Gato se acerca a una persona para pedirle comida y termina encontrando una familia
El gato nunca esperó que, al pedir comida a un extraño, su vida cambiara por completo. Le contamos su historia.
Dicen por ahí que “hasta para ser un gato, hay que tener suerte”. Y eso lo sabe Bowie, un gato blanco y negro, con ojos verdes, que, sin esperarlo, encontró el lugar de sus sueños.
De acuerdo con Sara Sharp, fundadora del refugio Community Cat Club, ubicado en New Jersey, Estados Unidos, a finales de 2023, el felino se acercó a la puerta de una familia a “pedir ayuda y comida”.
El gato estaba hambriento, flaco, tenía el pelo enmarañado y olía muy mal. Pero, a esa persona no le importó su aspecto y lo alimentó. Una vez el gatito terminó de comer, lo ingresó a su casa y llamó a Community Cat Club.
“Nos pidieron ayuda. Fue dulce y extrovertido desde el momento en que lo conseguimos, siempre conversador y queriendo atención”, contó Sharp al blog Love Meow.
En el refugio animal, lo examinaron, curaron sus heridas y descubrieron que no tenía ningún microchip. Lo más probable es que siempre hubiera estado en las frías calles, valiéndose por sí mismo.
Gracias a su simpática cara y personalidad, el refugio lo llamó Bowie. Rápidamente, el peludo se adoptó a su nuevo entorno y se ganó el amor de todos sus cuidadores (y también de algunas gatitas).
Community Cat Club le encontró un lugar de acogida a Bowie mientras se recuperaba por completo y era dado en adopción responsable. La afortunada fue Michelle Rauh.
“Bowie es un gran y hermoso hombre majestuoso completamente con su elegante pajarita. Pasa de formal a divertido con el destello de un juguete”, indicó la joven en una publicación de Facebook.
Al pequeño Bowie lo vacunaron, desparasitaron y esterilizaron. Dio negativo para el virus de la leucemia felina (VLFe) y el de la inmunodeficiencia o sida felino (VIF).
“Él busca un hogar para tratarlo como un príncipe mimado. Tenga en cuenta que los gatos de pelo largo requieren aseo profesional ocasional para sus áreas sanitarias y cepillado semanal”, explicó Rauh.
En su casa de acogida, vieron que Bowie se llevaba muy bien con otros perros y era el perfecto “gatito faldero”: siempre estaba detrás de su familia, los seguía a todos los cuartos, se acurrucaba con ellos en el sofá o en la cama.
Cuando no estaba durmiendo, o amasando su cobija favorita, empezaba a jugar con los otros animales de la casa.
Después de un mes de recuperación y de mucho amor, Bowie estaba listo para ser dado en adopción responsable. Community Cat Club compartió su historia con la esperanza de que una familia le abriera las puertas de su casa al gatito de tres años. Y al final sucedió.
Bowie encontró una familia amorosa y responsable que prometió cuidarlo, mimarlo y darle comida por siempre. En su nuevo hogar, comparte cama con un perrito viejito y sus dos humanos.
“Esto es literalmente lo que Bowie quiso todo el tiempo que estuvo aquí (en su casa de acogida). Sólo quería venir a dormir a la cama con todos. ¡Gracias por adoptar a Bowie y darle tantas comodidades y amor! ¡Feliz vida Bowie!”, finalizó por decir Michelle.
La historia de Bowie es el fiel recordatorio de que cualquier persona, así no tenga mucho por ofrecer, siempre puede brindarle (de manera responsable) la mano a un peludo necesitado.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com
Dicen por ahí que “hasta para ser un gato, hay que tener suerte”. Y eso lo sabe Bowie, un gato blanco y negro, con ojos verdes, que, sin esperarlo, encontró el lugar de sus sueños.
De acuerdo con Sara Sharp, fundadora del refugio Community Cat Club, ubicado en New Jersey, Estados Unidos, a finales de 2023, el felino se acercó a la puerta de una familia a “pedir ayuda y comida”.
El gato estaba hambriento, flaco, tenía el pelo enmarañado y olía muy mal. Pero, a esa persona no le importó su aspecto y lo alimentó. Una vez el gatito terminó de comer, lo ingresó a su casa y llamó a Community Cat Club.
“Nos pidieron ayuda. Fue dulce y extrovertido desde el momento en que lo conseguimos, siempre conversador y queriendo atención”, contó Sharp al blog Love Meow.
En el refugio animal, lo examinaron, curaron sus heridas y descubrieron que no tenía ningún microchip. Lo más probable es que siempre hubiera estado en las frías calles, valiéndose por sí mismo.
Gracias a su simpática cara y personalidad, el refugio lo llamó Bowie. Rápidamente, el peludo se adoptó a su nuevo entorno y se ganó el amor de todos sus cuidadores (y también de algunas gatitas).
Community Cat Club le encontró un lugar de acogida a Bowie mientras se recuperaba por completo y era dado en adopción responsable. La afortunada fue Michelle Rauh.
“Bowie es un gran y hermoso hombre majestuoso completamente con su elegante pajarita. Pasa de formal a divertido con el destello de un juguete”, indicó la joven en una publicación de Facebook.
Al pequeño Bowie lo vacunaron, desparasitaron y esterilizaron. Dio negativo para el virus de la leucemia felina (VLFe) y el de la inmunodeficiencia o sida felino (VIF).
“Él busca un hogar para tratarlo como un príncipe mimado. Tenga en cuenta que los gatos de pelo largo requieren aseo profesional ocasional para sus áreas sanitarias y cepillado semanal”, explicó Rauh.
En su casa de acogida, vieron que Bowie se llevaba muy bien con otros perros y era el perfecto “gatito faldero”: siempre estaba detrás de su familia, los seguía a todos los cuartos, se acurrucaba con ellos en el sofá o en la cama.
Cuando no estaba durmiendo, o amasando su cobija favorita, empezaba a jugar con los otros animales de la casa.
Después de un mes de recuperación y de mucho amor, Bowie estaba listo para ser dado en adopción responsable. Community Cat Club compartió su historia con la esperanza de que una familia le abriera las puertas de su casa al gatito de tres años. Y al final sucedió.
Bowie encontró una familia amorosa y responsable que prometió cuidarlo, mimarlo y darle comida por siempre. En su nuevo hogar, comparte cama con un perrito viejito y sus dos humanos.
“Esto es literalmente lo que Bowie quiso todo el tiempo que estuvo aquí (en su casa de acogida). Sólo quería venir a dormir a la cama con todos. ¡Gracias por adoptar a Bowie y darle tantas comodidades y amor! ¡Feliz vida Bowie!”, finalizó por decir Michelle.
La historia de Bowie es el fiel recordatorio de que cualquier persona, así no tenga mucho por ofrecer, siempre puede brindarle (de manera responsable) la mano a un peludo necesitado.
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