¿Cuándo es buena idea (y cuándo no) que una persona duerma con su gato?
Compartir la cama con una mascota se ha asociado con diversos beneficios para la salud. Sin embargo, ¿es esta práctica siempre recomendable?
Compartir la cama con sus mascotas puede ser una experiencia reconfortante y fortalecer el vínculo que tiene con ellos. En el caso de los gatos, esta práctica es común y muchos dueños disfrutan de la compañía de sus felinos durante el sueño. Sin embargo, esta acción no está exenta de preocupaciones y, por lo tanto, existen algunos factores positivos y negativos que pueden influir en la decisión de compartir su cama con ellos.
Factores positivos
En el estudio “Beneficios para la Salud y Ahorro en Costos de Salud Debido a las Mascotas”, publicado en la revista Springer Nature, los expertos afirman que dormir con un gato puede proporcionar una sensación de seguridad y compañía, reduciendo el estrés y la ansiedad.
Los investigadores también hablan de las propiedades que tienen los ronroneos de los gatos, ya que suelen ser relajantes y pueden ayudar a conciliar el sueño. Además, compartir la cama con las mascotas fortalece el vínculo con sus dueños, generando beneficios físicos como reducir la presión arterial y aliviar el dolor. El calor corporal del gato también puede ser reconfortante y ayudar a relajar los músculos.
Los gatos incluso liberan una hormona asociada con la felicidad y el vínculo social, la oxitocina, lo que aumenta la sensación de bienestar de los cuidadores.
Factores negativos
Aunque hay beneficios, es importante conocer que estas acciones también pueden conllevar ciertos riesgos. Las personas alérgicas a los gatos pueden experimentar síntomas como picazón, congestión nasal y dificultad para respirar.
Muchos gatos son tranquilos durante la noche, pero algunos pueden ser muy activos y despertar a sus dueños con sus juegos o maullidos. Esto puede interrumpir el sueño del cuidador y afectar su calidad de vida, generando trastornos e irregularidades en su sueño.
Si bien el estudio ha demostrado tanto beneficios como riesgos asociados al dormir con un gato, la decisión final recae en cada cuidador. La elección de compartir o no la cama con su mascota es personal, considerando factores como las alergias, los hábitos del gato y las preferencias individuales de sueño.
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Compartir la cama con sus mascotas puede ser una experiencia reconfortante y fortalecer el vínculo que tiene con ellos. En el caso de los gatos, esta práctica es común y muchos dueños disfrutan de la compañía de sus felinos durante el sueño. Sin embargo, esta acción no está exenta de preocupaciones y, por lo tanto, existen algunos factores positivos y negativos que pueden influir en la decisión de compartir su cama con ellos.
Factores positivos
En el estudio “Beneficios para la Salud y Ahorro en Costos de Salud Debido a las Mascotas”, publicado en la revista Springer Nature, los expertos afirman que dormir con un gato puede proporcionar una sensación de seguridad y compañía, reduciendo el estrés y la ansiedad.
Los investigadores también hablan de las propiedades que tienen los ronroneos de los gatos, ya que suelen ser relajantes y pueden ayudar a conciliar el sueño. Además, compartir la cama con las mascotas fortalece el vínculo con sus dueños, generando beneficios físicos como reducir la presión arterial y aliviar el dolor. El calor corporal del gato también puede ser reconfortante y ayudar a relajar los músculos.
Los gatos incluso liberan una hormona asociada con la felicidad y el vínculo social, la oxitocina, lo que aumenta la sensación de bienestar de los cuidadores.
Factores negativos
Aunque hay beneficios, es importante conocer que estas acciones también pueden conllevar ciertos riesgos. Las personas alérgicas a los gatos pueden experimentar síntomas como picazón, congestión nasal y dificultad para respirar.
Muchos gatos son tranquilos durante la noche, pero algunos pueden ser muy activos y despertar a sus dueños con sus juegos o maullidos. Esto puede interrumpir el sueño del cuidador y afectar su calidad de vida, generando trastornos e irregularidades en su sueño.
Si bien el estudio ha demostrado tanto beneficios como riesgos asociados al dormir con un gato, la decisión final recae en cada cuidador. La elección de compartir o no la cama con su mascota es personal, considerando factores como las alergias, los hábitos del gato y las preferencias individuales de sueño.
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