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“Gaia me acompañó cuando nadie más estaba ahí”: Gabriela Andrade

Gabriela sufrió de depresión en varias etapas de su vida. Una vez comenzó a vivir sola en Bogotá, el cansancio y la tristeza empezaron a consumir su rutina. Gaia, una gatita que fue maltratada por sus anteriores dueños, le enseñó que, a pesar del dolor, debe brindarle una segunda oportunidad a las personas de su alrededor.

La Red Zoocial
13 de abril de 2023 - 08:44 p. m.
Gaia es una felina que era quemada con cigarrillos por sus anteriores propietarios, pero que decidió brindarle una segunda oportunidad a los seres humanos a través de su cariño y compañía.
Gaia es una felina que era quemada con cigarrillos por sus anteriores propietarios, pero que decidió brindarle una segunda oportunidad a los seres humanos a través de su cariño y compañía.
Foto: Gabriela Andrade

Cuando Gabriela cumplió 13 años, comenzó a sentirse mal consigo misma y con su entorno. Entonces, la desmotivación y el cansancio empezaron a desgastarla cada vez más, hasta el punto en que solo quería estar acostada todo el día. “Cuando estaba en el colegio, me despertaba porque me tocaba ir a estudiar. Pero en vacaciones no tenía ningún plan, solo dormir y mantenerme distraída. Ahí fue cuando comenzó el signo de alarma”, comenta.

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La joven estudiante se sentía incomprendida, triste y que no pertenecía a ningún lugar. Después de pensarlo bastante, le comentó a su abuela lo que estaba sintiendo y ella la llevó a un psicólogo. “Ahí fue cuando al fin encontramos el motivo por el que me estaba sintiendo tan mal, tenía depresión”, explica Andrade.

Su primera psicóloga no la ayudó lo suficiente, por lo que tuvo que cambiar a otra profesional de salud mental. Después, Andrade fue remitida a psiquiatría, en donde comenzó a tomar medicación y llevar un acompañamiento profesional para dejar de sentirse sobrecogida por sus sentimientos.

Gabriela afirma que empezó a sentirse mejor consigo misma, y los pensamientos negativos fueron reemplazados por un estado de ánimo neutral. “No me estaba sintiendo mal, pero tampoco muy bien. Estaba en modo de piloto automático”, comenta.

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El problema regresó en enero de 2022. Andrade, ahora de 19 años, empezó a estudiar Química Farmacéutica en la Universidad Javeriana. Se mudó de su natal Pasto a la capital del país, Bogotá, y el cansancio y la tristeza empezaron a consumirla de nuevo. Cuando estaba en Pasto, ella podía controlar su depresión con sus familiares o amigos, para sentirse acompañada y no derrumbarse por la soledad. “En Bogotá, uno se aísla tanto que los pensamientos empiezan a llegar cada vez más fuertes, porque uno no tiene otra decisión”, explica.

La nueva ciudad la recibió con soledad e individualismo. Por esto, ella intentaba invitar amigos a su hogar, y evadía el estar aislada a toda costa. “Había un momento en donde tenía que levantarme para ir a la universidad, cocinar, pero estaba demasiado cansada. Estaba agotada, no me quería levantar ni hacer nada”, explica Andrade.

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En noviembre de 2022, Gabriela realizó un gran cambio en su vida: decidió adoptar a Gaia, una gata con pelaje de color blanco y grisáceo, que la cautivó con sus ojos verdes. De repente, la rutina de llegar a su hogar y acompañar a su mascota se volvió en una de sus mayores alegrías. Cuando se sentía triste y sin energía, su gata la obligaba a levantarse, para llevarle comida y acariciarla. Cuando se sentía mal, su gata la acompañaba y se sentaba a su alrededor.

Gaia es una gatita que fue rescatada, pues sus anteriores propietarios la quemaban con cigarrillos y la maltrataban cuando era una cachorra, por lo que todavía carga con varias de estas marcas en su cuerpo. A pesar de esto, la felina se destaca por ser bastante apegada a los seres humanos, cariñosa y comprensiva. “Ella me ha enseñado a dar segundas oportunidades. Ella pasó por todo eso y aun así decidió darle una segunda oportunidad a los seres humanos”, afirma su propietaria.

La fundación en donde la adoptó se la entregó advirtiéndole sobre su pasado. No obstante, la felina ha demostrado cariño y agradecimiento en cada oportunidad. A pesar de que su gata le ha ayudado bastante, Andrade es consciente de que un animal de compañía no pueden terminar con toda su tristeza. Por ello, volvió a acudir a profesionales en salud mental en Bogotá. “Un animal puede ayudarte a estar bien, pero no debo dejar de lado el cuidado en mi salud mental”, concluye la joven estudiante.

Andrade se siente profundamente agradecida con su mascota, hasta el punto en que planea conseguir otro gato, para que pueda acompañar a Gaia cuando ella no esté en el hogar.

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¿Dónde pedir ayuda?

Recuerde que cualquier caso de salud mental requiere una valoración oportuna y posterior tratamiento. Para ello, puede comunicarse a las líneas habilitadas a nivel nacional.

En Bogotá, puede comunicarse directamente a la Línea 106 “El poder de ser escuchado” dispuesta por el distrito para la intervención psicosocial y/o soporte en crisis no presencial. En ella, será atendido por un equipo de profesionales en psicología que le brindarán un espacio de escucha, orientación y apoyo emocional.

No olvide que consultar con un psicólogo o psiquiatra también hace parte del proceso de recuperación y que los animales solo son parte del apoyo terapéutico que pueden brindar y no sustituyen la ayuda profesional.

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