Una joven mujer, llamada Stephane, vio a un gato juguetón correteando por la zona industrial de Monroe, Washington, Estados Unidos. Al acercarse, vio que la mascota era amable, por lo que no dudó ni un segundo en llevarlo a casa.
Allí, se dio cuenta de que el peludo tenía un número de chip en su collar e ingresó los datos en una plataforma especializada en encontrar mascotas. Se enteró de que el nombre del gato era Finn y que había alguien que lo esperaba de nuevo en su hogar.
“Me dijo incluso cuánto pesaba y hasta su edad. Le di clic al anuncio que decía contactar a su dueño. No pasaron ni 9 min y recibí una llamada”, confesó Stephane a Noticias Caracol.
Su familia llevaba dos meses sin saber del peludo, tras perderse luego de un paseo en su barrio, en Minnessota. Por eso, cuando su tutora recibió la llamada de quién tenía a su mascota, se llenó de temor, al pensar que algo malo había ocurrido, y de esperanza, al saber que por fin sabría algo de su gato.
La gran sorpresa llegó cuando la dueña del felino supo que este había llegado hasta Washington, ciudad que está a 24 horas de distancia en carro desde Minnesota, ciudad en la que vivía Finn. Así que, para llegar hasta allí, el gato tuvo que recorrer más de 2.000 kilómetros de camino.
“Mi corazón grita de alegría, cada que lo veo en fotos y videos”, contó la dueña de Finn, quien también promete que no lo volverá a perder de vista y no lo dejará dar paseos sin su supervisión.
Lo que se sabe hasta el momento es que esta mascota volverá en los próximos días junto a su familia, solo que en esta oportunidad el viaje será en avión.
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