a otro durante períodos de inactividad, indicaba una confrontación real, ya que la vocalización constituía una pista crucial de interacciones agresivas.

Según explica el portal Feliway, existen comportamientos específicos de juego que no suelen asociarse con interacciones agresivas. Estos, comunes en gatitos jóvenes, incluyen ponerse de pie sobre las patas traseras y realizar movimientos laterales o saltitos. Un desafío común al diferenciar juego de pelea es la transición momentánea entre ambos. Uno o ambos gatos pueden decidir repentinamente que es suficiente, cambiando el tono del encuentro. Uno podría comenzar a bufar, asomar las garras y optar por alejarse en lugar de retomar el juego. Este factor complica evaluar si los gatos son amigos, ya que su comportamiento durante el juego no refleja siempre su relación general.

Para una evaluación más completa, se deben considerar los comportamientos de los gatos en otros momentos. Se deben buscar comportamientos sociales positivos, como encuentros con las colas en alto, acurrucarse, acicalarse mutuamente y frotar la cara o el cuerpo. Compartir platos de comida o dormir separados en la misma cama o sofá no necesariamente indican una relación positiva.

Señales negativas entre gatos, como bloquear el acceso a espacios o recursos, bufidos o zarpazos al cruzarse, o una observación intensa mientras realizan sus actividades normales, sugieren una dinámica poco favorable.

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