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Los gatos son animales curiosos, inteligentes y cariñosos. Estas cualidades los han convertido en una de las mascotas preferidas para muchas personas. No obstante, también tienen cierta propensión a no obedecer órdenes, razón por la cual es importante educarlos desde que son cachorros.
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Lo más importante al momento de adiestrar a un gato es tener en cuenta que ni las malas palabras, ni los malos tratos y mucho menos los golpes van a lograr algo positivo. Todo lo contrario, estas conductas solo harán que la mascota desarrolle comportamientos agresivos hacia su cuidador.
De acuerdo con el portal Experto Animal, tal y como ocurre con los perros, los gatos deben recibir el regaño en el preciso instante en el que cometen una fechoría. Ellos no tienen ni la memoria, ni la capacidad de razonamiento para comprender una reprimenda por algo que sucedió hace varias horas. Por eso, lo más indicado es tratar de corregirlos en el menor tiempo posible.
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Los expertos en comportamiento felino aseguran que la mejor forma para regañar a un gato es con “no” firme y contundente. Además, siempre es recomendable utilizar el refuerzo positivo, con esto se le puede enseñar a no arañar los muebles, a no morder a las personas, a utilizar adecuadamente el arenero, entre otras cosas.
El refuerzo positivo consiste en premiar aquellas actitudes o comportamientos adecuados de las mascotas a través de comida, caricias o palabras de aprobación. El objetivo de esta técnica es asociar ciertas conductas del animal con determinadas consecuencias. Por ejemplo, si se trata de modificar una conducta como la de arañar los muebles, lo ideal sería premiar al minino con golosinas o caricias siempre que utilice el rascador. De esta forma entenderá que este objeto es el que debe usar para limar y afilar sus uñas y no otros. Los animales educados mediante el refuerzo positivo aprenden más rápido y mejor.
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No obstante, es importante aclarar que no todos los gatos aceptan cualquier tipo premio. Por ese motivo, antes de empezar con el refuerzo positivo, cada cuidador debe identificar qué es lo que más le gusta a su minino y qué lo puede motivar a seguir alguna orden.
El uso del castigo puede provocar miedo, estrés, ansiedad e incluso conductas agresivas en el felino, por el contrario, el refuerzo positivo es siempre bien recibido y su forma de aplicación es mucho más sencilla. Además, uno de los beneficios de esta técnica es que ayuda a crear una mejor relación entre cuidadores y mascotas.
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