La vida de Scrunkle, un gatito gris, cambió por completo al ingresar a esta casa
El pequeño animal callejero había estado vagando solo por las frías calles hasta que encontró a una persona que lo ayudó. Esta es su historia.
Al nacer, los gatitos requieren de muchos cuidados especiales para garantizar su bienestar y correcto crecimiento. Los veterinarios recomiendan que los mininos estén al lado de su madre hasta los 4 o 6 meses, y que no salgan a la calle hasta que tengan sus vacunas al día, pues sus defensas están bajas y pueden enfermarse rápidamente. Pero ¿qué pasa si un gatito de cuatro semanas está solo, sin su mamá y en las frías calles? Conozca la historia de Scrunkle.
Scrunkle es un pequeño gatito gris que, a sus pocas semanas de vida, ya conocía a la perfección lo cruel que puede ser vivir en las calles. El peludo tuvo que recorrer un largo camino antes de encontrar su refugio soñado.
Una tarde, Scrunkle apareció en el patio de la casa de un hombre en Gibsonville, Carolina del Norte, Estados Unidos. Él vio una pequeña bola de color gris que se arrastraba por las plantas de su jardín y decidió ir a ver de qué se trataba, así fue como encontró un gatito que, con ojos suplicantes, le pedía ayuda.
De inmediato, el hombre acogió al pequeño animal y llamó a su amiga Clara, que desde hace años se dedica al rescate de perros y gatos de manera independiente, para que le diera una mano.
Clara llegó al lugar con una gran caja de cartón, sin saber si el animal era pequeño, grande, o amigable. Al acercarse, Scrunkle no corrió ni huyó, él sabía que Clara lo iba a ayudar. Luego, lo llevó a su casa, lo alimentó, cuidó y limpió, pues estaba lleno de basura y plantas.
Al ver que el animal era muy pequeño e iba a necesitar de unos cuidados especiales, contactó a Stephanie Grantham, fundadora de Sparkle Cat Rescue, un refugio que se dedica al rescate de animales en Estados Unidos. La mujer, en entrevista con el blog Love Meow, contó que estaba en una clínica veterinaria cuando recibió la llamada de Clara.
“Solo pesaba 1,46 libras y estaba dando vueltas felizmente y presumiendo”, dijo a Love Meow. Después de examinarlo, se dio cuenta de que Scrunkle necesitaba un hogar rápidamente, así que fue y se lo llevó a Erin y Lauren, dos voluntarias de la fundación.
“No quería estar en el portabebés, así que lo sostuve en mi regazo, envuelto en una toalla todo el tiempo. Lo único que quería era que lo abrazara”, aseguró Stephanie a Love Meow.
El gatito estaba deshidratado, lleno de pulgas, decaído, pero eso no fue impedimento para que se acercara a sus nuevas cuidadoras, Erin y Lauren, en busca de mimos. “A las pocas horas de beber agua y comer bien, ya estaba adaptado y le iba bien”.
Las mujeres limpiaron al animal y no quedó rastro de aquel gatito que duró cuatro meses en la calle, solo. Scrunkle supo que estaba a salvo y empezó a caminar libremente por la casa, persiguiendo a sus cuidadores, lamiéndolas y amasándolas. “Es un niño muy tierno y cariñoso. Le encanta la gente y quiere que lo acaricien todo el día”, compartió Erin a Love Meow.
Por el momento, Scrunkle se está recuperando y sus cuidadoras están esperando que crezca sano y fuerte para que, en unas semanas más, pueda ser dado en adopción responsable. Desde Sparkle Cat Rescue, prefieren que “los gatitos menores de un año sean adoptados en parejas o a un hogar con otro gato”.
La historia de Scrunkle es un fiel recordatorio de que siempre, sin importar el lugar o la hora, habrá una persona dispuesta a ayudar a un ser indefenso.
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Al nacer, los gatitos requieren de muchos cuidados especiales para garantizar su bienestar y correcto crecimiento. Los veterinarios recomiendan que los mininos estén al lado de su madre hasta los 4 o 6 meses, y que no salgan a la calle hasta que tengan sus vacunas al día, pues sus defensas están bajas y pueden enfermarse rápidamente. Pero ¿qué pasa si un gatito de cuatro semanas está solo, sin su mamá y en las frías calles? Conozca la historia de Scrunkle.
Scrunkle es un pequeño gatito gris que, a sus pocas semanas de vida, ya conocía a la perfección lo cruel que puede ser vivir en las calles. El peludo tuvo que recorrer un largo camino antes de encontrar su refugio soñado.
Una tarde, Scrunkle apareció en el patio de la casa de un hombre en Gibsonville, Carolina del Norte, Estados Unidos. Él vio una pequeña bola de color gris que se arrastraba por las plantas de su jardín y decidió ir a ver de qué se trataba, así fue como encontró un gatito que, con ojos suplicantes, le pedía ayuda.
De inmediato, el hombre acogió al pequeño animal y llamó a su amiga Clara, que desde hace años se dedica al rescate de perros y gatos de manera independiente, para que le diera una mano.
Clara llegó al lugar con una gran caja de cartón, sin saber si el animal era pequeño, grande, o amigable. Al acercarse, Scrunkle no corrió ni huyó, él sabía que Clara lo iba a ayudar. Luego, lo llevó a su casa, lo alimentó, cuidó y limpió, pues estaba lleno de basura y plantas.
Al ver que el animal era muy pequeño e iba a necesitar de unos cuidados especiales, contactó a Stephanie Grantham, fundadora de Sparkle Cat Rescue, un refugio que se dedica al rescate de animales en Estados Unidos. La mujer, en entrevista con el blog Love Meow, contó que estaba en una clínica veterinaria cuando recibió la llamada de Clara.
“Solo pesaba 1,46 libras y estaba dando vueltas felizmente y presumiendo”, dijo a Love Meow. Después de examinarlo, se dio cuenta de que Scrunkle necesitaba un hogar rápidamente, así que fue y se lo llevó a Erin y Lauren, dos voluntarias de la fundación.
“No quería estar en el portabebés, así que lo sostuve en mi regazo, envuelto en una toalla todo el tiempo. Lo único que quería era que lo abrazara”, aseguró Stephanie a Love Meow.
El gatito estaba deshidratado, lleno de pulgas, decaído, pero eso no fue impedimento para que se acercara a sus nuevas cuidadoras, Erin y Lauren, en busca de mimos. “A las pocas horas de beber agua y comer bien, ya estaba adaptado y le iba bien”.
Las mujeres limpiaron al animal y no quedó rastro de aquel gatito que duró cuatro meses en la calle, solo. Scrunkle supo que estaba a salvo y empezó a caminar libremente por la casa, persiguiendo a sus cuidadores, lamiéndolas y amasándolas. “Es un niño muy tierno y cariñoso. Le encanta la gente y quiere que lo acaricien todo el día”, compartió Erin a Love Meow.
Por el momento, Scrunkle se está recuperando y sus cuidadoras están esperando que crezca sano y fuerte para que, en unas semanas más, pueda ser dado en adopción responsable. Desde Sparkle Cat Rescue, prefieren que “los gatitos menores de un año sean adoptados en parejas o a un hogar con otro gato”.
La historia de Scrunkle es un fiel recordatorio de que siempre, sin importar el lugar o la hora, habrá una persona dispuesta a ayudar a un ser indefenso.
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