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Los gatos son animales, amorosos, cariñosos y muy afectuosos, capaces de crear vínculos muy fuertes con las personas que integran su hogar. De hecho, muchos cuidadores de mininos aseguran que sus mascotas pueden llegar a ser celosos con ellos. Pero, ¿qué es lo que les genera este sentimiento?
En primer lugar, hay que decir que los celos son una emoción que hasta hace muy poco se le atribuía únicamente a los humanos. No obstante, algunas personas aseguran que este sentimiento es en realidad una respuesta emocional adaptativa importante en todos los animales gregarios.
Aunque los gatos tienen la fama ser solitarios por naturaleza, la domesticación les ha permitido participar en dinámicas sociales muy importantes. Tanto así, que ellos llegan a percibir a sus cuidadores, es decir, a quienes les brindan alimento, cuidados y atención, como parte de su núcleo familiar o como su “figura de referencia”.
Por el contrario, también pueden llegar a percibir ciertas cosas, personas o situaciones como sus “rivales”, es decir, lo que se interpone entre ellos y sus tutores. La respuesta natural a este sentimiento es rechazo y agresividad y es lo que generalmente los cuidadores interpretan como conductas celosas.
Los expertos del portal Experto Animal aseguran que lo que las personas pueden percibir como celos en los gatos puede tratarse, en realidad, de diversos problemas del comportamiento provocados por una mala socialización, la aparición de miedos por experiencias negativas, la territorialidad, el instinto, entre otros.
Aunque aún no existe ninguna publicación de etología clínica en felinos domésticos que utilice el término “celos”, son muchos los propietarios que afirman que sus animales sí experimentan esta emoción. Según los cuidadores, las situaciones frecuentes que pueden provocar este sentimiento en los mininos son:
La llegada de un bebé a la familia:
El embarazo y el nacimiento de un bebé conlleva una pérdida importante de atención hacia el minino. Además, muchos cuidadores suelen regañar a sus felinos cuando se acercan al recién nacido con curiosidad, lo que suele provocar una asociación negativa hacia el bebé. Es importante evitar el castigo, los regaños o los gritos en estas ocasiones.
La llegada de una nueva mascota:
Los gatos son animales muy territoriales. Por ello, adaptarse a un nuevo animal que llega al hogar no suele ser una tarea fácil, especialmente para los felinos que se encuentran en su etapa adulta. Este acontecimiento puede provocar la aparición de distintas conductas negativas como la agresividad, el marcaje de superficies, el miedo o la depresión.
Falta de espacio personal
Como ya explicamos, los gatos son animales muy territoriales y, si sienten que no tienen espacio personal suficiente, pueden ponerse agresivos. Es importante que cada animal de compañía del hogar tenga su propio lugar para descansar, al igual que un comedero, bebedero y arenero para él solo.